Por Tomás Randazzo
El automovilismo es un deporte que -a pesar del avance del movimiento feminista- aún conserva un entorno machista. Pero con el paso del tiempo se está volviendo cada vez más inclusivo, donde la igualdad de género toma cada vez más presencia. Un ejemplo sucedió en Arabia Saudita, donde hace tan solo dos años se llevó a cabo una reforma en la que las mujeres mayores de 21 obtuvieron el derecho de poder sacar la licencia para conducir. Este hecho resulta algo llamativo, ya que en otros países como Estados Unidos desde 1898 que las mujeres ya poseen este derecho. Genevra Delphine Mudge quedó en la historia por ser la primera en sacar su permiso para conducir. Además, es considerada para muchos la primera piloto de la historia.
Existieron varias mujeres que marcaron un antes y un después en este deporte, como es el caso de Dorothy Levitt, quien a sus 21 años consiguió ser la primera piloto en ganar una carrera. En 1905 estableció una marca y se transformó en la mujer que mayor distancia había recorrido hasta ese momento: 661 kilómetros. Lo consiguió en un viaje de ida y vuelta desde Londres hacia Liverpool.
La británica también fue quien popularizó el uso de los espejos retrovisores. Si bien es cierto que era un elemento que ya existía, pero aún no tenía la relevancia que posee en estos tiempos. La británica lo popularizó gracias a un manual de automovilismo que publicó en 1909, el mismo estaba titulado como “The Woman and the Car: A Chatty Little Handbook for all Women Who Motor or Who Want to Motor”, en español sería conocido como “La mujer y el automóvil: Un pequeño manual práctico para todas las mujeres que conducen o quieren conducir”.
La italiana María Teresa de Filippis fue la primera mujer en correr en un Gran Premio de Fórmula 1. Con solo 22 años alcanzó el lugar más alto del podio en los 10 kilómetros de Salerno-Cava de Tirreni, en la clase de 500 cc de la categoría de turismos en la que batió a sus rivales del género masculino.
En el GP de Francia de 1958 no se le permitió competir. El argumento del director del torneo fue que “el único casco que debe usar una mujer es el de la peluquería”. Ella no se rindió y ese mismo año se convirtió en la primera mujer piloto de la F1 manejando un Maserati 250F.
Clärenore Stinnes fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo en su auto. En 1927, a sus 26 años de edad, comenzó el recorrido desde Frankfurt, Alemania. El auto con el que realizó la travesía fue un Adler Standard 6, un modelo alemán muy avanzado en su época.
Junto a ella iban el fotógrafo sueco Carl-Axel Söderström y dos mecánicos.
Primero, cruzó los Balcanes, el Líbano y Siria. Pasó por Irán y luego, puso rumbo al norte hacia Moscú. A partir de ahí, se enfrentó al duro desafío de cruzar Siberia durante el invierno. Las frías temperaturas causaron problemas en el vehículo, fue ahí donde se hizo un punto de inflexión y los dos mecánicos que la habían acompañado por su viaje, decidieron regresar a Alemania.
Stinnes siguió junto al fotógrafo y tras superar Siberia, cruzó el desierto de Gobi que está entre los territorios de Mongolia y China. Fue en este punto en el que los dos mecánicos abandonaron el viaje y decidieron regresar a Alemania. A bordo de diferentes barcos alcanzaron Japón, Hawái, y finalmente, Perú. Allí se le rompió también una pieza del embrague y tuvo que esperar más de un mes a que le enviaran una nueva pieza desde Alemania. Luego, su ruta siguió por Buenos Aires, América Central, EE. UU y Canadá.
Tras finalizar su travesía por el continente americano, un transbordador la llevó a ella y al fotógrafo de nuevo para Europa. Finalmente, llegaron el 24 de junio de 1929.