martes, octubre 8, 2024

Meolans, hacer historia en 21 segundos

Por Franco Zabala

Hay una carrera por el título mundial, en la que competirán un tetracampeón olímpico ruso y un campeón del mundo inglés, ¿quién gana? El argentino. 

El 5 de abril de 2002 es una de las fechas más importantes de la natación nacional, porque continúa como la única vez en la que la bandera se posicionó en lo más alto del podio de un Campeonato Mundial, fue en Moscú, de la mano de José Meolans.

Tres  años atrás, un Meolans de 20 años se convertía en el primer argentino en conseguir una medalla en un torneo de esta gama. Fue el subcampeonato de los 50m libres, en Hong Kong. Ahora, a Rusia llegaría una versión con muchas más medallas y otros Juegos Olímpicos encima.

El objetivo era más fácil de decir, que de hacer: campeonar en los 100m libres. Pero los planes cambiaron sobre la marcha. Un día antes de largar la primera fase de la que iba a ser su prueba principal, el cordobés ganó las semifinales de los 50m libres.

El reloj se paró en 21.47, un nuevo récord argentino. Otro más, que se sumaba al que había instaurado en las eliminatorias. El único sudamericano en la final de la prueba había nacido en Córdoba Capital y era hincha de Belgrano.

Una jornada después, a Meolans le tocaba la instancia definitoria. En la línea se encontraba la posibilidad de vengarse del defensor del título, Mark Foster, su verdugo en este mismo torneo en 1999. Marcas, va. En un abrir y cerrar de ojos, José Martín Meolans se convirtió en el primer y único argentino en lograr la corona mundial de natación. 

“Fue el día, hice todo perfecto”, comentó el hincha del “pirata”. Era verdad, esas 30 brazadas habían sido el cúlmine de años de entrenamiento y experiencia y un millar de detalles que solo se pueden dar una vez. Porque como también aclaró el deportista, “la diferencia entre ganar el oro y ser quinto son cosas mínimas”.

De cualquier forma, no hubo mucho tiempo para festejos. Ellos habían venido a ser campeones del mundo de 100m libres, esto era una medalla de yapa. Pasaron eliminatorias, pasaron semifinales, tocaba lo que habían preparado.

En esta nueva final, las cosas mínimas no estuvieron a su favor. Por 10 centésimas, EL australiano Ashley Callus superó los 47.09 del argentino y lo dejó en el segundo puesto. Sin embargo, esa marca tenía peso propio, ya que lo volvía a dejar a Meolans como el mejor de la historia sudamericana.

Ese fue un Mundial lleno de logros para “Pepe”, pero el premio más grande lo esperaba en Córdoba: las milanesas de su madre Isabel. 

 

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