Por Luis Climenti
Ramón Maddoni, descubridor de talentos del fútbol argentino, vio jugar a Leandro Paredes, a los 8 años, en un partido en el que el club Brisas del Sud se enfrentó con Parque. Maddoni esperó a la familia Paredes a la salida del club y habló con Daniel, el papá, mientras Miriam, la mamá, se subía al auto con su hijo. El cazatalentos le propuso llevar a Leandro a Boca. Víctor se subió al auto y le contó a la familia que al otro día el nene tendría que ir a jugar para el Xeneize, club del que son hinchas. Así comenzó la historia de Paredes, que con el pelo largo por la cintura debutó en infantiles de Boca y desde ahí no paró.
“Lo tenía visto desde antes de la final entre Parque y Brisas. Porqué Paredes tiene un tío que jugaba muy bien, y él habló de un sobrino que también jugaba bien. Entonces le pedí que lo traiga a Parque, pero estaba jugando para Brisas. Después lo llevamos a Boca e hizo una carrera hermosa”, afirma Maddoni, que en aquel momento trabajaba con el fútbol infantil en el club Parque y en Boca.
Paredes nació el 26 de junio de 1994 en San Justo, partido de La Matanza. El papá del actual número 5 de la Selección Argentina era albañil y la mamá fabricaba zapatos. Los Paredes eran una familia humilde. De los 3 a los 6 años, el futbolista jugó en el club La Justina y luego, cuando su familia se mudó a Mataderos, comenzó a jugar en Brisas del Sud. Luego llegó Parque y Boca.
Simultáneamente, Paredes jugaba en Brisas bajo las órdenes del entrenador juvenil Rosario “el Tano” Nanía, y en Parque y en Boca bajo el ala de Maddoni, que contó que durante su formación le dijo a Paredes que iba a jugar en la Selección Argentina. Ambos entrenadores coinciden en que desde chico Leandro tenía mucha técnica.
Maddoni había encontrado en ese nene todo lo que tiene que tener un futbolista: fundamento, ritmo, agresividad y, sobre todo, técnica. Aunque le recomendaba a Paredes que debía reafirmar la agresividad: “Se puede jugar bien, pero hay que meter un poquito más, Leo”, le decía Maddoni al actual mediocampista de la Juventus.
“La técnica que hoy tiene Paredes ya la tenía de chico. Era muy común verlo meter pases rasantes y entre líneas. Siempre se destacó por la buena pegada y el manejo de la pelota. Ahora mete un poco más, porqué de chico era muy sumiso. Le decía que tenía que tener más ritmo y agresividad, porque en el fútbol no te alcanza solo con jugar bien. No digo pegar patadas, cuando digo ritmo y agresividad, es trabar fuerte, ganar la posición, meter el brazo”, aclaró Maddoni.
Su amor por Boca lo selló a los 8 años, cuando como hincha pisó por primera vez la Bombonera en un partido en el que su equipo enfrentó a San Lorenzo y terminó 2 a 2 con dos goles de Carlitos Tevez. Nanía lo tuvo durante la etapa completa de baby fútbol en Brisas y, durante el último año, lo compartió con Maddoni en Parque, donde conoció a Camila Galante, su actual mujer (foto).
Paredes se lució de enganche en la Novena, salió campeón con la Octava y, ese mismo año, en un campeonato en el que Boca fue invitado a España, fue figura. Todo pasó muy rápido en la vida del jugador nacido en San Justo. En 2010 Claudio “Bichi” Borghi fue contratado por Boca para hacerse cargo del primer equipo. Ese mismo año, el entrenador subió a Paredes a la Primera de Boca cuando el jugador tenía 15 años. En esa experiencia compartió vestuario con Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Sebastián Battaglia y Rolando Schiavi, ídolos del club del cual es hincha.
Paredes recordó en una entrevista que, cuando fue citado para ser parte de la Primera de Boca, su nombre estaba escrito en un pizarrón con la indicación de que debía presentarse a las 9.30 en la práctica Xeneize. Borghi llegó más tarde y le preguntó qué hacía ahí. Paredes le respondió que su nombre estaba en un pizarrón y que por eso se había presentado a entrenar. El Bichi le preguntó quién era y le dijo que había una equivocación, que esperara afuera. Paredes sintió que su mundo de futbolista profesional se derrumbaba. Estuvo un rato fuera del gimnasio donde se encontraba el plantel y Borghi salió a buscarlo diciéndole que era una broma. Al fin de cuentas, era lógico, solo era un nene de 15 años. Su debut oficial en la Primera División de Boca llegó cuando Paredes tenía 16, en la derrota por 2 a 0 de local frente a Argentinos.
Paredes, que se tatuó a La Bombonera en el pecho luego de que el Xeneize ganara la Liga Profesional 2022, reconoció que fue en Boca en donde le enseñaron lo que es jugar a ganar y competir. A los 8 años fichó para Boca en infantiles, el club del cual siempre fue hincha. A los 16, debutó en la Primera División y tuvo de compañeros a figuras que eran sus ídolos. Fue convocado para la Sub 15 y Sub 17 de la Selección Argentina. Hoy juega en la Juventus, es titular indiscutido en el equipo de Lionel Scaloni y está a punto de jugar su primer mundial. La carrera de Leo Paredes es la prueba de que los sueños se cumplen.