Por Agustina de los Santos
Ese día, el día que ella describe como la vez que “tocó fondo”. El día en que ella empezó a poner en duda su carrera como nadadora. Exactamente luego de los Juegos Panamericanos Lima 2019, el hombro de la nadadora riocuartense no pudo aguantar más y los sueños que tenía Macarena Ceballos de poder ser parte de un juego olímpico debieron esperar.
Ceballos arrastraba problemas de movilidad en su hombro desde que tenía 18 años. Para el 2019, tuvo unos Panamericanos difíciles por haber postergado su operación y creer que podía competir así. Los resultados no fueron lo que ella esperaba, había quedado novena en los 100 metros braza y onceava en los 200 metros braza. Ese fue el momento exacto en que Macarena comenzó a pensar en dejar de nadar. Además de haber recibido duras críticas por periodistas que pusieron en juego su salud mental.
Era tan importante que Ceballos se opere que Gustavo Roldán, su entrenador desde el 2016, explica como la lesión limitaba sus entrenamientos: “Cuando trabajamos algo del tren superior, le traía lesiones o molestias que la frenaban por días o semanas. A veces no podía mover el hombro, prácticamente nadaba solo de piernas”, recuerda Roldán sobre el periodo previo a la cirugía.
Al encontrarse limitada y sin su clasificación a Tokio 2021, Macarena tomó la decisión de ponerle fin a ese dolor: “Era un sueño, pero la salud está primero. No puedo seguir el resto de mi vida así”, dijo para Puntal en 2021. Los miedos de someterse a una cirugía y de que su recuperación le saque el gran nivel que posee en la natación, se encontraban presentes.
“Después de Lima sufrí bastante la presión externa. Los periodistas me decían ‘a todas les fue bien y a vos no´. Lo trabajé mucho con la psicóloga y desde ese momento dije que no me iba a hacer cargo de lo que esperan de mí porque yo soy la que se tira al agua, se esfuerza y sabe hasta dónde puede“, dijo Ceballos para Página 12 en enero del 2024.
Luego de la pandemia, Macarena volvió de Córdoba y se operó el hombro que tanto le impedía seguir en el agua. Su recuperación no fue fácil porque siempre pensaba en el momento de volver a nadar y, aunque tenía demasiadas ganas de que eso suceda rápido, le explicó a su entrenador que quería ser paciente en ese periodo que buscaba su mejoría. Aunque fue una pausa obligatoria, así fue el proceso de rehabilitación de su hombro, proceso lento y de reinicio en su carrera.
“Yo tengo entendido que, gran parte de los atletas que se deben realizar este tipo de operaciones, no llegan a hacer una buena rehabilitación o nunca vuelven a entrenar bien ni vuelven a las altas competencias. Macarena, por su edad y por las experiencias que tuvo sobre cómo prepararse durante tantos años con esa limitación, sabía que esto era a todo o nada. Su recuperación fue muy cautelosa porque era clave que no se entre una nueva lesión ”, cuenta su entrenador.
Si bien siempre estuvo cerca de clasificar a Río 2016 y Tokio 2021, no sería hasta julio de 2023 en el Mundial de Fukuoka, Japón, donde consiguió una marca de 1:06.69 en 100 metros pecho. Esa marca no solo le dio la oportunidad de vivir su sueño, la clasificación a París 2024, sino que también fue récord argentino y sudamericano. Con todo lo conseguido al día de hoy, la cordobesa afirma que todo lo bueno llegó luego de operarse y poder recuperarse.
Desde 2015 cuando pisó Buenos Aires en busca de oportunidades, jamás imaginó llegar a ser una deportista olímpica. Ella que está enamorada del agua desde los cuatro años y comenzó a nadar por admiración a como lo hacía su hermana, está a punto de cumplir sus sueños este 26 de julio. Ella, quien le tenía miedo a entrar al quirófano y ver pasar su sueño de ser olímpica, hoy cuenta que se diría a sí misma: “Ser 12° del mundo no es poca cosa. Estoy en mi mejor momento deportivo. Y cuando me pongo un objetivo, voy a eso y hasta que no lo consiga, no paro”, explicó para Clarín en 2023.