sábado, noviembre 23, 2024

Lazio y el fascismo, una historia que no los deja entrar a Francia

Por Pedro Ignacio Pérez Naveira

Lazio es uno de los clubes más importantes de Italia, pertenece a esa élite de clubes más conocidos, pero también tiene en su hinchada una sombra que los marcó de por vida. Esa mancha es la de ser tachados de “fascistas”. Claramente no puede juzgarse a todos los aficionados del club con esa etiqueta, pero siempre los ultras coquetearon con ese pensamiento violento y autoritario. Esto les costó a sus fanáticos tener la entrada prohibida para llegar a Francia y ver a su equipo enfrentar al Olympique Marsella de Jorge Sampaoli (el juego terminó en 2-2). Los galos fueron muy claros; en el país de la Torre Eiffel no se acepta el fascismo, al menos el italiano.

¿Por qué los hinchas del equipo romano son vistos de esa forma?

Hace 3 años ocurrió uno de los hechos más repudiables que se puede encontrar en la historia del fútbol: los fanáticos de “Las Águilas” pensaron que era buena idea colocar una pegatina de Ana Frank con la camiseta de Roma, su clásico rival. Esto llevó a una condena social muy grande y un enorme enojo de toda la comunidad judía internacional. Hace unas semanas, el adiestrador del club, que entrena a las águilas (símbolo de la entidad), saludó a los aficionados con el movimiento del brazo extendido, como hacía Adolf Hitler hace más de 60 años.

Si bien hay clubes como Livorno o Rayo Vallecano, que tienen en sus hinchas una marcada ideología política, los repetitivos hechos de violencia y de odio de algunos seguidores de Lazio son algo poco visto en el mundo. Otro acontecimiento famoso fue en 2008, cuando el capitán del conjunto italiano, Paolo Di Canio, hizo el gesto del saludo fascista a sus hinchas. Esa imagen recorrió el mundo y fue muy criticada en su momento.

En 1998, durante un derbi (Roma-Lazio), los ultras de los celestes sacaron una pancarta que decía: “Auschwitz es su patria. Los hornos, sus casas”. En 2001, sacaron otra: “Equipo de negros, hinchada de judíos”. Algunos jugadores, como Paolo Di Canio, se han identificado con esta forma de sentir. El delantero, que nunca escondió su pasión por los colores de la Lazio, simpatiza con el fascismo.

En 2010, un conocido del fútbol argentino fue quien realizó el saludo nazi: Mauro Zárate, en su campaña con el club italiano, estuvo en las gradas viendo un partido de su equipo (estaba suspendido) con los fanáticos más radicales de la institución. Allí, junto a los ultras, el ex jugador de Vélez y Boca no tuvo mejor idea que hacer el famoso gesto de la mano alzada, lo que fue muy criticado en Italia, pero en Argentina no es tan recordado ni repudiado como debería ser.

El pasado verano, unos hinchas del Lazio amenazaron a su reciente fichaje, el albanés Elseid Hysaj, por entonar una canción comunista en el vestuario en un momento de celebración: “Hysaj gusano, el Lazio es fascista”, escribieron en una pancarta colgada en la capital italiana. La canción era “Bella Ciao”, melodía que tomó fama en este siglo por la serie “La Casa de Papel”.

Lo último que pasó fue la inclusión al primer equipo de Lazio del bisnieto del dictador italiano Benito Mussolini. Romano Floriani Mussolini es hijo de la exdiputada en el Parlamento Europeo, Alessandra Mussolini, que ,a su vez, es la nieta del exgobernante italiano que estuvo al frente de Italia durante 20 años, hasta su asesinato en 1945, en marco de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Esto no es algo simplemente de los fanáticos de “Las Águilas”, esto incluye a históricos jugadores del club y a un gran sector de la sociedad italiana, la europea y también del mundo. Personajes como Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos, Marion Le Pen en Francia y Vox en España. El problema en Italia es tan grande que el mes pasado se votó para disolver a los partidos políticos con orígenes en el neofascismo.

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