Por Mateo Herrera
Sin una tradición futbolística, sino más centrada en otros deportes como béisbol y boxeo, Panamá es considerado como el país con más progreso del fútbol en Centroamérica. Y se ve reflejado con sus logros: juega la Copa América por segunda vez en su historia, luego de ser finalista dos veces en la Copa de Oro de la Concacaf y haber clasificado por primera vez a un Mundial en Rusia 2018.
Pero para reconstruir esta historia hay que remontarse a los años 80, donde la historia no era de color de rosas como se la conoce ahora. En 1980, las elecciones en la directiva de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT) serían denunciadas por un supuesto fraude.
Esto iba en contra del presidente de la Federación en ese momento, Carlos Alberto Vásquez, para favorecer a Agustín Díaz Cogley, quien terminó siendo presidente pero, como respuesta, la FIFA decidió suspender y aislar mundialmente a Panamá de manera indefinida.
El aislamiento duró cuatro años. Y si había alguna chance de que el fútbol se profesionalizara en Panamá, se derrumbó con la reclusión de la FIFA. Pero la idea de organizar un torneo no aficionado seguía en pie. Y así fue que en 1988 se creó la Anaprof (Asociación Nacional Pro Fútbol), la primera liga profesional del país.
Asociación que le brindó a los clubes la oportunidad de competir a nivel profesional y establecerse como entidades deportivas reconocidas. Además de darle un reconocimiento internacional al fútbol panameño, haciéndose conocidos jugadores surgidos de las canteras de estos clubes.
Uno de ellos fue Armando Dely Valdés, quien le abrió las puertas al mundo a los futbolistas panameños . Los Juegos Nacionales Juveniles de 1982 y su talento futbolístico lo llevaron hasta Argentinos Juniors. Equipo en el que marcó 18 goles y fue parte del plantel que se consagró campeón de América en 1985.
En 1993 se crea Linfuna (Liga Nacional de Fútbol No Aficionado), una liga paralela que contaba con el aval de la FIFA pero no podía utilizar estadios estatales, mientras que la Anaprof solo tenía el apoyo del gobierno de Panamá y sus jugadores quedaron inhabilitados por la FEPAFUT para integrar cualquier selección nacional. Tres años después, mediante la intervención de la Concacaf, se iban a unificar y seguiría con su nombre original.
Pero el hecho que marcó un antes y después fue cuando el torneo pasaría a llamarse Liga Panameña de Fútbol (LPF), manejado por primera vez por una empresa comercial: Prodena. Este cambio apunta a una organización más dinámica con el fin de ponerse a tono con los sistemas de campeonato del resto de los países de la CONCACAF, con un torneo Apertura y otro Clausura.
“A partir de esa fecha comienza en Panamá un proceso importante de selecciones, con buenos jugadores. En Panamá o cualquier lugar del mundo, es muy importante tener una buena liga profesional”, decía Ramón Cardoze, vicepresidente de la FEPAFUT entre los años 2006 y 2010.
Incluso también los ingresos de patrocinios de la liga aumentaron considerablemente a partir de la creación de la LPF. En 2004 la ganancia por patrocinios era de 100 mil dólares y hasta el último dato que se tiene, en 2022, fue de 3.9 millones, un crecimiento del 120% en 18 años.
“Hace más de una década que Panamá ha venido creciendo, sobre todo a nivel de selección. Eso ha impulsado a que el futbolista crea más en sus posibilidades de crecer, de tomarlo más en serio y se va notando que el jugador evoluciona y eso hace que nuestro fútbol sea visto de otra manera”, aseguraba Julio Dely Valdez, ex técnico de la selección de panamá y hermano del histórico Armando Dely Valdez.
Y justamente se nota que los jugadores evolucionan. Salen de las inferiores de los clubes nacionales con una mejor técnica y son vendidos hacia Europa. Algo que antes no pasaba y le da mayor reconocimiento a la selección.
No por nada una de las figuras de la selección, con quien contarán para la Copa America, Michael Amir Murillo, es titular en el Olympique de Marsella y fue semifinalista de la Europa League, que hizo el único gol para su equipo en esa llave que luego terminarian eliminados.
Y para tener de referencia, ni siquiera es el jugador con mayor valor de mercado. Sino que lo es Adalberto Carrasquilla de 25 años, actual jugador del Houston Dynamo de la MLS que tiene un valor de 5 millones de dólares. Datos que demuestran los destacados jugadores que tiene Panamá en la actualidad y con los que contará en el futuro.
Como la joya de 14 años que juega en la reserva de River: Estevis Lopez. Proveniente de la Academia Costa del Este de Panamá, ya fue campeón con el Millonario de la Junior World Cup Sub-15 tras ganarle 6 a 0 al Hertha Berlín con un gol suyo. Quedará por verse su futuro en la selección que no demorará demasiado.
Pero los logros conseguidos por la selección de panamá también engrandecen su figura a nivel internacional. Con los jugadores destacados anteriormente se logró en el último tiempo la clasificación por primera vez a un Mundial y ahora a la Copa América 2024 en Estados Unidos, su segunda participación en la historia.
Con un gran mérito, pues se clasificó tras ganarle en un global de 6 a 1 a Costa Rica en los cuartos de final de la Liga de Naciones de la Concacaf. Luego perdería la semifinal frente a México por 3 a 0.
Ahora, Panamá avanzó a los cuartos de final de la Copa América, donde buscará dar otro paso histórico cuando enfrente a Colombia.