jueves, noviembre 21, 2024

La pandemia estiró la brecha de géneros en el fútbol argentino

Por Diego Maturana y Matías Pennacchio

La desigualdad entre el fútbol femenino y masculino se profundizó más durante la pandemia en Argentina a pesar de la profesionalización de las mujeres en 2019. Los salarios y convenios colectivos de trabajo se contemplaron sobre la inscripción de solo ocho jugadoras de Primera División, con sueldos equivalentes a los de un jugador varón de Primera C.

La arquera de Estudiantes de La Plata, Magdalena Alberti, dijo: “Es injusto como nosotras empezamos a tener contacto con el fútbol en comparación a los hombres; ahí está el gran cambio. Se nos tiene que empezar a formar de chicas y se va a equiparar todo. Hay muchos clubes que están apostando más al femenino. De esa manera va creciendo la infraestructura y se cree en un proyecto más sólido”.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) expuso que para 2022 tendrán un equipo de división juvenil con jugadoras menores de 16 años y que para 2023 se espera inferiores para las chicas menores a 14 años.

La AFA agregó que para 2021 habrá que tener 12 profesionales en cada club de Primera División y para 2023 deberán firmar 15 jugadoras un contrato con los equipos de la máxima categoría del fútbol femenino.

Los salarios en Argentina y Sudamérica son temas de polémica. Así se manifestó Ruth Bravo en Twitter: “Dicen que Neymar cobra más que todo el equipo de Atalanta y se sorprenden. Neymar cobra más que todo el fútbol femenino de Sudamérica y eso no le sorprende a nadie”.

La jugadora libre Agustina Plazzotta opinó sobre la diferencia entre el sueldo de Neymar y todo el fútbol femenino sudamericano a la que se refirió Bravo: “Viene siendo muy complicado la igualdad entre masculino y femenino. Hace poco vi lo que dijo Ruth Bravo, que fue mi compañera en Argentino Juvenil. Cuando lo leí me quedé sorprendida. Es notable la diferencia que hay. Ojalá todas y todos ganáramos lo mismo. En otros países es diferente que acá en Argentina. Cambia hasta el fútbol”.

El entrenador de arqueras de Estudiantes de La Plata, Ramiro Blanco, también se manifestó sobre esta diferencia entre el fútbol femenino y masculino: “Viene de muchos años la desigualdad entre ambos sexos en el país. En Europa se valora más equitativamente a todos y todas”.

En Europa, es cierto, hay bastantes cambios para la equidad de género. Uno de ellos fue el de la selección de Noruega, que decidió igualar los sueldos entre ambos combinados, doblando la remuneración de las mujeres, que era de 330.000 a 620.000 euros. El aumento se produjo gracias a la protesta de Ada Hegerberg, quien dejó de jugar con su selección en 2017 ante la desigualdad en los pagos y condiciones de este deporte en su país.

En Brasil también se logró que haya un valor igual en relación con los premios y pagos entre el fútbol masculino y femenino. Esto se reveló el 2 de septiembre, cuando el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogerio Caboclo, dio la noticia en conferencia de prensa.

Los entrenamientos virtuales fueron una de las novedades en la pandemia. A muchas chicas de Primera División les costó por la falta de algunos recursos, a diferencia de sus pares masculinos, como contó Magdalena Alberti: “Estoy bastante limitada por el lugar en mi casa. Para ejercicios como los específicos de arquera, de arrastre y caídas, no los puedo hacer por el piso y por no tener pasto. Igual nuestros entrenadores se las ingenian para que trabajemos con el lugar que tenemos. Para los ejercicios con pelota también estoy limitada y con el tema de los materiales para los entrenamientos hay que rebuscarse con lo que tenemos”.

El fútbol femenino volvió a los entrenamientos el 28 de septiembre y los primeros equipos fueron Boca, River, San Lorenzo, Estudiantes de la Plata, Excursionistas, Sociedad Atlético de Televisión, Platense, Rosario Central y Racing.

La falta de tiempo para asistir a los entrenamientos por tener otro trabajo es otra de las razones por las que se presenta la desigualdad. Muchas mujeres de Primera División tienen un segundo empleo a diferencia de la máxima categoría del masculino cuyos jugadores pueden vivir de jugar. Plazzotta, ex jugadora de Villa San Carlos, se refirió sobre su falta de tiempo cuando era parte del club: “Yo me sumaba al zoom de las chicas tarde y no podía entrenar porque estaba trabajando. O sea que tenía que llegar a mi casa y entrenar sola, eso era lo peor. También, me la bajaba un poco porque no estaba acompañada, pero lo tenía que hacer porque si no me achanchaba”.

La desigualdad entre el fútbol femenino y masculino es una de las tantas diferencias que dejó expuestas esta pandemia de Covid-19, tanto que las mujeres esperan tener  la misma igualdad con el futbol masculino y los dirigentes de sus clubes no solucionan el problema con el presidente de la Asociación del Futbol Argentino.

 

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