jueves, noviembre 21, 2024

Julián Álvarez, el pibe de Calchín que soñaba con Messi

Por Juan Ignacio Rivera

“Vos que andas siempre buscando, hay un pibe que me tocó dirigir en la categoría 2000 en la Liga de Calchín que marca mucho la diferencia”, le dijo un árbitro que dirigía a Julián Álvarez en 2011 al presidente Ángel Nuñez, del club Atalaya de la ciudad de Córdoba. Ante este comentario, Nuñez llamó al reclutador de talentos Piero Foglia y le contó sobre las habilidades de Julián con la pelota. Álvarez hizo la primaria en el instituto Rivera Indarte de Calchín, era abanderado y competía en el Club Atlético Local donde además de jugar, la rompía. Frente a esto, Foglia, luego de hablar con Gustavo, el padre de Julián, lo invitó a jugar al club Atalaya y al poco tiempo vio un futbolista destacado. “Difícil encontrar un nivel de concentración desde el minuto 0 al 90. Tanto la definición como la llegada al área son dos rasgos que lo diferencian de los otros futbolistas”, dijo Foglia en un podcast de la Página Millonaria. Fabián Dominici, cartero del pueblo, contó en Olé: “Todo le salía de manera natural, mientras nosotros estábamos en el buffet mirábamos y Juli estaba haciendo cosas hermosas”. Álvarez no solo se destacaba en el club Atalaya sino que en torneos intercolegiales. En un partido anotó 14 de los 15 goles. 

Foglia tenía muy buena relación con Ramón Martínez, director deportivo del Real Madrid en 2011 y actual director general, y quien le había dicho que si veía un chico de temprana edad con condiciones y que no pertenezca a un club de AFA, le avisara. Foglia, para estar seguro de que Julián estuviese preparado para una competencia mayor, lo envió junto a su familia a probarse a River y Boca. Estuvo a la altura, por lo que lo recomendó a Martínez para qué se probará en el Merengue. Julián, que toda su vida tuvo como ídolo a Lionel Messi, días después de confirmarse la prueba en el Real Madrid, se confirmó que no fue el único equipo español en interesarse. Gustavo Álvarez contó que recibió un llamado de Jorge Messi, padre de Lionel, para invitarlo al Barcelona a realizar las pruebas. Pese a tener como ídolo al argentino, la familia Álvarez ya había acordado con el Real y respetó el compromiso de viajar a Madrid.

Y así fue, que en abril de 2011, con tan solo once años, Julián tomó su primer avión con destino al viejo continente junto a su padre y su reclutador Piero Foglia. Apenas llegó al club lo mandaron a jugar un amistoso con la número 10 y sorprendió al público. Fue la figura del partido con un par de goles. Luego, por sus buenas actuaciones, fue a jugar el torneo de divisiones inferiores de Alevines de Peralada en la ciudad de Girona. Era una novedad, ya que fue el único campeonato de ese año que no se disputó en fútbol 7, sino de 11. Se enfrentó a las mejores canteras del fútbol de toda España como Barcelona, Betis, Rayo Vallecano y Villarreal. Fue el goleador del torneo y marcó uno de los goles frente al conjunto blaugrana. Salió campeón, luego de ganarle 1 a 0 la final al Betis, y dio la asistencia del único gol del encuentro.

Los mandatarios del Merengue quedaron deslumbrados con su habilidad y destreza física. Todos en Calchín pensaron que Julián no volvería a la Argentina, ya que en España lo definían como un fenómeno. Pero tuvo que regresar debido a que la FIFA no dejaba que los equipos europeos ficharan jugadores menores de 13 años. Ley que hoy en día sigue vigente por protección al menor. Sin residencia española, Julián tenía que trasladar toda su familia por dos años y fue imposible para la familia Álvarez, que también debía conseguir trabajo y pagar una beca de 3000 euros para que su hijo empiece el secundario. La experiencia en el Madrid fue muy importante para Julián porque reveló su mayor problema. Estaba muy arraigado a sus orígenes y aún no estaba preparado para dejar Calchín a sus 11 años.

Los caminos llevaron a Julián al desafío de no bajar los brazos si quería triunfar en el fútbol. El cordobés siguió los estudios en el IPEM 284 y en el club Atlético Calchín para luego llegar a River, en enero de 2016. El destino quiso que en 2018, Julián regresara con tan solo 18 años a Madrid a disputar la final de la Copa Libertadores frente a Boca, donde también salió campeón y jugó sus primeros minutos en el Santiago Bernabéu. Hoy, a sus 22 años, volvió al viejo continente, aunque esta vez para el Manchester City, donde lleva 7 goles y 2 asistencias en los 20 partidos que disputó entre todas las competencias y donde en la mayoría arrancó en el banco de suplentes. Además, luego de sus buenas actuaciones con la selección argentina y su gol por Eliminatorias frente a Ecuador, se ganó un lugar en la lista de 26 jugadores que disputan el Mundial de Qatar.

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