Por Francisco Gentile
“Para el Perú, las Malvinas siempre argentinas”, era la frase exhibida junto a las banderas de ambos países aquel 30 de junio de 1985 en El Monumental. Solo uno de los dos seleccionados se aseguraría jugar la Copa del Mundo del año siguiente en México, pero al margen del resultado, se terminaría afianzando la relación entre las hinchadas.
Tres años antes, durante la guerra, Argentina solicitó armas y aviones a la tierra bicolor, que respondió de manera inmediata donando diez aviones Mirage e incluso pilotos peruanos ofrecieron participar del conflicto. También aceptaron firmar la compra de armamento en su nombre, ya que Israel no quería vender para no entrar en tensiones con el Reino Unido, un acto sin precedentes en la historia bélica.
Luego de la guerra, la nación incaica siguió demostrando su apoyo y ese día en el que se jugaban su participación en el Mundial, decidieron reafirmarlo, necesitaban de una victoria para poder lograr la clasificación directa, de cualquier otra forma, ese boleto iría a la Albiceleste. Fue 2 a 2 ese día con un tanto de Pedro Pasculli y un gol de Ricardo Gareca en el minuto 81, con un recordado remate previo de Daniel Passarella, para consolidar el empate y alcanzar la cita mundialista. Por la blanquirroja marcaron José Velásquez y Gerónimo Barbadillo, pero no alcanzó, finalmente, caerían eliminados en el repechaje ante Chile. En tanto, el equipo dirigido por Carlos Bilardo, levantaría la copa en el Estadio Azteca.
A día de hoy, la frase cobró popularidad y puede ser vista escrita en artículos relacionados a ambos países, en conversaciones sobre la posición política del estado o en banderas de hinchas bicolores que quieren replicar el mensaje, trascendiendo en la cultura popular del país andino.