sábado, octubre 12, 2024

Estadio Presidente Perón, la cancha de “La Academia”

Por Pedro Fernandez Perotti y Tobias Ramos Mejia 

El 3 de septiembre de 1950 se inauguró el estadio de Racing Club, uno de los más importantes del país: el Estadio Presidente Perón, conocido popularmente como “El Cilindro” de Avellaneda. A 50 años del fallecimiento del ex presidente de la Nación, cabe destacar la importancia de su gobierno en la construcción del mismo.

A fines de la década del 40, mientras Racing peleaba por obtener su primer campeonato profesional, para la dirigencia uno de los objetivos primordiales era construir un nuevo estadio. En 1947, el Poder Ejecutivo firmó el decreto 7395, el cual lo autorizaba a otorgar créditos para la construcción de instalaciones deportivas. El decreto fue impulsado por el gobierno de Perón con el objetivo de extender una serie de políticas públicas con el deporte como base principal.

Con esta inversión, las instituciones deportivas lograron crecer en infraestructura y abordar a los sectores sociales más vulnerables. La “Academia” fue uno de los beneficiados y  recibió un préstamo inicial de tres millones, a los cuales más tarde se les sumarían otros ocho gracias a las gestiones e influencia de Ramón Cereijo, ministro de Hacienda del gobierno de Perón por entonces y fanático de Racing, quien además editó una revista especial del club y fue socio honorífico.

La obra total costó 15 millones de pesos, el equivalente a 1,2 millón de dólares de ese tiempo, unos 15 millones de dólares de la actualidad; poco si se lo compara con los casi 80 millones que costó el Madre de Ciudades en 2018); y casi el 80% fue financiado por el Estado Nacional, ya que Cereijo fue quien le solicitó al presidente de la Nación el préstamo para que los directivos del equipo de Avellaneda pudieran solventar los gastos. La comisión directiva del club, presidida en ese momento por Carlos Paillot, que fue secretario de salud de la municipalidad de Buenos Aires, homenajeó a Perón con el nombre del estadio.

Sin embargo, pese a que el estadio llevaba el nombre de Perón, medios partidarios y los propios hinchas, manifestaron en varias ocasiones que Cereijo mereció más que nadie que el “Cilindro” lleve su nombre en homenaje a quien llevaba al club en su corazón. “Muchachos, a mí me puede costar mi posición, pero ustedes ganan”,le dijo a los jugadores previo al segundo partido final del campeonato de 1951, donde Racing vencería 1 a 0 a Banfield.

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