Por Federico Pineda
Lionel Messi quiso irse del mismo club que lo ata a quedarse. Él se quiere ir, no quiere estar más ahí, quiere otros objetivos a nivel personal a pesar de que toda su familia se echó a llorar cuando escuchó de su boca que quería irse. En épocas en las que el amor a la camiseta perdió valor, Messi no quiere hacerle juicio al club que le dio todo. Coloca a la institución por encima de su dirigencia y elige continuar en un lugar donde no es feliz hace tiempo.
Nada es más claro que las palabras del 10 saliente hasta hace unas horas. “Voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones de euros, que eso es imposible, y que luego había otra manera de ir a juicio. Yo no iría a juicio contra el Barça nunca porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué, es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida, el Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al club a juicio”, le dijo a Goal.
Un mal pensado podría decir que el Barcelona le debe agradecer al que se comió un murciélago -vaya uno a saber si fue así- y dio origen al Coronavirus. Sin esta pandemia, el 10 de junio Messi podía ejecutar la rescisión unilateral para rescindir el vínculo. El rosarino hacía meses se quería ir del club, pero el presidente Josep María Bartomeu no le prestaba atención a su pedido como expresó el argentino. ¿Acaso alguna vez lo valoró?
Los sendos fracasos deportivos ante Roma (4-1 en el Camp Nou y 0-3 en el Olímpico de Roma), ante Liverpool (3-0 en España y 0-4 en Anfield) y el 8-2 frente al Bayern Munich en Portugal dieron muestras de que el equipo no podía jugar en la alta competencia, algo innegociable para el argentino. “Quiero competir al máximo nivel, ganar títulos, competir en la Champions. La puedes ganar o perder, porque es muy difícil, pero hay que competir. Por lo menos competirla y que no nos pase lo de Roma, lo de Liverpool y lo de Lisboa”, declaró en la citada entrevista. ¿Qué era competir al máximo nivel? Juntarse con Guardiola -su mejor entrenador como él mismo admitió-, algo que veremos si ocurre en el futuro. Mientras tanto, deberá convivir en un lugar hostil que lo eyectó de la misma manera que lo ató como si fuera un juguete del cual no se quiere desprender.
“Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada”, expresó para el medio que logró una entrevista que muchos se adjudicaron injustamente. ¿Acaso alguien quiere perder? Difícil imaginarlo y menos en un jugador sediento de competir. Ni siquiera jugar. Competir. Medirse dignamente ante los mejores. Barcelona dejó de ser tal hace tiempo. Y el 8-2 mostró la falta de un proyecto deportivo ausente en varias temporadas.
¿Cómo mejorar el ánimo de un jugador que se quiere ir? ¿Qué le das a cambio para que se quede? ¿Se debe delegar poder ante Messi? La labor de Ronald Koeman asoma con su primer gran desafío de fuego al frente del banquillo culé. Con menos jerarquía que antes tras las salidas de Arturo Vidal, Ivan Rakitic y Arthur, más la posible partida de Luis Suárez y la llegada resonante -si se le puede llamar así- de Trincao, el club deberá hacer malabares para potenciar a los jugadores llegados de La Masía. ¿Será un año de transición? Solo Leo lo sabe.
Su contrato vence el 30 de junio del 2021. El club blaugrana tendrá elecciones el año próximo y la siguiente persona que se siente en el banquillo culé deberá convencer a Leo para renovar un contrato que, a día de hoy, lo ata una cláusula que se contradice en el mismo contrato, ya que sostiene que se podía rescindir el vínculo al final de la temporada 2019/20. La pandemia… Pero el convencimiento va más allá de las palabras. Con 33 años, Messi quiere un proyecto deportivo. Algo que el Barcelona no le puede dar. Ahora, al menos.
El 27 de septiembre volverá a pisar un estadio que creía perderlo. Será frente al Villarreal. La Liga tendrá una de las últimas posibilidades de convencer a su única gema para continuar en la élite de las grandes ligas del mundo. El Barcelona deberá armar un equipo que evite la Messi-dependencia. Su entrenador, Koeman, tendrá al As de espadas dentro del equipo. “Ojalá siga más años aquí”, había expresado el holándes en su presentación como técnico. Por ahora, seguirá uno.