sábado, noviembre 23, 2024

All Boys y el fútbol para hacer escuela

Por Santiago Gutiérrez y Leandro Manganelli

No todos llegan a Primera y los jugadores de fútbol tienen una preparación física y mental para estar al más alto nivel. Desde chicos ocupan gran parte de su tiempo en el intento de ser futbolistas profesionales y, en algunos casos, la escuela entra en el grupo de actividades que dejan de lado por jugar a la pelota.

En febrero de este año, la AFA y el Ministerio de Educación firmaron un acuerdo para que las y los jugadores juveniles completen sus estudios obligatorios, entre ellos la secundaria, sin que los entrenamientos y partidos interfieran en su carrera educativa. “Este convenio nos compromete a seguir construyendo un futuro con educación para todos los chicos y chicas que juegan en nuestros clubes”, expresó el presidente de la AFA, Claudio Tapia, en su cuenta de Twitter.

Sebastián Safier, profesor de geografía, integra el proyecto del Departamento de Educación de All Boys que tiene el objetivo de ayudar a los deportistas del club a terminar el secundario: “Estamos tratando de que aquellos jugadores que no lo han terminado puedan hacerlo. Me ofrecí para colaborar desde mi ciencia, la geografía, que también se relaciona con otras materias como historia o antropología”.

Este proyecto educativo es bajado del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y se trata de trabajos prácticos que les mandan a los estudiantes. La tarea de los docentes que integran el departamento es asesorar a los chicos cuando necesiten ayuda. “Sacamos algún tiempito de los entrenamientos”, cuenta a El Equipo Safier, aunque por temas de tiempo la temática es, en su mayoría, de manera virtual: “Tratamos de que los entrenadores, sobre todo de divisiones inferiores, le den ese espacio a los jugadores para que terminen sus estudios”.


“Apenas debuté en Primera largué el colegio. En ese momento pensé en solo dedicarme al fútbol. Ahora que tengo 24 años quiero retomarlo y terminarlo. Es importante ser un ejemplo para mí hijo”, declaró Cuti Romero.

Sin embargo, All Boys, según Safier, está priorizando la educación: “Los recursos son limitados, estamos tratando de enfocarnos en eso y recibimos donaciones del club como computadoras”. El departamento, que se creó hace dos años, le dio prioridad al fútbol desde un principio, pero buscan expandir este programa educativo a los demás deportes que se practican en el club como el básquet, futsal y handball. Además, se está haciendo un colegio maternal en All Boys y, aunque se trata del nivel más bajo, es una base para pensar en una futura escuela como la de Vélez o River.

Para Safier, una base educativa ayuda a “tomar decisiones tanto en el campo de juego como en la vida”, y terminar el secundario es muy importante. Lautaro Taboada, juvenil de 19 años de All Boys, que debutó en Copa Argentina y en la Primera Nacional -con gol incluido frente a Defensores de Belgrano- e integra la Selección Sub-20 del ascenso, está realizando el curso para obtener el título secundario. Otro caso es el de Maximiliano Salas, jugador de Palestino que actualmente compite en la Copa Sudamericana, que culminó sus estudios secundarios con la ayuda de Safier antes de que se arme el departamento, ya que vivía en la pensión del club. La intención de que los jugadores tengan los estudios completos venía desde antes.

La psicología juega un papel importante en el deporte y la educación es una base crucial para favorecer este aspecto. “Yo creo que la educación y el fútbol están muy relacionados a la construcción de una contención psicológica porque muchas veces los pibes pueden sentirse frustrados– dice Safier-. Hay una confusión, desde la ignorancia, de que el mundo del fútbol es nada más jugar, correr y entrenar un rato, pero hay una presión muy grande”.

Casos conocidos como el de Maradona, que salió de Villa Fiorito y cumplió sus sueños de jugar un Mundial y modificar las condiciones de vida de su familia, pueden convertirse en una presión para los jugadores que se están iniciando y que, en muchos casos, tienen que “salvar” a su familia. “All Boys tiene mucha relación con el vínculo social y con tratar de hacer acciones por el barrio”, expresa Safier en relación a la parte extrafutbolística del club que también cuenta con un departamento psicológico para el fútbol masculino: “Sería bueno que también haya uno en el fútbol femenino que, de verdad, está creciendo mucho” (el año pasado peleó el ascenso a la Primera).

“Hay una idea de que tal vez hoy terminar el secundario está mal visto, pero yo considero que es bastante importante”, cierra Safier. Varios jugadores profesionales no llegaron a terminar el secundario por un gran auge en su situación deportiva, como Gianluca Prestianni y Cristian “Cuti” Romero. Sin embargo, ambos jugadores admitieron el deseo de terminar el secundario. “Apenas debuté en Primera largué el colegio. En ese momento pensé en solo dedicarme al fútbol. Ahora que tengo 24 años quiero retomarlo y terminarlo. Es importante ser un ejemplo para mí hijo”, declaró Cuti Romero en ESPN aunque el campeón del mundo no solo será un ejemplo para su hijo, sino también para ese montón de chicos o chicas que están haciendo sus primeras armas en el deporte y a aquellos jugadores y jugadoras profesionales que no pudieron terminar el secundario por cuestiones similares a la del cordobés.

 

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