sábado, mayo 4, 2024

La Selección Argentina, un juguete de moda en los Estados Unidos

Por Matías Besana

“Ahora sí podemos decir con orgullo que somos una marca global”, afirma con tono engreído un video presentado por la AFA nueve meses después del título obtenido en el Mundial de Qatar 2022. La Selección Argentina es furor allí a donde vaya, incluso en lugares aciagos para la práctica deportiva. Esta temporal atención, amigable a simple vista, forma parte de un ampuloso proceso orquestado con la codiciosa búsqueda de llevar el producto “fútbol” a todo ser humano con posibilidades de consumirlo; ergo, comprarlo.

Desde 2017 se trabaja en este proyecto, comandado por el director de marketing de la entidad, Leandro Petersen. Los resultados esclarecen las intenciones de un modelo que funciona a espaldas del público al que se debe por derecho de natalicio. Los Campeones del Mundo representan a más de 50 marcas distribuidas por el globo terrestre, que apoyan a una Asociación con el deber de satisfacer a una comunidad de al menos 60 millones de usuarios virtuales: Tokens, NTFs, redes sociales en idiomas de importancia geopolítica, un excéntrico E- Commerce enfocado en China y la construcción de un centro de entrenamiento en Miami conforman el nuevo método de negocio económico del deporte global. Sin embargo, mientras la rueda gira con inercia propia, surge un problema: sin la pelota en movimiento, el río no fluye.

Joao Havelange - Jorge Rafael Videla juntos en el Mundial Argentina 1978. Revista un caño.
Joao Havelange – Jorge Rafael Videla juntos en el Mundial Argentina 1978. Revista un caño.

La Copa Jules Rimet de 1970, última bajo el nombre del gran impulsor de la competencia a la que hoy conocemos como World Cup y a la cual el equipo nacional no se clasificó, fue la inauguración de transmisiones -mundialistas- en vivo y a color, abriendo un abanico de posibilidades de las que Joao Havelange fue colono incuestionable. El brasileño resultó electo presidente de la FIFA en 1974 y tomó el poder con las ideas claras: “El fútbol tiene más afiliados que la ONU, es de los mayores negocios que puede existir”. Con esta premisa política, y el vital apoyo de Adidas y Coca Cola, aplicó una fórmula hasta ahora invicta: a mayor número de partidos, superior rédito económico. Este proceso expansionista se reflejó por primera vez en el Mundial de España 1982, edición que presentó 24 equipos clasificados, respecto a los 16 de la cita anterior (Argentina 1978, carta de presentación del nuevo mandatario) y un récord de participación de 109 países en las eliminatorias. Una manera sencilla de obtener votos y de generar un espectáculo de multitudes, donde detrás de los flashes, los grandes dueños de la pelota podían enriquecerse de modo ilícito, causa por la que en 1998 el carioca renunció a su cargo. 

El testigo del paladín brasileño fue tomado por Joseph Blatter y su vicepresidente Julio Humberto Grondona, jefe de la AFA a partir de 1979 hasta su fallecimiento en 2014. Juntos, moldearon un juego de origen artesanal a la escala de un mercado multinacional: elevaron a 32 el número de países participantes de la Copa del Mundo (para Canadá – Estados Unidos – México 2026 serán 48), inauguraron el sistema de sedes conjuntas en Corea y Japón 2002, impulsaron el Mundial de Clubes, más abarcativo que el obsoleto trofeo Intercontinental, y llevaron por primera vez la máxima reunión futbolística a África (Sudáfrica 2010), entre otras fechorías. Cada una de estas acciones estuvieron manchadas por el crónico síntoma de la corrupción en la que incurrió la entidad desde siempre. La doble votación del 2 de diciembre de 2010 desnudó por completo esta sospechada actividad. “Están todos locos”, le comentó el líder argentino al periodista Ernesto Cherquis Bialo. Evidentemente, se les había ido la mano: las concesiones de las candidaturas mundialistas de Rusia  2018 y sobre todo de Qatar 2022 motivaron al FBI a investigar a la muda institución. Luego de un lustro de espera, estalló el FIFAgate. El mayor escándalo de perversión en la historia del deporte concluyó con 18 dirigentes presos, casualmente en su totalidad sudamericanos y caribeños, por coimas y sobornos en las votaciones, y las posteriores renuncias del mandamás galo y de su compatriota Michael Platini, quien oficiaba como rector de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA) y estaba acusado por haber obtenido ilegalmente y en detrimento de la FIFA dos millones de dólares. 

Grondona al poder de la FIFA, Blatter presidente, por Juan Sasturain en Página 12. Imagen: Clarín.
Grondona al poder de la FIFA, Blatter presidente, por Juan Sasturain en Página 12. Imagen: Clarín.

El único ganador de esta jugada fue su ideador. Estados Unidos sustituyó una tiranía ajena por otra de la que es el principal partícipe. Desde entonces, la FIFA perdió su autonomía de decisión y se vio obligada a estrechar lazos con el país norteamericano, protagonista de un oligopolio que le era lejano, tal como hizo el presidente Gianni Infantino, sucesor de Blatter y mandatario reelecto mínimamente hasta 2027. 

Modificar todo, pero sin cambiar la sustancia. La muerte de Julio Grondona (30 de julio de 2014) supuso una obligada posibilidad de cambios a nivel local luego de 35 años de monotonía dirigencial.  Sin embargo, Claudio Chiqui Tapia, líder del ascenso y presidente de Barracas (club que desde su asunción en la AFA -2017- ascendió de Primera C a la máxima división nacional), construyó una red de alianzas que le posibilitó ser elegido director sin oposición alguna, un comportamiento similar al de los grandes adalides mundiales ya repasados. 

Entre estos cambios globales y nacionales, la Selección Argentina de Fútbol, llave ideal de negocio (más aún tras la consagración en Medio Oriente), aceleró una carrera en desarrollo y se convirtió en el juguete favorito de los Estados Unidos. De los 32 amistosos disputados durante la gestión del actual gobernante, sólo seis se jugaron en el país. En cambio, en tierras del principal accionista se han disputado nueve y en junio la cifra ascenderá a once, gracias a la gira previa de la Copa América USA 2024. Este sistema ya no tiene tapujos, los derechos televisivos se imponen ante todo, incluso al show. Tampoco importa el rival (en la última gira internacional los dirigidos por Lionel Scaloni enfrentaron a El Salvador y Costa Rica), únicamente se escucha al mejor postor. Únicamente así, sedes como China (1) o Singapur (1) tienen prioridad sobre el territorio nacional. 

Lionel Scaloni - Esteban Bovo - Claudio Tapia. Presentación proyecto AFAUSA. El plan incluye la construcción de dos canchas profesionales, seis de Fútbol 5, gimnasios y espacios de trabajo para la academia. Imagen: Infobae.
Lionel Scaloni – Esteban Bovo – Claudio Tapia. Presentación proyecto AFAUSA. El plan incluye la construcción de dos canchas profesionales, seis de Fútbol 5, gimnasios y espacios de trabajo para la academia. Imagen: Infobae.

Eduardo Galeano, en su cuento “El Jugador”, escribió: “Él (futbolista) se deja llevar a cambio de la promesa de más fama y más dinero. Cuanto más éxito tiene, y más dinero gana, más preso está”. La codicia es un barril sin fondo. En pos de beneficio económico propio, la Asociación de Fútbol Argentino elige, cada vez que puede, no jugar en suelo nacional. Al mismo ritmo que expande sus áreas comerciales, disminuye sus libertades.  Pero esto no es todo, en medio de la cruzada que encabeza la institución contra las Sociedades Anónimas Deportivas, la entidad inauguró una membresía paga, llamada AFA ID. Su motivo de vida es el denominado “registro de hincha” (valor mínimo de 24.000 pesos anuales) que brinda acceso preferencial para la compra de entradas. Un negocio eficiente al límite que explota la -intencionada- falta de oferta y el exceso de demanda, conformando un verdadero fútbol para pocos.

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