jueves, noviembre 21, 2024

Los museos del fútbol, esas cápsulas del tiempo para el movimiento más popular del país

Por Juan Manuel Sangregorio

Las dos camisetas usadas por Diego Maradona en su partido de despedida. Un simpático metegol reversionado que rememora el gol de Gonzalo Pity Martinez en el último minuto de la final de la Copa Libertadores 2018. El primer trofeo ganado por Los Cebollitas. Una estatua dorada a escala real que inmortaliza al genio del fútbol mundial. Una camiseta de River de los años 40 de Ángel Labruna, junto a su famosa corbata en su etapa de entrenador. Un pedazo de tablón de madera  de la primera cancha de Argentinos Juniors. La piedra fundacional colocada en La Bombonera.

Los museos dedicados al fútbol son un fenómeno que ha ido surgiendo y creciendo en Argentina desde principios del siglo XXI. En 2001, Boca fue el primer club en inaugurar su espacio para recordar y homenajear a su historia. San Lorenzo creó el suyo en 2003, y seis años después, hicieron lo mismo Argentinos y River. El único museo que no pertenece a un equipo en específico es La Casa de D10s, dedicado a la figura de Maradona y montado en su primera casa en La Paternal. Hoy es sumamente importante que un elemento vital en la cultura popular argentina como el fútbol tenga sus lugares para mostrarselo al mundo.

En términos generales, los museos de River y Boca son bastante similares y siguen una línea parecida. Ambos incorporaron las nuevas tecnologías a través de imágenes digitales para separarse de la monotonía de los museos tradicionales sin perder el foco y la intención de contar historias sobre dos de los clubes más populares de Argentina.

El museo de Boca, oficialmente denominado Museo de la Pasión Boquense, está ubicado debajo de la tribuna popular del estadio Alberto J. Armando, sobre la calle Brandsen. El recorrido a través de las instalaciones comienza con un pasillo donde a sus costados se ven figuras a tamaño real de cada jugador del plantel actual del equipo. Al salir del otro lado del pasillo lo que más impacta a la vista es la alta pared donde se encuentran enmarcadas las distintas casacas xeneizes que se utilizaron a lo largo de los años. Si se camina hacia arriba por la rampa que se encuentra de frente a las camisetas, se llega hasta el sector dedicado a las conquistas de Boca a partir de la década del 2000, que tiene un sinfín de imágenes en video con los momentos más destacados de cada título. Y si se camina hacia abajo, al otro lado del sector “La Camiseta”, se ubican las distintas donde se encuentran los objetos y accesorios más curiosos de la colección: desde la remera que usó Maradona cuando invitó a Julio César Toresani a Segurola y Habana, hasta un telegrama de cortesía enviado al autódromo de Monza tras un accidente de Juan Manuel Fangio en 1952.

Museo de Boca Juniors, en los pasos de un club mítico

El Museo River Plate tiene su entrada sobre Avenida Figueroa Alcorta, a pocos metros del Monumental, y es el único de los museos de clubes que no se ubica dentro de la zona del estadio, lo que le permite ser el de mayor capacidad. Como principal atractivo, está el sector “River Infinito”, el primer tramo del recorrido, que consta de un túnel que simula ser una línea de tiempo donde, a medida que la misma avanza, se abre a los costados del camino el ingreso a pequeños cuartos dedicados a una determinada década, desde 1930, no solo de la historia millonaria sino también de la historia argentina. Además, cuenta con distintos espacios amplios dedicados a los trofeos, a los entrenadores, a la evolución del escudo y a los distintos estadios riverplatenses, y hasta una pared que recuerda a cada uno de los presidentes del club. Al costado de las maquetas a escala de los distintos estadios que tuvo en el tiempo se encuentra el sector “Los de la Banda Roja”, que es una inmensa pared donde aparecen los nombres de todos los jugadores que vistieron su camiseta. A pesar de no haberle incorporado ningún elemento tecnológico, según Rodrigo Daskal, director general desde su inauguración en 2009, la idea siempre funcionó: “Yo creía que iba a ser algo muy vetusto. Pero mantuvimos los paneles porque nos dimos cuenta que a la gente le interesa mucho buscar a cada ex jugador del club. Tratamos de renovarlo cada cierto tiempo porque justamente implica hacer ese trabajo constante de actualización de información”. El formato dado a esa misma base de datos por el Museo de la Pasión Boquense (“Los Protagonistas”) es totalmente opuesto, ya que está resuelto con dos pantallas táctiles de gran tamaño con las que los visitantes pueden interactuar y buscar información sobre cada futbolista.

Pese a haber sido hasta ahora el más reciente en inaugurarse, Daskal resalta el gran apoyo que tuvo el Museo River de parte de todas las dirigencias, sobre todo la de Rodolfo D’Onofrio (2013-2021), ya que considera que durante ese período se posicionó “en un lugar en el que antes no estaba”. “Que River cuente con un museo y un área histórica es central para entender el presente y el futuro. En términos de calidad, este es el mejor museo de fútbol de Sudamérica y uno de los mejores del mundo”.

Museo River

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-¿Vos sos el director del museo?

-Yo soy el guía.

-¿Quién es el director?

-El museo está hecho por los socios

El Museo Templo del Fútbol, perteneciente a Argentinos Juniors, intenta ser diferente al de Boca y al de River. Jaime Lerner, miembro fundador y guía de las visitas, se jacta de que el museo tiene su toque distintivo: “Reconocemos que somos menos glamorosos, pero también que somos mucho más pasionales. Quiero transmitir que este es un museo único, porque Argentinos como club también lo es”.

La entrada principal se ubica sobre la calle Gavilán, y es la misma donde está la escalera que los hinchas suben para presenciar los partidos desde la platea Bichi Borghi. Debajo de la extensión de esa tribuna los creadores consiguieron conformar su espacio tras la aprobación de la idea de parte del entonces presidente Luis Segura en 2009. 

Al ingresar, lo más impactante a la vista son los trofeos de los cinco campeonatos ganados por Argentinos: Primera División 1984, Nacional 1985, Copa Libertadores 1985, Copa Interamericana 1986 y Clausura 2010, cuya copa es la única original entre las que se exhiben. Sin embargo, la mayoría de los objetos mostrados son donaciones realizadas por hinchas. Al momento de su inauguración, estaba conformado por gran cantidad de fotos y de recortes de diarios de distintas épocas, además de camisetas propias que decidieron aportar “los hacedores” (así se denominan los impulsores del proyecto). A partir de la difusión del museo creció el fenómeno de las donaciones, lo que le permitió tener una amplia cantidad de historias para contar.

Las camisetas de fútbol son una de las piezas fundamentales que Argentinos eligió para hacer valer su identidad. Además de las distintas prendas donadas, también se le suman las casacas regaladas por los mismos protagonistas que las vistieron. Dentro de esta categoría se incluyen las camisetas de la selección argentina usadas por figuras del club como Lucas Biglia, Fernando Cáceres, Nicolás Pareja, Esteban Cambiasso, Fabricio Coloccini y Diego Markic. “También le hemos pedido a la selección que nos entreguen las de Nicolás Gonzalez, Alexis Mac Allister y Nehuén Pérez, pero nos dijeron que solamente nos las darán si juegan el Mundial de Catar”, explica Lerner con deseo de que se agrande la colección. Sin embargo, Nico González ya donó sus camisetas del Stuttgart alemán y de la Fiorentina italiana. Las dos casacas más relevantes que se exhiben son una de Argentina modelo 2009, con el número 17, que aportó Lionel Messi para simular la que usó en su debut en la selección en 2004 (en un amistoso en aquel estadio), y otra blanca original del Bicho enviada por un coleccionista de Singapur luego de la muerte de Maradona que, se cree, es el único objeto utilizado por él que aparece en el museo.

La exótica reliquia de Diego Armando Maradona que fue donada desde Singapur al Museo de Argentinos Juniors - Infobae

Por fuera del espacio del museo, sobre Avenida Boyacá y debajo de la platea Francis Cornejo y la popular García Marimon, Argentinos cuenta con el santuario dedicado a la memoria del Pelusa, que está repleto de los obsequios que dejaron los fanáticos sobre la calle el 25 de noviembre de 2020 para despedirlo. Aquel espacio también lo tiene el Museo Casa de Dios. El sitio tomó relevancia por aquellos días tras una foto que se hizo viral en la que se veía, sobre la puerta de la casa de Lascano 2257, una mancha oscura provocada por las velas encendidas de una forma similar al rostro de Maradona. Sin embargo, ni puerta ni la casa se reducen a esa anécdota.

Para Diego siempre tuvo un sentido especial. Fue su primera casa propia, donde juntó a toda su familia para sacarlos de Villa Fiorito, su barrio de origen. Luego del paso de Maradona al Barcelona de España y la mudanza de los padres a Villa Devoto, la casa cambió varias veces de dueño. Hasta llegó a montarse una fábrica de carteras. Luego de años y años de deseo, en 2008, Alberto Pérez, dirigente de Argentinos durante los años de Maradona en el club (1976-1981), logró comprar la casa para poder volver realidad su sueño del museo.

A partir de ese momento empezó un arduo trabajo de archivo y de recolección de objetos, con la ayuda de fotos y videos de la época, para recrear a la perfección el ambiente de la casa tal cual era a principios de los 80. Gracias a la ayuda de arquitectos y de la Junta de Estudios Históricos de los Barrios de La Paternal y Villa General Mitre, en 2015 se abrieron las puertas del museo La Casa de D10s. Lo más impactante es que la casa parece intacta, como si se tratara de un viaje en el tiempo. De hecho, pudo ser utilizada para grabar escenas de la serie de Amazon Maradona: Sueño Bendito. “Fue una suerte encontrar la casa así, porque tranquilamente los dueños posteriores podrían haberla reciclado a su manera. Fue mucho más difícil restaurarla en cuanto a la búsqueda de cada pieza, porque seguramente las distintas cosas se las habrán llevado a Villa Devoto cuando se mudaron o repartido entre los miembros de la familia”, cuenta César Pérez, hijo de Alberto, también dueño del espacio.

La increíble casa de Maradona en La Paternal, donde el tiempo se detuvo - Ovación - 29/11/2020 - EL PAÍS Uruguay

Pero más allá del trabajo de restauración, lo que mejor representa y distingue al museo es esa “magia” de estar transitando los mismos lugares que el astro argentino durante su juventud. Otro condimento especial es el sentimiento familiar movido por la pasión por Maradona detrás del desarrollo del museo. Liliana Rosa Dursi, esposa de Alberto y madre de César, fue una de las encargadas de la curaduría por sus conocimientos como artista plástica. Sin embargo, no pudo ver la inauguración ya que murió en 2014, y a partir de allí Cesar tomó la posta: “Este proyecto me ayudó a transitar el duelo por la pérdida de mi mamá. En gran parte se lo agradezco a Diego también”.

A pesar de haber manifestado varias veces sus deseos de visitarlo, Maradona nunca reapareció por aquellas calles para rememorar su juventud. Si bien lo lamentan, Alberto y César siempre quisieron que esa decisión sea espontánea de Diego, ya que sostienen que hubiera sido muy emotivo para él, sobre todo por el gran recuerdo que tuvo de sus padres luego de fallecidos. “Esto siempre fue un homenaje para él. Y lo más importante para nosotros fue que se lo pudimos hacer en vida”, concluye César.

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