jueves, abril 25, 2024

Maravilla Martínez: “Fue un error presentarme con Cotto”

Por Lucas Caselli

Un deportista invadido por la fama, asfixiado por el éxito y enojado con el ambiente del boxeo. Eso es Sergio Maravilla Martínez. De pelear por $10 para poder comprarse una botella de agua a ser un rockstar luego de ganarle a Julio Cesar Chavez JR aquel 15 de septiembre de 2012. Pero todo lo que sube, baja y aquí no hubo excepción. El argentino perdió con Miguel Ángel Cotto teniendo una floja pelea, pero se recupero y hoy en día es capaz de recordar ese duelo con optimismo y como un aprendizaje.

La noche del 7 de junio de 2014 no será una fecha más en la carrera de Maravilla Martínez, que expuso su cinturón de peso mediano ante el experimentado Miguel Ángel Cotto. Sin embargo, al argentino no se lo notó en sus mejores condiciones físicas, y su rival, oriundo de Puerto Rico, fue consagrado por Knock Out Técnico. A pesar de ello, Sergio intenta rescatar lo positivo y analizar los aspectos negativos de ese combate: “Tuve entrenamiento, pero me faltó preparación. Cuando él me pegaba, me caía, eso significa que algo falló. Hubo una ausencia de trabajo de sparring, porque sufrí una lesión de desprendimiento de riñón, quede arruinado”, reflexionó.

No fue ninguna sorpresa la dura derrota sufrida en el icónico Madison Square Garden, pero hoy en día, más de cuatro años después, el boxeador argentino acepa que fue una decisión errónea presentarse al cuadrilátero: “No fue adecuado que yo estuviera en el ring. Fue un error mío, fui cabeza dura, y en este deporte no se puede ser así. A Cotto lo tenía entre ceja y ceja y en el boxeo el que se enoja, pierde. Mordí mi propio palito”, asegura y agrega que su cuerpo le pedía que diera un paso atrás.

Maravilla siempre rescató como algo positivo del boxeo la soledad que hay arriba del ring, pero confiesa que ese día necesitó compañía: “Cuando Cotto me pegaba, por dentro quería que alguien entrara a ayudarme, pero entendí que estando solo conocés tu interior, y eso te permite crecer teniendo un panorama más claro de lo que podés hacer”.

A su vez, el quilmeño remarca que una de las cosas que más rescata de esa derrota es poder saber quiénes están en las buenas y en las malas y confiesa que que el día que le ganó a Chávez tenía más de 1000 mensajes y llamados y cuando perdió con Cotto tenía cuatro, de los cuales tres eran de su madre. “Está buenísimo que pase eso porque cuando ocurre nos miramos a los ojos y entendemos quiénes están con nosotros. Eso un joven boxeador tiene que saberlo desde un principio y no confiar en el primero que se le acerca”, cierra.

Más notas