sábado, septiembre 7, 2024

Lara Casas, de jugar en el colegio a los Juegos Olímpicos

Por Bruno Toscano

Un viernes por la tarde como cualquier otro, alumnos del Villa Devoto School se encontraban en el Club San Martín por sus clases de educación física, donde una chica de ocho años jugó por primera vez al hockey sin saber que, una década más tarde, iba a ser una de las diecinueve Leonas que integraría la lista para los Juegos Olímpicos de París 2024. Lara Casas descubriría allí su pasión por este deporte, algo no habitual en su familia.

Lara, desde ese entonces, desarrolló una personalidad deportiva impresionante y arrancó a distinguirse en diversas competencias escolares, como en atletismo con pruebas de velocidad, resistencia, lanzamiento de jabalina, entre otras. Sin embargo, el hockey fue la disciplina que la cautivó. En un principio no se destacaba pero, ya al año, había logrado mejorar hasta llegar a ser igual de buena que compañeras del colegio que contaban con años de entrenamiento. Su profesora comenzó a insistirle hasta que logró que ella, más allá del miedo que tenía, escuchara los consejos, razón por la cual empezó a jugar a los diez años en el Club San Martín, ubicado en Villa Raffo, Provincia de Buenos Aires, cerca de su casa. 

El cambio no le era agradable: temía ser incapaz de jugar en una cancha más grande, con reglas y órdenes. Perder la creatividad y libertad con la que le permitían jugar en el colegio era todo un desafío, pero decidió afrontarlo. “Yo no conocía mucho el deporte. Varias de mis compañeras empezaron a jugar a los tres o cuatro años porque alguno de sus padres había jugado al hockey en el club, yo sentía que no tenía idea. Mi familia aún menos”, revivió Lara a El Equipo.

Las diferencias de nivel con sus compañeras alimentaba su hambre constante de querer mejorar. Creó una filosofía de trabajo, con la perseverancia, dedicación y constancia como pilares, que la ayudó a achicar la brecha con sus pares. En efecto, a los catorce años, Lara formó parte de un seleccionado de Buenos Aires que viajó a Tucumán y salió campeón. La alegría y euforia de ver resultados después de tanto esfuerzo hizo que ella misma fijara como objetivo convertirse en jugadora profesional de hockey.

El recorrido para cumplir su sueño en realidad no sería fácil. En el 2020, dejó el San Martín para cambiarse al Club Italiano, del barrio porteño de Caballito. La chica que recién empezaba a comprender cómo jugar al hockey en su colegio, y lo hacía como un hobby, fue la misma que empezó a quedarse en el club a entrenar sola para mejorar sus habilidades, como su pegada al arco. Fue autoexigente, dominó sus debilidades, perfeccionó su juego y encontró ese nuevo hogar donde, con el correr del tiempo, logró cumplir su deseo de dar el salto de calidad que buscaba. “Tenía muchísimo potencial y, cuando llegó al club, logró explotarlo. Incorporó varias cosas que la convirtieron en la jugadora que es hoy en día. A esto se suma, sin duda, que nunca le faltaron las ganas de aprender”, la describió Valentina Ferola, compañera suya en Italiano y en el Mundial Junior, a El Equipo.

Lara se puso como meta llegar a Las Leonas, pero primero tendría el desafío de jugar con la selección en el Mundial Junior, disputado en noviembre y diciembre del 2023 en Santiago de Chile. Cinco semanas antes de viajar se fracturó la rodilla y tenía miedo de no quedar en la lista definitiva de convocadas. A pesar de ello, los entrenadores confiaron en ella y la llevaron igual. “El Mundial Junior fue lo más lindo que viví hasta ahora como deportista, más allá del logro en sí. El equipo que teníamos, los entrenadores, éramos muy fuertes y se disfrutó como si estuviese con mi club. Un equipo que funciona afuera de la cancha, también lo hace dentro”, recordó Lara. 

En fase de grupos terminaron primeras, con puntaje perfecto, dieciocho goles a favor y ninguno en contra. En cuartos de final eliminaron a Australia tras ganarles por 3 a 1, y en la semifinal a Bélgica por 2 a 1 por penales. En la final se fueron al entretiempo 2 a 0 arriba frente a Países Bajos, pero no les alcanzó. Les empataron el partido 2 a 2 en el tiempo regular, para después perder 4 a 1 por los shoot-out. “En el momento fue mucha la impotencia de haber perdido, que se nos haya escapado de esa manera. Igual somos subcampeonas, que no es poca cosa”, rememora Lara. 

La gran actuación en el Mundial Junior, y en Italiano, le dió un lugar en Las Leonas. Su proceso olímpico comenzó a principios del 2024 cuando Fernando Ferrara, entrenador del equipo, confió en ella, así como en otras chicas, para que demuestre si tenía la calidad suficiente para formar parte de la mayor en la ventana del FIH Pro League. Lara cumplió veinte años el pasado 22 de junio y recibió, como regalo adelantado, y a tan solo cinco meses desde su debut contra Bélgica, la convocatoria para disputar los Juegos Olímpicos. 

Lara comprueba que nunca es tarde para empezar a practicar un deporte. Es inusual que una joven se asiente y destaque tan rápido ante cualquier desafío. Ella suele ponerse objetivos a corto plazo, el próximo es ganarle a Estados Unidos, en el primer partido de Las Leonas en los Juegos Olímpicos, el sábado 27 de julio.

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