Por Emilia Pellegrini
“Que la gente confíe, que no los vamos a dejar tirados”, dijo el diez después de la derrota 2 a 1 con Arabia Saudita por la primera fecha de la fase de grupos. Y así fue. La gente confió, y de la mano de Lionel, Argentina le ganó 2 a 0 a México el sábado y hoy a Polonia con el mismo resultado para clasificarse a octavos como primero del grupo C.
Con la fecha de nacimiento de sus hijos y el nombre de su esposa en los botines, cantó el himno con la frente en alto y encendió las esperanzas de todo el pueblo argentino una vez más. El crack rosarino se convirtió en el futbolista con más partidos en mundiales con la Selección Argentina: con 22 encuentros vistiendo a la celeste y blanca, superó nada más y nada menos que a Diego Maradona.
“Messi, Messi”, gritaban los argentinos en las plateas en reverencia al mejor jugador del mundo, dejando atrás rápidamente el penal que erró en el minuto 38 en manos del arquero polaco Wojciech Szczęsny. Fue la quinta vez que erró un tiro desde los doce pasos en la selección y el segundo en una copa del mundo. Después del partido, aseguró que tanto él como el grupo salieron fortalecidos luego de esa jugada y que se convencieron de que iban a ganar.
Messi se convirtió en el futbolista con más partidos en mundiales con la Selección Argentina: con 22 encuentros superó nada más y nada menos que a Diego Maradona.
El esperado cruce entre el rosarino y Robert Lewandowski, tras las declaraciones del polaco luego de que Messi ganara el Balón de Oro en 2021, tuvo lugar en una disputa frente a frente entre los dos: el polaco le cometió una falta e inmediatamente le extendió la mano pidiéndole perdón; desinteresado, Messi no le aceptó las disculpas y ni siquiera lo miró a la cara. Pero para la sorpresa de todos, al final del partido se terminaron saludando con buenas intenciones.
En un partido donde Argentina no logró convertir goles en el primer tiempo a pesar de haber sido completamente superior a Polonia, Lionel supo, una vez más, guiar al equipo para conseguir la victoria que tanto se necesitaba. “Este plantel está totalmente preparado siempre. Esa es la fortaleza de este grupo: la unión”, declaró el diez apenas finalizó el encuentro, todavía vistiendo la camiseta violeta y con la cinta de capitán en el brazo izquierdo.
Ya había pasado más de media hora de que el partido había terminado, y ante la mirada atónita de la seguridad qatarí, la hinchada argentina se quedó festejando en el Estadio 974 al grito de “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”. Y tiene toda la razón para ilusionarse, el mejor del mundo es argentino.