sábado, abril 27, 2024

Brenda Fontana, la basquetbolista de la selección que juega en EE.UU. y está a punto de recibirse de psicóloga

Por Uriel Qualizza

Brenda Fontana es una basquetbolista argentina de 22 años que está a punto de arrancar su cuarta temporada en la División I de la NCAAW, liga universitaria de baloncesto femenino en Estados Unidos, para la Universidad de Old Dominion Monarchs en Norfolk, Virginia. Fontana es la única hispanohablante del equipo, juega de pívot y mide 1.85 metros. Ella hizo inferiores en Argentina, en Los Indios y en Vélez Sarsfield, y también jugó en la selección desde U14 hasta U19. La nacida en Moreno no para de romper barreras y llegó a debutar para Argentina en la AmeriCup 2023. Sin dejar de lado el estudio, está a un año de recibirse de psicóloga y terminar sus cuatro años universitarios.

El Draft de La Women’s National Basketball Association (WNBA) funciona como el de la NBA. Se hace anualmente y las franquicias eligen entre basquetbolistas universitarias de EE.UU o ligas del exterior. Pero en la WNBA, las jugadoras de las universidades domésticas deben tener al menos 22 años durante el año en que se lleva a cabo el Draft y no poseer elegibilidad universitaria restante o renunciar a cualquier admisión futura. Por lo tanto, Fontana podría anotarse al Draft del 2024.

-¿Qué se sintió debutar con la Selección Argentina de Básquet en la AmeriCup 2023?

-Increíble, fue una forma de poner todo mi trabajo y mi conocimiento a prueba. Sentí que volví a un lugar al que ya pertenecía y había una pasión que no vivía hacía mucho. Fue muy lindo y nutritivo.

-¿Cuál es la mayor diferencia entre el básquet universitario y el FIBA? ¿Se hace difícil esa transición?

-Hoy no, capaz al principio. Siempre que vuelvo a Argentina juego en Vélez, así que estoy acostumbrada. Aunque en Estados Unidos se juega más físicamente en algunos aspectos y más técnicamente en otros, pero no me molesta.

-¿Y en relación al básquet de Estados Unidos con el de la Argentina? 

-En Estados Unidos son más fríos pero más profesionales. Se le da mucha importancia al básquet femenino y está mucho más avanzado. Se entrena todos los días, hay recursos, están todas las herramientas. Aunque sea básquet universitario se lo trata con más profesionalismo que equipos de la Primera de Argentina.

-Sos una de dos extranjeras en el equipo, ¿crees que tu formación en el básquet argentino te da alguna ventaja?

-Sí, es un básquet distinto al que aprendemos en Argentina. Hay un tipo distinto de juego y de lectura de defensa en general, tanto en el uno contra uno como en el cinco contra cinco.

-¿Y alguna desventaja?

-También, ellos practican mucho más el ataque y el predominio del uno contra uno en todos los escenarios. Ellos definen qué tan bueno sos mirando, qué tan bien jugás en ataque. Y yo no le puse tanto énfasis a eso ya que en Argentina no se le da tanta importancia a ser excepcional en el uno contra uno.

¿Qué es lo que más extrañas de Argentina?

-El día a día, la cultura argentina y cómo nos manejamos. Las amistades y construcciones sociales son distintas a las de acá, siento que pertenezco a Argentina y eso no va a cambiar. Extraño la rutina.

-Aquellos días en Los Indios o en Vélez, ¿te imaginabas llegar a dónde estás hoy?

-En Los Indios era muy chica pero nunca imaginé llegar a donde estoy hoy. Inclusive en Vélez no había firmado con la universidad hasta después de mi último Mundial en U19 y tardé un año en decidir venir a Estados Unidos. Si soy honesta, nunca imaginé llegar acá.

-¿Seguís disfrutando de jugar tanto como en inferiores? ¿Qué es lo que más te gusta del básquet?

-Sí, aunque en inferiores era otra mentalidad. Al ser un “trabajo” no tengo todo el tiempo las mismas ganas que antes. Aun así me gusta más ahora y no puedo pasar mucho tiempo sin entrenar. Lo que más disfruto al jugar es que estoy concentrada en básquet y nada más.

-¿Qué fue lo más difícil de mudarse a Estados Unidos cuando fuiste a jugar a Utep Miners en Texas? 

-Más allá de extrañar a mi familia y a mis amigos, lo más difícil fue la cultura. Yo estudié inglés en un colegio bilingüe y también di exámenes internacionales de Inglaterra, pero cuando vine acá, la informalidad del idioma me costó mucho.

¿El traspaso a Virginia fue más fácil? ¿Cómo se dio?

-Fue distinto. Esta universidad es distinta a la otra, es mucho más seria y la perspectiva es más profesional. Tuve que madurar cuando me cambié acá. Si bien estoy agradecida con UTEP por todo lo que me dio, deportivamente buscaba más profesionalismo.

-¿Continuás dándole mucha importancia al estudio? ¿Aplicás algo del mismo al deporte?

-Más que nunca, este año me recibo. Todo lo que aprendo lo aplico al deporte y a mi vida en general.

-El 7 de noviembre empieza tu cuarta temporada en la División I de la NCAAW, ¿qué esperás?

-Mi expectativa es tener un mejor rol que el año pasado y tener más protagonismo tanto en defensa como en ataque.

-¿Tu mira sigue en la NCAAW o te imaginás en alguna otra liga?

-Quiero terminar esta temporada. El año que viene es opcional si continuar y hacer un master o irme a otra liga. Va a depender mucho de cómo se desarrolla este año.

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