Por Agustín Brizuela Aasad
Es poco habitual que se hable de los jugadores del ascenso del fútbol argentino. Aunque algunos ya son reconocidos por su pasado en clubes de Primera División, y otros solo pasan desapercibidos sin recibir ,quizás, el reconocimiento que merecen, por tener un futuro prometedor y mucho talento por demostrar. Ese es el caso de Michael Sambataro, jugador de Güemes de Santiago del Estero que fue convocado por una selección.
Su carrera como jugador comienza con tan solo 10 años en el año 2012 jugando para River Plate, luego de dos temporadas pasó a San Lorenzo, para un año después irse a, nada más y nada menos, que a Huracán. En el club de Parque de los Patricios jugó hasta esta temporada en la que se le presentó la chance de emigrar a Güemes de Santiago del Estero, club donde le llegaría lo más soñado por cualquier jugador: ser convocado a una selección. Si bien Michael es hijo de padre argentino, su madre proviene de República Dominicana y gracias a eso, “Los Quisqueyanos” se interesaron en él: “Marcelo (Neveleff) se había comunicado conmigo hace tiempo atrás, pero obvie la situación, hasta que realmente llegó la convocatoria”.
El estreno debió haber sido el 16 de junio del año pasado en un amistoso frente a Chile, pero por falta de documentación, no pudo ser. El técnico de la Selección dominicana, Marcelo Neveleff, le dio su palabra y Michael fue convocado nuevamente para hacer su debut el 8 de septiembre contra Nicaragua, por la Liga de Naciones Concacaf. El resultado del partido no fue el esperado, ya que cayeron por 2 goles a 0, pero, sin embargo, Sambataro se llevó la gran experiencia de haber debutado como titular. Tres días más tarde jugó la segunda fecha frente a Montserrat, donde Michael, otra vez, arrancó desde el inicio pero, en esta ocasión, fue victoria para los dominicanos por 3-0.
Todo aquel chico que quiere ser futbolista sueña con que en algún momento podrá representar a su país, si bien en el caso de Michael no está jugando para su selección natal, sino que está representando al país donde su madre vivió toda su infancia y de donde es oriunda. Quizás esta sea la oportunidad que hay que darles a todos los futbolistas del ascenso que tienen un gran potencial. Pero por no tener la prensa ni la fama que se necesita para estar jugando en un grande o, como en este caso, jugar para un combinado nacional.