Por Ramiro Leguizamón Pondal
Jugar en grandes equipos como Barcelona, Valencia o River y disputar un Mundial y una Eurocopa para la selección española no te asegura un futuro próspero como entrenador, pero sí genera muchas vivencias y contactos con grandes personalidades del fútbol. Es el caso de Juan Antonio Pizzi, que a lo largo de su carrera futbolística tuvo técnicos como Louis Van Gaal o Jorge Valdano y compañeros como Luis Enrique y Pep Guardiola.
Macanudo (apodo que le pusieron por un gol histórico que anotó para Barcelona ante Atlético Madrid en marzo del 97, por los cuartos de final de la Copa del Rey) se capacitó para ser director técnico en la Real Federación Española, y este sería un dato menor si no fuera porque Guardiola, considerado como uno de los mejores técnicos de la historia, también era parte del curso. Haberse formado en ese contexto, para el fútbol argentino no parece tener gran importancia, debido a que en su primera experiencia como entrenador, en 2005, fue despedido a los tres partidos de asumir en Colón, el club de sus amores.
Como seleccionador tuvo una breve pero buena experiencia al frente de Arabia Saudita. Sin embargo, su mayor desafío llegó al dirigir la selección chilena, donde consiguió obtener la Copa América 2016, formando un equipo agresivo, dinámico y ofensivo que le permitió tener un gran desempeño a lo largo de la competencia y vencer por penales en la final contra Argentina.
En su experiencia por Asia, su hijo Nicolás se incorporó al cuerpo técnico. Afirma que compartir la misma pasión con su padre y poder trabajar juntos es algo muy lindo, aunque Juanchi no deja de ser su papá y alguna vez le ha revoleado sus característicos lentes por discutir con el cuarto árbitro. Además, resalta como mayor virtud del entrenador su humildad y sencillez con la que se maneja con todos los empleados del club y describe su propuesta futbolística como “generosa, dominadora y ofensiva” destacando que le brinda gran importancia a los laterales a la hora de atacar.
En su adolescencia, cuando jugaba en las inferiores de Central, recibió un golpe y le tuvieron que sacar un riñón. Sin embargo, no le impidió desarrollar su carrera profesional.
El santafesino, que en San Lorenzo y Universidad Católica de Chile consiguió un título local, actualmente conduce a Racing. Llegó en enero de 2021 y no comenzó de la mejor manera pero logró el subcampeonato del torneo superando varias adversidades. “Creemos mucho en lo que hacemos, somos honestos, responsables, tenemos convicción, trabajamos mucho y eso hace que tengamos los resultados que estamos consiguiendo”, afirma.