Por Santino Sciola
Un club abandonado
En 2009, Pacífico le alquiló el espacio a Parque, otro histórico club del barrio de Villa del Parque, ya que había comenzado obras para agrandar su cancha y estaba en busca de un espacio para mantener activa su vida social. Durante el primer año de contrato, todo salió a la perfección y fluyó con normalidad. Sin embargo, según propios dichos de dirigentes actuales, como la comisión directiva de ese momento no estaba muy interesada en el club ni en proyectos a futuro, poco a poco, fueron desligándose de Pacífico y en cierto modo quedó abandonado. Por lo tanto, no solo se perdieron la mayoría de los chicos que prefirieron empezar a jugar en Parque, sino también la tradición y la pertenencia que El Tricolor había sostenido desde 1930. “Lo que nos daba bronca a nosotros es que veníamos a nuestro club por ejemplo a comer y en realidad era como ir a Parque”, manifiesta Rodrigo Gago. Además, Alejando Sanzo, explica: “De repente lo que empezó a molestar fue que Pacífico perdió a todos los chicos que habían estado toda su vida porque siempre la que estaba presente era la gente de Parque”.
Cansados de esta situación y tras cinco años de sufrimiento, un grupo de personas que había estado ligado al club desde su infancia (la mayoría dirigentes actuales), decidieron reunirse y tomar nuevamente las riendas de Pacífico para encarrilarlo: “En esa reunión acordamos que sí o sí nos teníamos que volver a hacernos cargo. Lo primero que hicimos fue darle bola al futsal femenino y en paralelo, reconstruir el masculino. Llenamos de pasacalles el barrio y revolucionamos el club”, recuerda Emanuel Iglesias, un dirigente al que todos conocen como Manolo. Por su parte, Gago, que en ese momento era jugador de la Primera en futsal, agrega: “Recurrimos a los pasacalles porque no había tantas redes como ahora. Literalmente en ese momento teníamos tres pelotas nada más”.
El triunfo ante los campeones de Champions
La tercera división de Pacífico se ganó un lugar en La Copa Mundo Do Futsal Sub-21, el torneo más importante en esta disciplina, tras en primera instancia haber ganado el campeonato anual 2022 en la B y el torneo nacional que reúne a los campeones del año, en el que derrotó al histórico Pinocho. Este Mundial de Clubes que jugó el Tricolor se disputó en Brasil del 16 al 23 de mayo.
El partido más importante no sólo para este plantel sino para la historia completa de Pacífico fue cuando la última jornada de la fase de grupos enfrentaron al poderoso Palma, el equipo español de la élite que venía de consagrarse campeón con su plantel superior en la liga de su país y en la Champions League y que además en su plantilla Sub-21 contaba con cuatro jugadores que habían sido parte del plantel de primera división y que habían logrado coronarse en esas dos competiciones.
“Yo estaba emocionado desde la entrada en calor. Los veía a ellos con todo su cuerpo médico, su ropa de primera marca y sus jugadores profesionales. Éramos dos clubes con una realidad distinta. Cuando nos pusimos a hablar con el cuerpo técnico del Palma le mostrábamos nuestra cancha y nuestro club y pensaban que los estábamos cargando. Uno me preguntó: ¿Cómo están jugando a este nivel teniendo esa cancha?”, manifiesta el utilero de Pacífico en ese viaje. También confiesa entre risas: “Te voy a ser sincero, la noche anterior apostábamos en joda a ver si íbamos a tener por lo menos algún córner a favor contra el Palma”.
Finalmente, el encuentro finalizó 4-3 a favor del equipo de Villa del Parque. Pese a no poder acceder a la segunda ronda, los jugadores de Pacífico se fueron con una satisfacción inmensa sabiendo que lograron meterse en la historia del futsal argentino y entendiendo que el Tricolor está cada vez más lejos de ser ese club abandonado que hubo y se convierte en una institución modelo que crece a pasos agigantados.