miércoles, abril 24, 2024

Kun Agüero, la joya más joven de Independiente

Por Tomás Fernández

El mundo del fútbol tiene muchas historias para contar y descubrir. No todo en la vida de los futbolistas es lo que vemos dentro del campo de juego o en sus redes sociales. Quizá, muchas personas piensan: “Qué fácil es la vida del jugador de fútbol”. Pero no saben el sacrificio que hicieron para estar en ese lugar. Muchos jugadores de élite pasaron por momentos duros, como la falta de recursos, comida y hasta de botines, y tienen historias poco conocidas de sus comienzos, como Sergio “El Kun” Agüero, actual delantero del Barcelona, quien debutó profesionalmente en Independiente y escribió gran parte de su carrera en el Manchester City de Inglaterra y en el Atlético de Madrid de España.

El Kun, apodo que le pusieron sus abuelos en referencia a una famosa serie de dibujos animados japonesa llamada “Kum Kum”, nació el 2 de junio de 1988 en Buenos Aires. Fue el segundo de los siete hijos de una familia humilde encabezada por Leonel del Castillo y Adriana Agüero.

Desde pequeño jugaba con las pelotas de fútbol y soñaba con ser un gran jugador. Tras deslumbrar en clubes de barrio como Loma Alegre de Quilmes y Los Primos de Berazategui, fue a probarse a Lanús junto a su amigo de la infancia Cristian Formiga. En el momento en el que el entrenador estaba armando los equipos para observar a los chicos, le consultaron de qué jugaba y él respondió rápidamente: “De 10”. Pero ese puesto ya estaba ocupado y tuvo que posicionarse de lateral derecho. Con algo de bronca, pero con coraje, se posicionó en la banda derecha y sin importar el contexto comenzó a mostrar sus habilidades con la idea de “agarrar la pelota, ir hacia adelante y gambetear a todos”. Después de esa prueba, nunca más fue citado por Lanús, no quedó. Tiempo después, su padre le comentó que no lo habían aceptado por su altura.

Con tan solo nueve años, el Kun llegó a Independiente. Fue al predio que el club posee en Wilde, partido de Avellaneda, donde se realizaban distintas pruebas para integrar los planteles que competían en la Liga Metropolitana. Quienes se destacaran tendrían la posibilidad de representar a la institución en los torneos juveniles de la Asociación del Fútbol Argentino.

Comenzó a entrenar dos veces a la semana allí y llamó la atención de más de uno. Ricardo Bochini, ídolo máximo del Rojo, era el responsable de la organización de las pruebas y recordó con alegría aquella primera vez que vio a Agüero: “Con nueve años tenía una técnica y potencia muy particular. Ningún jugador de los que teníamos definía tan potente y bien como lo hacía él. Era muy llamativo verlo, claramente era un distinto y tenía una proyección enorme”.

Llegado el fin de año de 1998, el Kun fue seleccionado por Agustín Balbuena, símbolo de Independiente y entrenador de juveniles en aquella época, para participar de la división menor representando a la categoría 88. Del 9 al 17 de enero de 1999 compitió con el conjunto de Avellaneda en un torneo disputado en la ciudad de Balcarce, en el que participaron 20 clubes, todos con planteles infantiles, y muchos ojeadores y cazatalentos asistieron para ver a las jóvenes promesas. Justamente, un año atrás, en 1998, un chico llamado Lionel Messi se había destacado en ese torneo, consiguiendo el título con Newell’s. Agüero fue el mejor del equipo y el capitán, pero no lograron el título. A pesar de eso, Balbuena menciona que “fue el que más sobresalió”, anotando seis goles. El 20 de marzo de 1999 fue fichado oficialmente por Independiente.

El 11 de octubre de ese mismo año jugaría su primer partido en la Doble Visera, antiguo estadio del Rey de Copas. Fue por una causa benéfica, ya que Marcelo Blanco, un chico de las inferiores del club, necesitaba un tratamiento contra la leucemia. El partido principal se dio entre las “Estrellas de Independiente”, equipo encabezado por Ricardo Enrique Bochini, Jorge Burruchaga, Enzo Trossero y demás ídolos, enfrentando a un combinado del programa Videomatch, conducido por Marcelo Tinelli. La categoría 88 disputó a modo de preliminar un encuentro contra su par de Racing. El partido terminó 1-0 a favor de los Rojos con un gol de Agüero quien a sus 11 años, marcó su primer gol no oficial en ese estadio.

En diciembre de 1999 viajó con el plantel para participar en un torneo infantil de verano organizado por el Club Independiente de Mar del Plata. Como si quedaran dudas, Agüero volvió a ser el más destacado y consiguieron el título. En ese mismo campeonato forjó una gran amistad con Emiliano Molina, quien era el arquero de la categoría y tenía un gran potencial. Leonel, el padre del Kun, recordó con gran emoción uno de los goles de su hijo en aquel certamen: “Arrancó desde mitad de cancha y se gambeteó a todo el equipo rival, incluido el arquero. Fue increíble, lo aplaudió toda la gente que estaba ahí”.

Los años 2000 y 2001 serían claves en el crecimiento futbolístico y corporal del Kun. Comenzó el primer año siendo dirigido por Guillermo “Luli” Ríos, ex jugador del Rojo, en un torneo disputado en la provincia de Córdoba. Perdería la final ante Lanús, que tenía como figura a Lautaro Acosta, quien tiempo después sería compañero de Agüero en los seleccionados juveniles y ganarían el mundial Sub20

Además del fútbol en cancha grande, el Kun formó parte del Club Bristol de Capital Federal, que disputaba la liga de la Federación Amistad de Fútbol Infantil (FAFI). Anotó 92 goles en toda la temporada, saliendo campeón del torneo y dejando a todos boquiabiertos ante las increíbles condiciones. De esta liga habían surgido jugadores como Carlos Tevez y Javier Saviola. Justamente el Kun quería parecerse a Saviola, ya que había debutado muy joven en River y jugaba en la misma posición que él.

Cada día que pasaba, más gente conocía a Agüero y todos quedaban deslumbrados con su técnica y calidad, a tal punto de que más de un equipo del fútbol argentino tentó tanto al joven como a su padre para que saliera de Independiente, ofreciéndoles trabajo y mucho dinero.

Néstor Rambert, quien formaba parte del grupo de formación y captación de juveniles del club de Avellaneda desde los años 80’, confesó: “Pasamos momentos difíciles con el petiso. A donde íbamos nos lo querían robar. No teníamos dudas, este chico iba a garantizarle el futuro a Independiente”. Desde el diario Olé ya comenzaban a observar a la joven promesa que tenían los de Avellaneda, dedicándole un informe especial con el título “Hay que cuidar a la estrellita”, redactado por el periodista Federico Del Río.

El Kun vivía el fútbol a pleno y de la mano de su amigo y compañero Emiliano Molina fue a jugar al club Crucecita Este de Avellaneda, que participaba en la liga de la Federación Argentina de Deportes Infantiles (FADI). Es así como los fines de semana llegaba a disputar hasta seis partidos. “Los sábados jugaba tres o cuatro partidos, dependiendo de si llegábamos con el tiempo. Y el domingo jugaba para Independiente. No se cansaba nunca, no sé cómo hacía, él quería jugar siempre”, comentó su padre Leonel.

En 2001 se haría oficial su debut en las inferiores del Rojo, formando parte de la categoría 88 que disputaba los torneos Pre-Novena que organiza la AFA. Fue su primer torneo oficial y su primer título, ya que al vencer por 3-2 en la final a River, que tenía como figura a Diego Buonanotte, levantaría el trofeo de campeón, siendo el jugador más destacado.

El año siguiente también vendría con un título bajo el brazo, ya que luego de disputar la punta en todo el torneo con San Lorenzo, la Novena de Independiente debía visitar a Rosario Central, y si ganaban, eran campeones. Los coordinadores del club gestionaron con los dirigentes viajar un día antes a la ciudad santafesina a modo de “concentración”. Así fue como el Kun y sus compañeros tuvieron su primera experiencia en hoteles de lujo y vivieron el momento como si fueran jugadores profesionales. El Rojo logró el campeonato tras vencer por 2-1 al Canalla, con un gol de Agüero, claro. Así finalizó el primer torneo oficial de la joyita de las inferiores, marcando 11 goles y siendo la figura.

Con tan solo 13 años, el Kun tuvo una oferta de la Juventus de Italia, que incluía que su padre viajara con él y un trabajo para su familia. Finalmente, luego de varias idas y vueltas, desecharon la oportunidad para seguir con el desarrollo en la Argentina. A esa misma edad, y gracias a una gestión de Jorge Rodríguez, su entrenador en Novena División y captador de talentos, firmó un contrato con la marca de indumentaria Nike. Lo curioso es que todavía no había debutado en Primera, y que el contrato contenía ítems a cumplir si jugaba en la Primera División y si lograba ser transferido al fútbol europeo, se mejoraría el acuerdo para que forme parte de un grupo selecto destacado de la marca. 

Su paso por la Octava fue un relámpago, ya que, tras pocos meses, fue llamado el 6 de junio de 2003 por Luli Ríos para formar parte del selectivo de inferiores. Al día siguiente, debutó en la Reserva, disputando 35 minutos y utilizando el dorsal 16.

El momento tan esperado llegaría el 23 de junio. Oscar Ruggeri, técnico de Independiente en aquel entonces, lo citó para entrenarse con el plantel profesional. Nueve días más tarde fue llamado para integrar el banco de suplentes en el partido ante San Lorenzo, que se daría en la última fecha del torneo Apertura 2003. Ruggeri largó una frase que quedó en el recuerdo: “¿Te animás a ir al banco o tenés miedo?”.

El sueño del Kun Agüero se cumpliría el 5 de julio. Con tan solo 15 años, un mes y tres días debutaría en la Primera de Independiente, siendo el jugador más joven en debutar en la historia de la liga argentina. Ingresó a los 24 minutos del segundo tiempo en la caída del Rojo ante el Ciclón. Con la número 34 en la espalda, comenzó a escribir su carrera futbolística. El resto es historia.

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