Por Matías De Leo y Miguel Freidenberg
Luka Romero
Nació en Durango, México, el 18 de noviembre de 2004. Durante su infancia, vivió en distintos lugares debido al pasado futbolístico de su padre. Así mismo, gran parte de su familia está inmersa en el mundo del fútbol. Su hermano mellizo, Tobías, defiende los tres palos del club mallorquín Penya Arrabal; sus tíos, tanto paternos como maternos, han pasado por Quilmes; y su abuelo Pepe, padre de Diego fue director técnico de la Selección Juvenil de Guatemala.
A los tres años se mudó a España. Sus primeros pasos fueron en la escuelita de Estepona, en Málaga. A pesar de que no contaba con la edad permitida para disputar campeonatos federados, ya se notaba su entusiasmo y alegría al ver la pelota. Más adelante, continuó su camino en diferentes equipos de las Islas Baleares. Entre los años 2011 y 2014, fue parte de las divisiones inferiores del Formentera. Esta ciudad, de menos de 15.000 habitantes, suele ser uno de los principales destinos turísticos del país.
Una tarde en la playa, junto con otros niños, se encontraron a Dani Alves, con quien compartieron un “picadito”. Al jugador brasileño le sorprendió su parecido estético y futbolístico con Messi. La prensa española no tardó en compararlos. Sin embargo, a Luka no le gusta mucho eso, ya que él prefiere escribir su propia historia. En 2015 arribó al Mallorca, mediante unas pruebas que organizó un canal de televisión local. En total se hicieron cuatro casting: dos en Mallorca, uno en Menorca y otro en Ibiza, que nucleaba a los que vivían en Formentera. Dos exjugadores del club eran los encargados de seleccionar a los participantes. Era tal la diferencia que tenía con el resto de sus compañeros, que fue escalando muy rápido de categorías y con tan solo 15 años debutó en el equipo profesional. Actualmente se desempeña en la Lazio, donde ya jugó nueve partidos.
Tiago Geralnik
Se crió en Rosario, pero vino preparado para recorrer el mundo. Nació en el año 2003, hijo sano de la crisis. Desde muy chico empezó a jugar al fútbol, por influencia de su padre, que era preparador físico. Con tan solo dos años emigró a Venezuela, a la inversa de como suele pasar ahora, debido al trabajo de su padre en distintos clubes del país. Allí comenzó a jugar al fútbol, sobre todo en Caracas y Puerto Ordaz. Pero el amor no se olvida, tras una década, regresó a Argentina, para integrar las divisiones inferiores de ADIUR, club de la Liga Rosarina. Allí compartió plantel con Gino Infantino (actual jugador de Rosario Central), y ambos fueron llamados a la Selección Sub 15.
A fines de 2017, gracias a su buen desempeño, pasó a River y al año siguiente viajó a varios torneos internacionales. Fue nombrado como el mejor jugador del Mundialito de Montaigu, en Francia, por lo que los scouting de clubes europeos no tardaron en poner sus ojos en él. En 2020, ante la inminente salida de Tiago al exterior, River intentó retenerlo al ofrecerle su primer contrato, pero no lo logró. Sin embargo, se llegó a un acuerdo y no se fue por la patria potestad. El Villarreal de España adquirió su pase y pagó más de 100.000 euros por los derechos formativos, y frente una posible venta, el equipo de Nuñez obtendrá al 5% de la transacción, por lo que no se fue en malos términos.
Matías Soule
Nació hace 19 años en Mar del Plata y forjó sus primeras armas futbolísticas en clubes de la liga local. Su padre Norberto le transmitió la pasión por el fútbol. El Club Social y Deportivo Argentinos del Sud fue el primero en su formación. Así mismo, también pasó innumerables tardes en el potrero de su barrio, el SOIP. Cuando llegó el turno de pasar a cancha de nueve, se mudó a Kimberley. Sus profesores ya veían muchas cualidades técnicas en él con respecto a los otros chicos, sobre todo en el dribbling.
Con 11 años recién cumplidos, arribó a Capital Federal para formar parte de las inferiores de Vélez. Disputó varios torneos en el exterior vistiendo la V azulada, y en uno de ellos, en Portugal captó la atención de varios cazatalentos de los equipos más grandes de Europa. No tenía ningún contrato con el conjunto de Liniers, y a su familia ya le habían llegado propuestas del Atlético Madrid y la Juventus. Este último ganó la pulseada, y junto a su familia y su representante decidieron que lo mejor era emigrar a Italia. Su salida de Vélez fue bastante conflictiva al irse mediante la “patria potestad”. Para Matías fue un momento muy difícil, ya que algunos hinchas lo amenazaron a él y a su familia por las redes sociales.
Actualmente es un recambio habitual para Allegri, y ya cuenta con más de cinco participaciones en el primer equipo. Con tan solo 19 años, ya cumplió el sueño de todo futbolista, compartir plantel con Messi y Cristiano Ronaldo, y eso que aún tiene muchas páginas por escribir.
Alejandro Garnacho
“Nací en Madrid, pero mi madre es argentina, al igual que toda mi familia, y va a ser un honor poder representar a Argentina”, afirmó Alejandro Garnacho a sus 17 años, luego de haber sido convocado por Lionel Scaloni a la Selección. Nació en España y tiene acento español, sí, y jugó para el sub 17 de España entre 2018 y 2020. Se fue al Manchester United desde el Atlético de Madrid.
Pero Garnacho, quien elogia tanto a Messi como a Cristiano Ronaldo -compañero de club-, siente también su fuerte costado argentino. Hay material fotográfico, que él mismo presumió en sus redes, que lo demuestra: desde chiquito sonríe con la camiseta celeste y blanca mientras sostiene la pelota. ¿Una premonición?
Todo el lazo sanguíneo que lo une con Argentina tuvo que ser acompañado y protegido por el equipo de trabajo de la selección. En su totalidad, pero puntualmente por el área de Scouting, que ahora deberá retenerlo, cada vez con más participación directa del entrenador y sus ayudantes principales. Argentina no tiene la posibilidad de blindarlo como hizo con Messi en su momento. Las reglas cambiaron: Garnacho podrá retornar a la selección española si lo desea, hasta que se cumplan una serie de requisitos. Uno de ellos es jugar con la Selección luego de los 21 años de edad, lo que dependerá pura y exclusivamente de su decisión a lo largo del tiempo.
Actualmente, el chico de 18 años, aunque es consciente de que su apoyo explícito hacia las dos selecciones “va a dar que hablar”, mantiene una postura clara: disfruta de su presente, sabe que tiene todo un futuro por delante, y considera que haber jugado con Messi es un sueño hecho realidad.
Los Carboni
Los Carboni son Ezequiel, Franco, Valentin y Cristiano. El padre, Ezequiel, además de haber debutado en Lanús y retirado en Banfield en su etapa como jugador, es ex director técnico y -ex- coordinador de inferiores de Lanús. En 2019 no pudo continuar en Granate, y decidió cruzar el océano hacia el sur, bien al sur de Italia.
“Lo decidimos cuando nos llamó Catania, donde jugué, y ahí comenzó la historia de los chicos”, detalló en Radio La Red Ezequiel Carboni. El “Kely” ya había representado al club de la costa siciliana entre 2009 y 2011, luego de ganar la Bundesliga austríaca con el Salzburgo. Allá, al Catania, también fueron sus tres hijos. Tuvieron pruebas, que no solo han sido superadas, sino que rápidamente fueron migrando al Inter tras despertar un gran interés en varios clubes.
Franco, el mayor de los hermanos Carboni, juega de lateral izquierdo y es categoría 2003, tiene 19 años; fue el primero en emigrar hacia Milán, bien al norte, a 1022 kilómetros de su primer destino. No pasó mucho tiempo desde que Franco se había ido por su propia cuenta al Inter, hasta que el club fichó a sus hermanos por apenas 300 mil dólares. Pero, así como fue el primero en llegar, también fue el primero en irse. Los tres pertenecen al Inter, aunque Franco está a préstamo al sur de la isla de Cerdeña, en el Cagliari. Antes de jugar en la Sub 20 argentina, se puso la camiseta italiana en el Sub 18, en un amistoso frente a Austria en el que marcó un gol a los 94 minutos.
Valentín, el del medio, 2005, 17 años, es el que más llama la atención. Es menor de edad, pero debutó antes que su hermano en la Primera División del Inter, junto a Lautaro Martínez. Se estrenó en la Sub 17 de Italia en 2021 y ya lleva 11 partidos jugados, en los que anotó 4 goles. En la Sub 20 argentina jugó dos partidos. Cristiano Carboni, el más chico, apenas tiene 13 años y ya tuvo sus apariciones en el emblemático diario italiano La Gazzetta. Aún deberá esperar su primera convocatoria a la selección argentina.
Nicolás Paz
Es un mediocampista ofensivo, jugador del Real Madrid, que tiene apenas 19 años. Está nacionalizado, pero en ningún momento vivió en territorio argentino: nació en Tenerife, una isla que queda más cerca de Sahara, África, que de Argentina, e incluso que del resto de España. Pero Nicolás es hijo de argentinos. Su padre, Pablo Paz, se fue a jugar al club que lleva el nombre de la isla luego de haber pasado por Newell’s y Banfield; además, supo vestir la camiseta argentina en el Mundial de 1998.
Pablo tuvo un breve regreso al país para jugar en Independiente en la temporada 2002/03, luego regresó -esta vez, para quedarse- a España en 2004, y meses después, el 8 de septiembre, nació Nicolás. Allí vivió toda su vida. Comenzó a desarrollarse como jugador en las inferiores de Tenerife hasta que en 2016 viajó a la capital española.
Hasta el día de hoy, Nicolás aguarda por su debut en la Primera de su club: todavía no tuvo la oportunidad, pero sí lo hizo en el Real Madrid Castilla, la filial del Merengue dirigida por el histórico delantero español Raúl; y en el Sub 19 del Real Madrid, que actualmente disputa la UEFA Youth League. En dicha competencia, el jóven mediocampista marcó 2 goles en 3 partidos disputados.
En España pretendían que el chico representara a su país natal, pero Paz aceptó jugar para Argentina cuando fue convocado por Scaloni, en el marco de una estrategia del departamento de Scouting con el fin de integrar a las futuras joyas relacionadas a Argentina -de una forma o de otra- a la selección nacional.