miércoles, abril 24, 2024

Más que una filial: cómo fue el proyecto del Barcelona en Argentina

Por Luca Palmas

“El Barcelona ha hecho de su fútbol una cultura y todo lo que se aprende en La Masía se aplica en el Camp Nou”, declaró Jorge Valdano, ídolo del clásico rival, Real Madrid, en 2012. Durante los partidos del equipo mayor, con Josep Guardiola como entrenador, había quedado demostrado que la filosofía de una de las mejores juveniles del mundo estaba aplicada en el campo de juego con ex canteranos como Messi, Iniesta, Busquets y Xavi.

Pero masías hubo en sitios lejanos a Cataluña también. Fukuoka, Dubai, Egipto, Kuwait, Varsovia y Nueva Delhi tuvieron una. La revolución del modelo también produjo filiales en América: Buenos Aires, Lima y Santo Domingo. El arribo del equipo catalán a Argentina, inicialmente al contratar a Pablo Forte como scout, quien presentaba análisis de juveniles que podrían ser parte de la institución culé, no estuvo relacionada a la búsqueda de un nuevo Messi.

Los centros de captación de talentos estuvieron ubicados en pueblos de las provincias del país: Olta, La Rioja; Frías, Santiago del Estero; Embalse, Córdoba; Franck, Santa Fe, entre otros. La llegada del Barcelona a estos lugares sorprendía y producía que los colegios suspendieran las clases durante la jornada. Cuando los captadores veían a un chico con potencial, Forte negociaba una reunión con su familia y le armaba un cronograma a cada niño para que viajara a Buenos Aires. “Los pibes a veces venían sin saber comer. Pasaban de desgarrar el pollo con la mano a tener cuatro comidas y apoyo escolar. Nosotros siempre buscamos que volvieran a casa mejor de lo que habían venido”, asegura el director de scouting.

La Candela es un complejo situado en San Justo, partido de La Matanza. En el predio, lugar dónde había entrenado Boca Juniors desde la década del 80´, fue aplicado el Centro de Entrenamiento de Futbolistas de Alto Rendimiento (CEFAR). El creador, Jorge Coqui Raffo, se unió a Forte para llevar a cabo el proyecto de la filial del Barcelona en el país. “Mi lugar ideal era el predio de Vélez, pero lo rechacé por los altos costos. También estuvo la posibilidad de Arsenal de Sarandí, con el apoyo de Julio Grondona, pero elegí zona oeste”, explica Forte.

En 2017, Boca le vendió La Candela a Deportivo Riestra, ya que todos sus planteles habían comenzado a entrenarse en Ezeiza. Los Malevos de Pompeya utilizan el complejo para los entrenamientos de sus inferiores y para los partidos de la Reserva. En aquel lugar, Forte, apoyado por Txiki Begiristain, secretario técnico culé entonces, creó la filial del Barcelona de Buenos Aires en 2007. Por pedido expreso de la directiva catalana, pidió la modificación de los estatutos del Club Luján y la institución argentina empezó a competir. Esto derivó en un nuevo nombre, Barcelona Juniors Luján.

Uno de los referentes del proyecto fue Joan Laporta, presidente de la institución catalana desde 2003 a 2010. Recibió a Forte en España y le dio todo su apoyo, con la promesa de que cinco de los mejores argentinos de cada temporada serían recibidos para probarse en las filas de La Masía en Can Planes. “Viajaba un jugador de cada categoría a Cataluña. Pasaban una semana allí. Eras un privilegiado por ser parte del CEFAR y ni te digo si te tocaba viajar afuera”, cuenta Nahuel Barboza, actual futbolista de San Martín de Burzaco con paso por la filial.

El prestigio del modelo comenzó con Laporta, quien fue uno de los que enfocó la atención en las actividades extra deportivas. Los pequeños no pasaron únicamente por un campo de juego. Tenían la posibilidad de ir al cine o al teatro, de aprender otro idioma, y de visitar a un psicólogo cuando tuvieran algún problema. Quien ejemplifica perfectamente el prototipo de institución que se aplicó en Sudamérica es Forte: “Una noche me llamaron desde el Norte del país y un nene que estaba con nosotros me dijo ‘aprobé matemática y rendí inglés. También subí ocho kilos’. ¿Entendes? Conceptualmente, no me dice que metió tres goles”.

En busca de imitar a la perfección La Masía española, Forte firmó un convenio con el Colegio Don Bosco de Ramos Mejía. Al estar a pocos minutos de San Justo, los chicos podían entrenarse en La Candela y luego ser llevados a estudiar en micro. Desde 2008, el Barcelona Juniors Luján inventó torneos para probar jugadores en centros urbanos humildes del Gran Buenos Aires como Isidro Casanova, Villa Fiorito, Fuerte Apache y Laferrere. También hizo lo mismo en pueblos que pocas veces habían sido considerados en la provincia: Norberto de la Riestra y Los Toldos.

El cierre de la filial, campeona de la Liga Argentina durante todos los años de su existencia, llegó en 2011. “En un momento dejó de haber competencia. Por el fenómeno Messi-Guardiola había muchas similitudes en los aspectos tácticos. Se buscaba que todas las categorías tuvieran una identidad de juego uniforme”, sostiene Barboza.

Las divisiones juveniles únicamente peleaban la punta con Racing, Boca y River. Goleaban a clubes como Argentinos, Platense y Temperley. Por la poca competencia, muchos de sus integrantes comenzaban a abandonar los planteles. En 2012, Daniel Angelici, presidente xeneize, firmó un acuerdo para que algunos chicos fueran enviados a la institución azul y oro.

Los nombres de futbolistas profesionales del momento que pasaron por la institución sobran: los hermanos Alan y Joel Soñora, jugadores de Independiente y Marítimo de Portugal respectivamente. Además, el mediocampista de Boca a préstamo en Tigre, Ezequiel Equi Fernandez, vistió los colores blaugranas. Incluso, la filial del Barcelona en Argentina tuvo un campeón de Copa América con el seleccionado nacional, Nahuel Molina.

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