Por Aramis Sturba
Desde su llegada a Boca en junio de 2023 proveniente del Valencia de España, Edinson Cavani trajo bajo sus hombros una marea de ilusión que hacía soñar a los hinchas Xeneizes con poder levantar la ansiada séptima Copa Libertadores de América, algo que el delantero estuvo muy cerca de concretar pero que lamentablemente no pudo cumplir en la final del 4 de noviembre del año pasado ante Fluminense de Brasil en el mítico Estadio Maracaná.
Más allá de la derrota, el público Azul y Oro siempre le destacó el hecho de haber cumplido su promesa de regresar al fútbol sudamericano para desempeñarse más precisamente en Boca. En reiteradas oportunidades expresó que su máximo ídolo en la juventud era el Manteca Martínez, y por eso deseaba arribar a la Argentina. Pasaban los días y los meses, y una relación que pintaba para un amor eterno parecía que empezaba a teñirse de blanco y negro. En 20 partidos jugados, Cavani tan solo había llegado a alcanzar la suma de tres goles, los cuales convirtió frente a Platense, Palmeiras y Talleres. Y así finalizó el 2023 para el ex futbolista del París Saint-Germain, con un sabor un tanto agridulce por la escasez de productividad.
El fútbol se trata de rachas y con esto no se descubre nada nuevo. Pero sí bien puede ser mencionado como una de las razones por la sequía goleadora, también entra en juego la confianza, y si hay algo que se le debe adjudicar como virtud a La 12 es el hecho de haber bancado al Matador en su etapa de mayor confusión e incapacidad de anotar: “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Cavani que ya van a venir”, bajó de las populares aquel domingo 3 de marzo de este año en la victoria por 3 a 2 frente a Belgrano de Córdoba con un hat-trick de Cavani para que La Boca se volviera a ilusionar con levantar una nueva copa.
Y así fue, como si hubiesen sido videntes. Los números hablan por sí solos. Cavani pasó de la decepción a ser el estandarte de un Boca con nueve tantos en sus últimos ocho encuentros en un equipo que pareciera reencontrarse con su funcionamiento ideal de la mano de Diego Martínez en el banco. El uruguayo marcó en todos los clásicos y para colmo, uno sirvió para dejar afuera a River de la Copa de la Liga para seguir construyendo ese sueño de levantar un título con su club. Y Boca va…