Por Federico Arean
13 de agosto de 2014, el día que San Lorenzo de Almagro conquistó la Copa Libertadores por primera vez en su historia. Luego de 49 años desde la creación del torneo, fue después de la vuelta de la final en el Estadio Pedro Bidegaín contra Nacional de Paraguay que los de Boedo ganaron 1 a 0 con un gol de penal de Néstor Ortigoza, cuando el único equipo de los denominados grandes sin haberla ganado se sacó ese peso de encima y se colocó en el mejor momento futbolísticos en su historia. Pero a diez años, el club argentino atraviesa una realidad muy diferente. En el balance de 2021 (último aprobado por la comisión directiva) el club cerró con una deuda de 4.627.387.631 pesos. Existen tres puntos claves para explicarlo: los mercados de pases con muchos jugadores comprados que luego fueron liberados, contratos caros a otros que no rindieron lo esperado e incumplimientos en los pagos tanto a los jugadores como a otros clubes provocaron que San Lorenzo se encuentre muy lejos del nivel demostrado en 2014.
Los dos presidentes que atravesaron este proceso fueron Matías Lammens hasta 2019 y Marcelo Tinelli, electo por el 80% de los votantes. Pero Tinelli solo fue presidente por un año y medio, debido a su renuncia en mayo de 2022. Mientras Lammens era presidente se llevaron a cabo muchos mercados de transferencias que no lograron mantener el nivel del equipo. Uno de los mejores jugadores del plantel campeón de la Libertadores era Julio Buffarini, lateral por derecha. Fue vendido por 2 millones de dólares al Sao Paulo de Brasil en julio de 2016 y todo ese dinero se utilizó para comprar a Mathías Corujo, el uruguayo de 30 años en ese momento. Pero a diferencia de Buffarini, tuvo un año de muchos malos rendimientos y fue liberado un año más tarde. Otro caso parecido es el de Sebastián Blanco. El mediocampista llegó a San Lorenzo en enero de 2015 por 2 millones de dólares desde el West Bromwich Albion de la Premier League como reemplazo del campeón de Libertadores Ignacio Piatti, quien fue uno de los mejores jugadores del plantel. Pero tras dos años de grandes rendimientos, fue vendido al Portland de la MLS por 5 millones de dólares en febrero de 2017. Su reemplazo fue Rubén Botta, jugador que en ese momento jugaba en el Pachuca de México. El equipo argentino compró al jugador en 1,7 millones de dólares, pero la mitad no fue abonada a tiempo. El conjunto mexicano comenzó un juicio que se resolvió cuando San Lorenzo decidió abonar el dinero sumando los intereses, que hicieron que la transferencia aumentara hasta los 2 millones de dólares. No obstante, el jugador nunca rindió y se fue libre a Defensa y Justicia en 2020.
También existen transferencias que no fueron adecuadas por las grandes sumas de dinero acordadas. En julio de 2019, San Lorenzo compró por 2,5 millones de dólares a Lucas Menossi, mediocampista de Tigre de 26 años que se encontraba en un muy buen nivel. Pero el problema fue el sueldo que se le firmó, por cuatro años: el jugador cobraría 455.000 dólares anuales, además de cuatro primas de 538.000 dólares y otra de 232.000 dólares en caso de jugar la mitad de los partidos de la temporada. El equipo de Boedo se atrasó en los pagos del contrato y nunca le pagó el pase a Tigre, por lo que en enero de 2021 fue liberado y regresó al equipo del norte de la provincia de Buenos Aires. En abril de 2023, Menossi le inició un juicio contra San Lorenzo reclamando 6,5 millones de dólares por el incumplimiento de los pagos y la deuda aumentó considerablemente.
Al margen, muchas de las instalaciones del club fueron mejoradas en los últimos diez años, como el vestuario del Nuevo Gasómetro, modificado en 2020 y rebautizado con el nombre de Edgardo “Patón” Bauza, técnico campeón de la Libertadores. Lleva escrita una frase de él en una de las paredes: “No les permito jamás a los jugadores que dejen de soñar”. Una nueva sala de prensa, que lleva el nombre del escritor marplatense Osvaldo Soriano, fue inaugurada en 2015 bajo la platea norte del estadio, como también una sala de kinesiología donde antes se ubicaba la vieja sala de prensa, tan solo a unos metros de la actual. En 2016, en Avenida La Plata, donde se ubicaba el antiguo estadio de San Lorenzo en Boedo, el Viejo Gasómetro, se inauguró el Polideportivo Roberto Pando. Construido sobre lo que era la plaza Lorenzo Massa, única plaza de Boedo en ese momento, se convirtió en el estadio donde el equipo de básquet, de vóley y de futsal de los cuervos hacen de local. Al ingresar desde la calle José Mármol al 1715, lo primero que se ve es un estacionamiento grande y el estadio a la izquierda, con tres plateas que tienen la capacidad de albergar hasta 2.000 espectadores.
Con estas nuevas instalaciones, San Lorenzo comenzó un nuevo proyecto en sus deportes federados, profesionalizando los planteles de futsal y básquet. “Desde 2017 arrancó un proyecto profesional, comenzamos tener mejores condiciones para entrenar y competir, lo que nos permitió poder vivir de esto y hoy ser uno de los mejores equipos en Argentina y haber ganado tantos títulos”, cuenta Damián Stazzone, jugador de futsal en San Lorenzo y campeón del mundo con la Selección Argentina en 2016, y hace alusión a los títulos ganados con el club: dos Copas Argentina, dos Supercopas, tres Ligas Nacionales y la Copa Libertadores en 2021.
Pero en el fútbol profesional el equipo no corrió con la misma suerte. Desde la final de 2014, San Lorenzo participó en cuatro de las siguientes nueve Libertadores siendo la última en 2019. Su mejor actuación fue en 2017, cuando cayó en cuartos de final contra Lanús por penales. “Nosotros lo jugamos como una final, lo que venía después habría sido hermoso pero lamentablemente no se nos dio”, recuerda Ezequiel Cerutti, jugador del club.
En cuanto a las inferiores, el club obtuvo resultados positivos tanto en el torneo de Reserva como en las categorías más jóvenes. En 2018 y 2019, la Reserva de San Lorenzo ganó la liga, pero, muy pocos lograron hacerse un hueco en el plantel de primera división. Solamente Federico Gattoni, Gastón Hernández y Agustín Martegani llegaron a jugar al menos 50 partidos. Pero no es una casualidad que a pesar de tener grandes jugadores en sus inferiores no sean utilizados en el primer equipo. El mediocampista Matías Palacios era una de las joyitas de las inferiores, seleccionado capitán de las selecciones Sub 15 y 17 y miembro también de la Sub 20. El 10 campeón con la Argentina Sub 17 del Sudamericano 2019 se destacaba, se comenzaba a hablar seriamente de su nivel y de su futuro, pero en San Lorenzo no era tenido en cuenta. “Mi hermano llegaba llorando porque no lo ponían, lo maltrataron mucho dentro del club”, cuenta con angustia su hermano mayor, Julián, quien también jugó en San Lorenzo y se encuentra a préstamo en Goiás de Brasil. “Yo fui maltratado por dos del plantel que eran de los más grandes; por eso me tuve que ir a préstamo Banfield en 2022 y a Goiás en 2023. A los chicos de las inferiores no los cuidaban nunca y los tapaban con otros jugadores y no te daban explicaciones”, recuerda con tristeza. En total, desde 2015 hasta hoy, debutaron 45 jugadores de las inferiores, y de ellos 16 fueron liberados, 12 vendidos, 2 intercambiados por otros jugadores y los otros 15 siguen formando parte del club, ya sea en el equipo profesional o a préstamo en otros equipos.
Lo más destacable del club en los últimos diez años en cuanto a los resultados deportivos fueron los primeros tres años, en los que San Lorenzo consiguió la Supercopa Argentina 2016 ganando la final frente a Boca y dos subcampeonatos en la Liga en 2015 y 2016, además de los cuartos de final de la Libertadores 2017. Pero a partir de ese año los resultados fueron muy irregulares y el equipo llegó a terminar en el puesto 23 de 26 en la Superliga Argentina 2018/19.
En líneas generales, San Lorenzo de Almagro no supo aprovechar el potencial que le otorgó ser campeón de América, y los socios fueron a las urnas el 17 de diciembre donde resultó ganador Marcelo Moretti (36,7 por ciento de los votos) en una elección histórica donde participaron más de 19 mil socios.