viernes, octubre 11, 2024

En guerra y sin público, Ucrania vuelve a jugar al fútbol

Por Ignacio Vallejos Soto

Respetando los tiempos de descanso y preparación necesarios, las ligas europeas eligieron agosto para comenzar una nueva temporada. La Premier League de Inglaterra lanzó su nueva edición presumiendo contar con el nivel más alto del fútbol mundial. Los españoles presentaron al Real Madrid como su mejor carta para atraer a espectadores de todo el planeta, mientras que los franceses intentarán seguir exprimiendo el plantel galáctico del PSG. Solo la Liga Premier de Ucrania mostrará estadios sin público, con refugios en sus inmediaciones y administraciones médicas y militares para su reanudación el 23 de agosto, después de ocho meses sin competencia oficial.

El 11 de diciembre del 2021, el Shakhtar Donetsk se aseguró la punta del campeonato ucraniano, tras vencer por dos a uno al Oleksandria FC. Así encaminaba su sexto título en siete años. Hasta que los ejercicios militares de Rusia, cambiaron su etiqueta. El 24 de febrero, Vladimir Putin anunció el comienzo de una operación especial sobre la ciudad de Donetsk, bajó el argumento que el acercamiento del gobierno del presidente Volodomir Zelensky con la Unión Europea y Estados Unidos significa una amenaza para su tierra, discusión que se mantiene desde la disolución de la Unión Soviética en 1991.

El deporte pasó a segundo lugar en el conflicto que generó la mayor crisis de refugiados del continente desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras los locales se desesperaban por escapar, cientos de medios internacionales hacían lo imposible por ingresar y cubrir el evento en primera plana. El éxodo de futbolistas era noticia en la prensa deportiva. 

Claudio Spinelli (Oleksandria), Francisco Di Franco (SK Dnipro-1), Gerónimo Poblete y Fabricio Alvarenga (Rukh Lviv) eran los argentinos que estaban jugando en la primera división de Ucrania al momento del comienzo formal de la invasión rusa. En todos ellos transitó el miedo y, al igual que todos los pobladores extranjeros, la necesidad imperiosa de volver a su tierra natal con sus seres queridos. Pero luego, los invadió la tristeza por un “País hermoso, con gente buena e inocente” -según contó Spinelli en su cuenta de Instagram- que les había abierto las puertas para crecer en su carrera profesional. 

Con el tiempo, la cobertura del acontecimiento perdió espectacularidad. Los cronistas volvieron a sus respectivos países y los escritos periodísticos sobre el evento salieron de la tapa, para convertirse en notas de nicho perdidas en las páginas del medio de los diarios. La Premier League quitó la bandera azul y amarilla de sus transmisiones oficiales y el emotivo abrazo entre Oleksandr Zinchenko y Vitali Mykolenko, jugadores ucranianos, en la previa de Everton y Manchester City quedó en el olvido.

En un intento del gobierno de volver a la “normalidad” dejando atrás la parte más sangrienta del conflicto bélico, Vadym Guttsait -ministro de juventud y deportes- anunció la vuelta del campeonato local para el martes, luego de una reunión con Zelensky, con la promesa de realizar un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Defensa y la Federación de Fútbol ucraniano, dando a los protagonistas y aquellos pocos acompañantes habilitados la seguridad necesaria para llevar a cabo el espectáculo que se convirtió en necesidad.    

El Shakhtar Donetsk le va a dar comienzo a una nueva edición de la Liga Premier al enfrentar al Metalist 1925, 252 días después de su último partido oficial (disputó 19 amistosos en este tiempo), con 13 jugadores que dejaron el club y apenas tres días después de los últimos ataques rusos sobre su ciudad. 

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