sábado, diciembre 7, 2024

Lo que el virus se llevó

Por Carolina Ankia

La vida que el mundo llevaba hace unos meses no volverá a ser la misma, al menos hasta que aparezca una vacuna para prevenir el coronavirus. Habrá que adaptarse entonces a convivir con las nuevas medidas de seguridad e higiene para proteger la salud de todos.

Casi todos los sectores de la economía se vieron afectados por la pandemia y el rubro del fútbol no fue la excepción. Por ahora, en Argentina no hay una fecha que oficialice cuándo volverá a rodar la pelota, a diferencia de países como Alemania, España, Polonia y Dinamarca, entre otros, donde se reanudó la disputa de los torneos, aunque con una nueva normalidad, diferente a la que se veía hasta los primeros meses de 2020. Las tribunas se vaciaron por completo y las figuras de cartón se convirtieron en el nuevo público de los estadios. Y, hasta en algunos casos, los aficionados alentaron a sus equipos de manera virtual, a través de Zoom, una aplicación de videollamada cuyo uso explotó con la crisis sanitaria.

Ezequiel D’Angelo, jugador de Deportivo Morón, siente que va a ser “muy raro” este nuevo fútbol que se verá en lo inmediato. Para el volante “jugar sin público es como bailar sin música”, aunque sabe que habrá que acostumbrarse.

El quilmeño recuerda la última fecha que jugó a puertas cerradas, el 15 de marzo, contra San Martín de San Juan, y comenta que se sintió “extraño”, aunque “una vez dentro de la cancha, el fútbol recupera su normalidad, pero llegar al estadio y verlo vacío son imagenes muy fuertes”, explica. 

D’Angelo confiesa que le gusta jugar con gente en las tribunas, sentir la presión en los partidos, salir a la entrada en calor y que los hinchas lo alienten. Aunque también destaca el provecho que saca un equipo cuando va a un estadio visitante y los rivales lo insultan. Es “un condimento extra” que se siente, afirma antes de valorar el ruidoso apoyo de los hinchas de su equipo.

El mediocampista, que está pasando la cuarentena en la casa de sus papás y aprovecha el parque que tiene para entrenarse, admite que hay futbolistas que con el público se agrandan y se motivan más. “Es como que necesitan el cariño de la gente a su favor”, grafica. También remarca el aliento en las jugadas como “algo fundamental” y califica de “incomparable” el grito de “ole” que baja de las tribunas cuando el equipo se florea en el campo de juego.

 

El imaginario colectivo piensa que los más beneficiados con la nueva realidad van a ser los árbitros, ya que no van a tener la presión externa de las hinchadas locales y esta situación puede llevarlos a tomar mejores decisiones. “Pero habrá que tener más cuidado porque cuando le digas algo al referí, lo va a escuchar. Habrá que estar más moderados y ser precavidos con lo que manifestemos, ya que estaremos todos bajo la lupa”, señala.

El entrenador de Arsenal, Sergio Rondina, está de acuerdo con D’Angelo y opina en sintonía con el enganche del “Gallo” de Morón. “Se va a escuchar todo lo que uno diga. Habrá que ser más cautelosos y controlar un poco más los impulsos, aunque habrá veces en que no se pueda”, sostiene ´Huevo´.

El año pasado, Rondina consiguió el ascenso a la Primera División y siente que “hubiera sido horrible jugar sin público”. “No me lo imaginé y no me lo quiero imaginar. Por suerte se pudieron disputar los partidos y con los hinchas presentes. Estuvo muy lindo”, recuerda.

Yannick Sandler es Licenciado en Psicología y, después de haber estudiado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), se especializó en la Asociación de Psicología del Deporte Argentina (APDA). Como estudioso del tema, enfatiza que la presencia o ausencia del público es difícil de generalizar en los jugadores como una entidad, debido a que cada uno vive una situación particular. “Depende mucho de la personalidad del jugador, de la historia y de las variables psicológicas: la motivación, la ansiedad, la confianza y la concentración, entre otras, y cómo tenga trabajadas cada una de ellas”, se explaya.

En ese sentido, explica que hay jugadores que le dan más importancia a la opinión pública y a los hinchas, mientras que a otros directamente no les influye. “Incide como una variable más, como también lo hace el clima, la cancha, el árbitro, los compañeros y el lugar de residencia”, asegura, con plena consciencia de que en el fútbol argentino el hincha y la gente tienen un valor particular. 

Mariano Jordan, más conocido por los fanáticos de San Lorenzo como “el gordo ventilador”, cuenta que extraña el fútbol desde el momento en que va a la cancha cantando canciones de su equipo en el colectivo hasta el instante en que se instala en el Nuevo Gasómetro y se dispone a ver el partido. El hincha define a los fanáticos como “el alma del deporte” y afirma que, en su opinión, no será fútbol lo que se verá, sino una modalidad virtual en la que se maneje a los humanos, como una suerte PlayStation. 

“De terror”. Con esa expresión, Jordan envuelve al “nuevo fútbol” que espera a los aficionados, aludiendo en ciertos aspectos a la Liga alemana. “Pretenden reemplazar la presencia humana con cartones o con robots diseñados para que canten las canciones y se paren en los goles. El fútbol es como un ritual, viaje-previa-cancha y todos unidos. Sin contar las relaciones sociales y amistades que te deja el deporte. Si nos quitan eso ya no veremos lo mismo, será otra cosa”, concluye.

 

Foto: El AGF Aarhus, equipo de Dinamarca, volvió después de dos meses a disputar partidos tras la pandemia de coronavirus. Los hinchas estuvieron presentes a través de Zoom y se crearon más de 500 reuniones.

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