Por Lucas Pastoriza
El mediocampista nacido en Francia que hoy juega de defensor y es uno de los pilares y capitán de Marruecos, tiene una historia de vida bastante particular. De padre marroquí y madre francesa, Romain Saïss nació en 1990 en Bourg-de-Péage y siguió los pasos de su papá, Redouane Saïss, quien jugó al fútbol de forma amateur.
De joven inició su carrera futbolística en el país galo, en un equipo regional llamado AS Valence. Con el paso del tiempo, y ya con 20 años y sin haber debutado en Primera, jamás perdió la ilusión de poder cumplir su sueño: “Siempre me mantuve concentrado porque sabía el caso de jugadores como Franck Ribéry que había jugado su primer partido oficial después de los 20, así que seguí trabajando”.
En el 2010 fue visto por un ojeador del Clermont Foot. Al año siguiente fue fichado por dicho club y tan solo seis meses después, en enero del 2012, y con 22 años, debutó oficialmente y por si fuera poco, en noviembre de ese mismo año debutó con la selección de Marruecos.
Ya para el 2013, tendría un breve paso por el Le Havre, de la Ligue 2, donde coincidió con Riyad Mahrez que un par de años después sería campeón de la Premier League y elegido como el mejor jugador del torneo, lo que fue una motivación para él: “Cuando ves que a uno de tus amigos le va tan bien, fortalece tu deseo y tu creencia de que tú también puedes llegar al nivel más alto”.
En 2015 fue traspasado al Angers y sus actuaciones convencieron al Wolverhampton para fichar al mediocampista en el 2016, que usarían de zaguero y que se convertiría en uno de los emblemas del equipo hasta junio de 2022, donde no pudieron llegar un acuerdo para renovar su contrato y se marchó al Besiktas de Turquía.
Hoy, ya afianzado como central y capitán de Los Leones del Atlas desde 2019, en Qatar 2022 disputa su segunda Copa del Mundo e intentará guiar a su equipo a seguir escribiendo las páginas doradas de la historia de su país.