Por Juan Ignacio Pena
“Vamos a tratar de imponer siempre, de jugar con la misma intensidad de hoy y seguir creciendo. Creciendo en los errores y en las virtudes que mostramos hoy. Una de esas virtudes es la intensidad. Todavía no llegamos a lo que nosotros queremos. Vamos a seguir de la misma manera, fue un partido y quedan 12 por delante”, firmó el 27 de agosto en conferencia de prensa Carlos Tevez tras vencer 2-1 a Vélez en su debut como técnico de Independiente, por la segunda fecha de la Copa de la Liga, con el principal objetivo de salvarlo del segundo descenso de su historia.
El hincha del Rojo elegía con tiempo su vestimenta para ir a ver a su equipo en un día tan especial como el 15 de junio de 2013. Muchos con la camiseta número 10 de Ricardo Bochini, algunos con el buzo de Luis Islas, de Carlos Goyén o de Pepé Santoro. Otros más jóvenes con la casaca del ‘Palomo’ Usuriaga, la de ‘Rolfi’ Montenegro, incluso la del ‘Kun’ Agüero. Caminaba hacia el estadio sin pensar en el equipo que iba a jugar esa fría tarde invernal ante San Lorenzo, recordaba viejas épocas como ganarle finales a la Juventus, al Liverpool, golear al Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, o la obtención del Nacional 1977 en Córdoba, con una final épica en enero de 1978, en la que Independiente empató con ocho jugadores a Talleres y el Pato Pastoriza gritó para la historia: “Vayan, sean hombres, jueguen y ganen”. Diez años pasaron de la página más negra de su historia, el día que cayó como local ante el ‘Ciclón’, en un Libertadores de América a medio hacer, y tuvo su única caída a la Primera Nacional.
Hugo Moyano, Pablo Moyano y Héctor ‘Yoyo’ Maldonado llegaron como salvadores a Independiente cuando nadie quería hacerse cargo del incendio para recuperar a una institución, que desde fines de los 90’, había perdido el rumbo y para ese entonces se encontraba navegando por la segunda categoría del fútbol argentino, y se terminaron yendo por la puerta de atrás, custodiados por la policía y con sus socios reclamando elecciones para que se vayan. Ascendieron al club con lo justo en un desempate ante Huracán en La Plata, y pasados cinco años de lo que en algún momento pareció “el resurgir de un gigante dormido” que culminó con la obtención de la Copa Sudamericana 2017, Independiente se encontraba con una deuda exigible de más de 20 millones de dólares, lo que repercutía de forma directa en lo deportivo: cada campeonato que comenzaba de 2018 en adelante era peor que el anterior, con pocas variables en los resultados (casi siempre mitad de tabla), ya que cada equipo y plantel era de menor jerarquía. Las malas campañas deportivas, y la poca presencia que se veía de parte de los principales dirigentes dentro de la institución, hicieron que el socio luche y logre tener sus muy esperadas elecciones el 3 de octubre de 2022, que debieron haber sido casi un año antes (cuando según estatuto finalizaba la segunda gestión de Hugo Moyano) y se postergaron por la tardía habilitación a la lista de Unidad Independiente, una de las oposiciones.
Llegó el día de los comicios, en el que 11.492 socios (récord en la historia del club) pusieron su voto en la urna y decidieron quién gestionaría al ‘Rojo’ de Avellaneda por los siguientes cuatro años. El resultado de la elección fue más que contundente: Unidad Independiente, lista encabezada por el trinomio Fabián Doman, Néstor Grindetti y Juan Marconi, ganó con el 72% de los votos, lo que reflejó lo que el socio buscaba: un cambio. La coalición, conformada por las agrupaciones Juventud Independiente, Identidad Roja, Independiente Tradicional, Nueva Generación Roja, Lista Roja y Puro Sentimiento Rojo, además del movimiento Independiente Presente, prometía unidad, como lo decía el nombre de su lista, y cargaron durante la campaña previa al día del sufragio la bandera de la necesidad de presencia y el tiempo que exige la gestión de un club tan importante, ya que el oficialismo de ese entonces se ocupaba de otros asuntos (sindicalistas) ajenos a Independiente. Juan Ángel Marcos, representante de socios de Gente de Independiente, actual lista opositora, comenta: “Esta gestión no tiene plan económico, ni proyecto a largo plazo; van trabajando y actuando sobre la marcha de los acontecimientos, son bastante improvisados y aquello se debe en parte a que la lista fue conformada por muchas personas que probablemente no se conocían de antes ni sabían cómo trabajaban; la lista de Unidad se conformó solo a los fines de ganar la elección”.
Pasados los seis meses de gestión, el 11 de abril de 2023 Fabián Doman renunció a su cargo como presidente, lo que derivó por estatuto a pasarle el cargo a Grindetti, su vicepresidente primero, luego ratificado en la asamblea de socios realizada el 6 de julio. El conductor de televisión pidió disculpas a quienes confiaron en él al votarlo y afirmó: “La magnitud de la crisis era más grande de lo previsto y por sobre todas las cosas los ingresos económicos mucho menores a lo que se presumía”. Cerca de llegar al primer año de gestión por parte de Unidad Independiente, el plantel profesional se encontraba navegando los últimos puestos de la tabla anual, y aunque logró salvarse del descenso sobre el final, nunca se pensó que volvería a pasar por ese lugar, menos en tan poco tiempo, solo diez años después.
Grindetti, reciente candidato a gobernador bonaerense por la lista de Juntos por el Cambio y próximo Jefe de Gabinete en la Capital Federal, y Cristian Ritondo, quien encabeza la lista de diputados del mismo partido, son quienes manejan el club más desde fuera que desde dentro, y lo que prometía ser un cambio de rumbo para el Rojo, finalmente no lo fue. La única diferencia es que hay otras caras, y representan distintos sectores de la política nacional pero, para el hincha, es igual de malo (al menos en lo deportivo).
Unidad Independiente eligió a Pablo Cavallero (ex mánager de Vélez) para que sea el responsable de tomar las decisiones dentro del fútbol profesional, y en su gestión llegaron Leandro Stillitano y luego Ricardo Zielinski para dirigir al equipo; no fueron nada positivos sus pasos, comprometieron aún más la situación del club en la tabla anual y los removieron de su cargo antes de lo que tenían acordado en sus contratos, lo que también provocó el despido a Cavallero.
Entonces, ya con el Rey de Copas en zona de descenso, fue Carlos Tevez el que se puso el buzo de DT y, si algo le faltaba a la sociedad Independiente-PRO, era esto: el amigo personal de Mauricio Macri se hizo cargo de un volcán a punto de la erupción. Para la sorpresa (o no) de muchos, lo salvó del descenso ganando partidos claves con rivales directos y se quedó a las puertas de clasificar a los cuartos de final de la Copa de la Liga (no clasificó por la diferencia de gol) y así le dio una segunda oportunidad a una dirigencia que, en su primer año al mando de la institución, peleó por mantener la categoría.
En un mercado de pases crucial, el último antes de la recta final y el que iba a definir para qué estaría Independiente, lo que le permitió incorporar jugadores al conjunto de Avellaneda fue el levantamiento de la deuda con el América de México (de seis millones de dólares aproximadamente), generada en 2019 tras no pagar el pase del paraguayo Cecilio Domínguez y una parte de la ficha de Silvio Romero. “Venimos trabajando para pagar la deuda, el problema más grande que tiene el club y que nos dejó la gestión anterior” prometió Grindetti al asumir como presidente, aún provisorio, y el 13 de junio comenzó, a través del influencer Santiago Maratea, con pasado en colectas de dinero para distintas causas, la campaña para que todo aquel que quiera colaborar, aporte dinero para pagar algo de la deuda, y por sobre todas las cosas levantar la inhibición en la FIFA que le imposibilitaba incorporar jugadores y así, mejorar la jerarquía del primer equipo. La colecta realizada a través de la billetera virtual Mercado Pago recaudó cerca de cuatro millones de dólares, lo que permitió que Independiente logre un acuerdo de pago con el equipo mexicano y la inhibición quede atrás.
Las hazañas quedaron atrás, los títulos también, y lo que queda es el recuerdo. El tercer club con más socios de la Argentina (135.000) se desacostumbró a ganar (su último campeonato local fue en 2022) y hasta a disputar la Copa Libertadores (la edición 2018 fue su última participación). A pesar de las nuevas caras en la comisión directiva, Independiente sigue en la misma sintonía: el último año de la gestión de Hugo Moyano fue de 51 puntos en 41 partidos (12 victorias, 15 empates y 14 derrotas) y el primer año de la gestión Fabián Doman / Néstor Grindetti: 51 puntos en 41 partidos (12 victorias, 15 empates y 14 derrotas), en ambos años quedó fuera de cualquier copa internacional para la siguiente temporada. Más que cambio, parece continuidad.