sábado, noviembre 23, 2024

Fabricio Fuentes: “El club está peleando el descenso porque su política de fichajes fue errónea y tuvo que recurrir a los chicos”

Por Santiago Encinas 

Nacido en Las Acequias, un pueblito de Córdoba, Fabricio Fuentes fue el capitán del Vélez campeón 2005, compañero de Juan Román Riquelme y de Diego Forlán en la época dorada del Villarreal, y hasta llegó a disputar un partido con la Selección Argentina. Actualmente, con 46 años, sigue interesado por el fútbol e informado sobre la actualidad de El Fortín.

-La última vez que Vélez descendió fue en 1940, ¿qué opinás de la situación que está atravesando? ¿Dónde creés que se origina?

-Vélez tuvo una política de fichajes errónea, se trajo gente que no rindió y se recurrió a los chicos de inferiores, que son buenos jugadores, pero no es fácil para ellos jugar en una situación como ésta. Es un club grande, que tiene una institución extraordinaria y tiene que estar peleando siempre arriba.

-Te tocó pelear el descenso con el Atlas de México, ¿cómo se juega en ese contexto?

-No es para muchos, hay que tener mucha fortaleza mental y mezclar líderes y experimentados con jóvenes. Es todo muy cambiante y muy delicado: si ganás sacás la nariz de abajo del agua y si perdés te volvés a meter en el problema.

-Mencionaste a los pibes que les toca entrar a la cancha en una situación difícil, ¿qué podés decir del caso de Gianluca Prestianni? ¿Sentís que se depositó mucha confianza y presión en él?

-Con ese chico sucedieron varias cosas. Había una imperiosa urgencia de parte de los representantes de venderlo al exterior, pero los intereses del club no acompañaban esa decisión porque era un jugador importante para afrontar esta situación. Hubo una guerra entre ambos bandos y el perjudicado fue el jugador.

-¿Y del apriete de la barra hacia el plantel?

-La realidad es que los barras en los clubes existen. Hay una convivencia directa con los dirigentes. Yo la vi, la sufrí y la pasé. Lamentablemente las dirigencias les van dando cada vez más poder y más lugar, y estos pasan los límites. Lo único que hace esta convivencia es generar un gran malestar institucional que agrava la situación. Tuve algunas experiencias difíciles tanto en Velez como en Newell ‘s, porque era el capitán. Los encontronazos están. Siempre, cuando tenés un rol donde trabajás, en este caso el fútbol, sabés lo que te jugás. Hay que tener mucho temple, corazón e inteligencia.

-¿Considerás que Vélez está siendo perjudicado por el arbitraje?

-Contra Independiente fue muy notorio que la decisión del árbitro no fue la correcta. Contra Tigre también fue dudoso. Pero lo que realmente importa es que si estás sumergido en un problema y encima no están saliendo las cosas como querés que salgan, es muy difícil. Tiene un gran entrenador y muchos jóvenes con ganas, pero no tiene esa cuota de suerte que se necesita.

-¿Cuál creés que es el motivo por el que a las instituciones grandes como Racing, en su momento, y actualmente San Lorenzo, Vélez e Independiente les tocó atravesar estas crisis?

-Creo que tienen mucho que ver las malas decisiones de las diferentes comisiones directivas, que son las que determinan el éxito o el fracaso de una institución. Racing, quieras o no, ha hecho las cosas muy bien y ha obtenido buenos resultados y títulos, e Independiente todo lo contrario, viene en una agonía de buenas decisiones.

-Formaste parte del Vélez que salió campeón en 2005 después de siete años sin títulos, ¿la gente te lo sigue reconociendo en la calle?

-Fue un orgullo bárbaro, hicimos un año extraordinario en el cual hubo grandes picos de rendimientos individuales y gracias a muchos jóvenes y algunos experimentados logramos conseguir el campeonato local. La verdad que sí, cuando me cruzo con algún hincha siempre me dan palabras de aliento y de agradecimiento. Es un lindo reconocimiento al gran sacrificio que hemos hecho.

-Jugaste en dos clubes que sacan a muchos chicos de inferiores como lo son Newell´s y Vélez, ¿qué creés que es lo que los lleva a ser tan eficaces?

-La clave es que ambas instituciones apuestan e invierten mucho en eso. Tienen captadores en todo el país y le dan mucha importancia a que los chicos puedan debutar en Primera. Son clubes exportadores de jugadores que viven económicamente de esas ventas.

-Participaste en varios clásicos rosarinos y en uno de ellos convertiste un gol con una linda particularidad, ¿tiene un sabor especial para vos? ¿Qué significa jugar este partido?

-Desde chico en Rosario te van mentalizando con que es el partido más importante de tu vida. A mi criterio, después del Superclásico es el clásico que se vive con más pasión. El día que convertí mi mujer estaba en el parto de mi primer hijo. Por suerte pude hacer el gol del empate, que mantenía los 20 de años de hegemonía invictos de visitante, y pude asistir al nacimiento. Es un día que quedó marcado en mí.

-Llegaste al Villarreal en su época dorada y compartiste vestuario con Juan Román Riquelme y Diego Forlán, ¿qué aprendiste de tu paso por el club y particularmente de ellos?

-Cuando llegué al club teníamos la gran tarea de conseguir objetivos importantes porque ya se había demostrado que el equipo podía conseguirlo. Por suerte salimos subcampeones e hicimos un gran campeonato. Ellos son otra clase de jugador con una gran trayectoria y un gran liderazgo. Fueron cuatro años únicos, conocí una liga muy competitiva, un gran país y una institución con intenciones de competir.

-Todas estas actuaciones que fuiste nombrando te llevaron a jugar en la Selección, aunque tuviste un pequeño infortunio…

-No es fácil llegar a la Selección. Tuve la oportunidad sabiendo que atrás había grandes jugadores. Me tocó debutar con un gol en contra, pero fuera de eso, fue un partido bastante bueno. La experiencia ameritaba cualquier riesgo y cualquier situación. Para nosotros, los jugadores, la Selección es prioridad, es una sensación totalmente distinta a la de jugar en un club.

-¿Qué recordás de tu paso por el Ea Guingamp de Francia?

-Fueron nueve meses duros, no se hablaba español y el equipo no anduvo bien. Nunca logré adaptarme.

-Lionel Messi también declaró que no la pasó bien en París, ¿qué tan importante es que el jugador se sienta cómodo donde está jugando?

-Es como cualquier trabajo el fútbol: si no tenés los medios necesarios y confortables para llevar adelante tu vida familiar y laboral, se complica. Es un trabajo en el que el estilo de vida, la relación con los hinchas y la adaptación son protagonistas.

-Y en lo que respecta al futuro… ¿pensás seguir vinculado al fútbol?

-Hice el curso de director técnico, soy entrenador. Busqué la posibilidad durante mucho tiempo para dirigir pero no se me dio. Desistí de seguir buscando, pero capaz que en algún momento me incline por el lado amateur para estar con los chicos.

 

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