jueves, mayo 2, 2024

Marcela “Tigresa” Acuña: un directo de igualdad

Por Víctor Besa

El 28 de abril de 2001 marcó un antes y un después en la historia del boxeo argentino. Marcela Acuña, la “Tigresa” oriunda de Formosa derrotó por puntos a Jamillia Lawrence en la primera pelea profesional en la historia del país. Este hecho estableció un precedente que cambió para siempre el deporte femenino en Argentina, pero que solo es la portada visible de una lucha que comenzó muchísimo antes.

En septiembre de 1997, la figura mundial del boxeo femenino Christy Martin visitó Buenos Aires para promocionar la velada entre José Rafael Sosa y el dominicano Rafael Torres. La Tigresa se dirigió a saludar a la que en ese entonces era su inspiración y antes de que pudiera darse cuenta la habían convocado para hacer una exhibición para la TV contra la pugilista norteamericana. La formoseña no esquivó, subió al ring y disputó un combate que dejó sanguinarios intercambios entre ambas.

Luego de esto, el empresario a cargo de la visita de Martin le ofreció una bolsa de 5000 dólares a Acuña para que fuera a pelear a Florida. Ella aceptó y así fue como se dio la primera pelea rentada de boxeo femenino en la que participó una deportista argentina. No pudo ganar el combate, pero trajo consigo una victoria muchísimo mayor: la determinación de legalizar la disciplina que en varones llevaba más de 70 años activa. Para esto, trajo a Argentina el reglamento de la Comisión Estatal de Boxeo de Florida.

Finalizada su segunda pelea en 1998 toma la decisión más importante junto a su esposo y entrenador Ramón Chaparro: mudarse de Formosa a Ezeiza junto a sus dos hijos, con el fin de poder presionar una vez por semana a Osvaldo Bisbal, presidente de la FAB. 

Toda su lucha finalmente valió la pena. El 23 de marzo de 2001, Bisbal anunció la formalización del boxeo femenino en el país y dos días después se le concede la licencia n°1 a Marcela Acuña. Pero esto no era suficiente, faltaba la primera pelea profesional. “Yo no estaba pasando desapercibida y eso era una batalla ganada. Muchas mujeres me decían que se sentían identificadas conmigo, que teníamos que ponernos de pie y trabajar por nuestros sueños”, declaró La Tigresa. 

El 28 de abril de 2001, Acuña derrotó en 4 rounds a Jamillia Lawrence en una noche histórica, en la que reconoció que: “Ella era muy buena. Yo llevaba casi dos años sin competir, pero mi corazón era muy grande y eso me ayudó a ganar. Fue una pelea ardua e intensa”. 

La Tigresa fue, es y será una luchadora dentro y fuera del ring. A 40 años de la recuperación de la democracia en Argentina, llamó a “cuidarla y mejorarla” y a seguir siempre peleando por las convicciones. Expresó que si las mujeres hubieran estado unidas como sucede hoy, “la lucha por el boxeo profesional femenino hubiese sido más fácil”. 

 

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