sábado, abril 27, 2024

La historia de Gracia Sosa, la Messi de Las Murciélagas campeonas del mundo

Por Valentina Conversano

Cualquiera puede soñar con ser Messi. Muchos de los chicos y chicas de esta generación salen a la calle con una camiseta, unas medias, una cartuchera o hasta la funda del celular con la cara del mejor jugador del mundo. Pelotean con sus amigos, hermanos o con gente que se encuentra en la plaza o en el potrero. 

Pero… ¿y si la persona que lo sueña toca lo más alto como lo hizo él en el 2022? Ese es el caso de Gracia Sosa, pero no sólo en el fútbol, porque sus comienzos fueron en el atletismo, brilló en los Parapanamericanos 2007 (con medalla de bronce en 100 metros llanos), en los Juegos Paralímpicos Pekín 2008 y en torneos nacionales y mundiales. Cambió rotundamente al remo, en el que también representó a la Argentina, pero jamás se separó del fútbol. 

“Siempre lo seguí mucho a Messi, lo veía como el mejor del mundo y decía: ‘¿Y si alguna vez me toca?’, expresa hoy a sus 33 años la campeona y mejor jugadora del único mundial de fútbol femenino para no videntes disputado en agosto en Birmingham.

– Sabiendo que Europa era terreno desconocido, ¿cómo se prepararon para el mundial que fue postergado tantas veces? 

-Comenzamos a hacer más concentraciones, el año pasado era una por mes. Se iba a hacer la Copa América pero resultó que los países no formaban los equipos. Vinieron chicas de Colombia, dos de México, era como el resto de América contra nosotras. En Europa se hacían torneos entonces ellos sí se conocían. Nosotras fuimos al mundial sin saber a quién nos íbamos a encontrar, qué tipo de jugadoras eran.

-¿Pudieron ir acompañadas por sus familiares?

-Estábamos solas con el cuerpo técnico. Solamente estuvo el novio de una de las chicas porque era parte de Los Murciélagos, pero no se veían casi nunca.

-¿Y tuvieron algún apoyo psicológico?

-Hasta el mundial teníamos a nuestra psicóloga, pero no nos pudo acompañar a Inglaterra, aunque la que quería podía hablar con ella por teléfono.

-¿Qué sentiste cuando convertiste el primer gol de Argentina, el cual fue apodado “Gol Maradoniano”, en la primera edición de un Mundial?

-Fue todo tan rápido que dije: “Dios, por favor dejame una o a alguna de mis compañeras, que entre una”. Queríamos empezar bien porque sabíamos que no teníamos muchos partidos para demostrar. Cuando me describen el video del gol no lo podía creer, no sabía que se habían caído dos, que había esquivado a una, pero arranqué y dije: “Ésta es mía”.

-En la final contra Japón se fueron al entretiempo perdiendo 1-0 ¿de qué se habló en esos minutos?

-Con las chicas agradecimos que el gol fuera al final del primer tiempo, porque si hubiese sido de entrada nos derrumbaba. Yo salí con mucha bronca, pensé que nos iban a matar los entrenadores, pero no, nos alentaron, nos dijeron que estábamos jugando bien y que el gol había salido de una falta (por eso me sentía culpable).

-¿Cómo fue su recibimiento en la vuelta al país?

-Desde el primer partido ya la gente nos seguía. DeporTV movió mucho. Llegamos acá y empezamos a hacer notas por todos lados. También nos hicieron reconocimientos clubes como Instituto, Belgrano, Talleres, y las municipalidades de Córdoba y de Avellaneda.

-¿Qué podés decir como la mejor jugadora del mundo?

-No me lo esperaba, no fui con esa intención. Veía el mundial del año pasado y yo quería eso, quería ganar esa copa, quería estar con la gente, pero siempre digo que una busca ser la mejor pero para el equipo, no para una misma.

-¿Cómo fueron tus inicios en el deporte? 

-Yo arranqué con el atletismo en el 2004 porque un compañero de la escuela me invitó al Club Güemes, donde jugaban a la pelota los varones. Por estar con ellos, su técnico me había visto correr y me dijo: “Che, mirá, no hay fútbol femenino, pero hacé atletismo”. No me imaginé que iba a terminar en la selección ni él apuntaba a eso.

-¿Y el cambio a Las Murciélagas? 

-Estuve en la selección de remo de 2014 a 2019 y en 2016 me metí al fútbol porque Gonzalo Abbas, técnico de Las Muerciélagas, había armado el equipo de Las Guerreras en 2012, el primer equipo de fútbol para ciegas en el mundo. Me buscó y yo le dije que no porque vivía y entrenaba en Buenos Aires, lo mismo en 2014. Y en 2016 lo fui a buscar yo. Arreglé los horarios y terminé haciendo ambos deportes hasta 2019. Pero con el primer cuerpo técnico que armó la selección (fútbol) tenía que dejar remo porque no podía competir en los dos.

-¿Qué se siente representar al país?

-Es una felicidad enorme, con atletismo siempre estuve muy cerquita de la medalla pero no podía y decía: “Se me tiene que dar en algún deporte”. Para este mundial fuimos con esa idea, al menos llegar al podio.

-¿Qué le dirías a las personas que no se animan a practicar algún deporte por miedo?

-Que se animen a todo. Yo nací vidente, pero al ser prematura me colocaron en una incubadora y un problema técnico me afectó los ojos. Creo que si no le ponés actitud, ganas o no tenés fe y no confiás en vos, nadie va a hacerlo por tu cuenta. Con la discapacidad se pueden hacer las cosas, con sus limitaciones, pero hay todo tipo de deporte adaptado. La familia tiene que hacer que vuelen, acompañar, pero dejarlos ser felices. 

-¿Sabés que vas a quedar en la historia, no? 

-Es algo inentendible, ganamos el primer mundial, hice el primer gol oficial de la historia de Las Murciélagas, somos las primeras de todo. ¿Quién ganó el primer mundial? Argentina. ¿Quién salió mejor jugadora? Una argentina. ¿Quién salió goleadora? Una argentina.

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