sábado, noviembre 23, 2024

Los hombres del doble rol

Por Luca Solda

Ante la derrota o eliminación de un equipo, los hinchas suelen apuntar, en primer lugar, al árbitro y a sus asistentes y, en segundo orden, a los entrenadores. Durante el Mundial de 1930 dos personas cumplieron los roles de colegiados y seleccionadores: el boliviano Ulises Saucedo y el rumano Constantin Radulescu.

Saucedo y la participación de su seleccionado

Bolivia había sufrido unas semanas antes del comienzo del campeonato un golpe de Estado. El 28 de mayo, el presidente Hernando Siles, quien buscaba mantenerse en el cargo, renunció ante el repudio popular que estaba recibiendo. Exactamente un mes después, una junta militar encabezada por el General Carlos Blanco Galindo derrocó al gobierno. A pesar de esto, el equipo nacional, dirigido por Ulises Saucedo, asistió a la cita mundialista. El entrenador venía de salir campeón con The Strongest de manera invicta y sin haber recibido goles. Sin embargo, el seleccionado sudamericano perdió sus dos encuentros por 4-0. En el primero cayó frente a Yugoslavia y luego ante Brasil. 

Saucedo tuvo su mayor gota de protagonismo no como director técnico sino como árbitro y juez de línea: dirigió la victoria de Argentina por 6-3 sobre México, partido en el que cobró cinco penales, la mayor cantidad que se hayan sancionado en un mismo encuentro en esta competencia. Además, fue asistente en otros cinco: Argentina 1–0 Francia, Uruguay 4–0 Rumania, Argentina 3–1 Chile y Uruguay 6–1 Yugoslavia. 

Su participación más resonante fue en la final, en la que formó parte de la terna, siendo hasta el día de hoy el único referí de su país en haber estado en un partido decisivo de una Copa del Mundo.

La influencia de Carol II, rey rumano

La llegada de Rumania al Mundial se dio pura y exclusivamente gracias al accionar de su rey, Carol II, quien luego de asumir declaró como prioridad confirmar la participación de su país en el torneo, lo que consiguió tres días antes de que cerrasen los plazos de inscripción. El monarca se encargó de hacer la lista de convocados, a pesar de que el equipo contaba con un entrenador, Constantin Radulescu. Para facilitar la selección de jugadores, les dio amnistía a todos aquellos que estaban sancionados, pero este no era su principal problema: varios de los rumanos que habían sido nombrados por Carol II trabajaban para una petrolera británica que se negó a ceder a sus empleados por los tres meses que duraba la gira. Ante esta situación, el rey le comunicó al dueño de la fábrica que si no dejaba ir a los jugadores, iba a cerrar la misma. Finalmente, aquellos trabajadores pudieron asistir.

Constantin Radulescu, el de los múltiples cargos

“Costel” Radulescu finalizó su carrera como jugador en 1923, luego de haber participado, entre otros eventos, en la Primera Guerra Mundial. Ese mismo año comenzó su larga trayectoria en diferentes roles del fútbol: entrenador, árbitro y dirigente. Tuvo un breve primer paso como director técnico del seleccionado rumano en 1923, cuando lo dirigió en un partido frente a Yugoslavia, en el que perdió por 2-1. Cinco años después relevó en el cargo a Teofil Morariu y no lo dejó hasta 1938.

Como entrenador estuvo al frente del equipo en tres Campeonatos del Mundo (1930, 1934 y 1938). En el Mundial de 1930, Rumania compartió la zona con Perú, al que venció por 3-1, y Uruguay, que los derrotó por 4-0. Entre 1929 y 1933 ganó dos Copas Balcánicas, torneo en el que jugaban los países de aquella región. En Italia 1934, la participación no fue buena para los europeos: quedaron eliminados en primera ronda frente a Checoslovaquia, luego de caer por 2-1. 1936 marcó la obtención de una nueva Copa de los Balcanes, pero dos años después, en Francia 1938, los rumanos volvieron a quedar afuera en primera fase, esta vez luego de caer 2-1 ante Cuba, rival con el que habían empatado por 3-3 unos días antes. Ese mismo año, Radulescu dejó su lugar como entrenador de la Selección de su país. 

Su papel como árbitro

“Costel” tuvo una particularidad cuando llegó a Uruguay: además de ser el director técnico, era el presidente de la comisión de árbitros de su país. Durante el Mundial disputado en tierras “charrúas”, el rumano estuvo presente en Argentina 6-3 México y Argentina 1-0 Francia, ambas veces como juez de línea. En estos partidos compartió la terna con el boliviano Ulises Saucedo.

El enfrentamiento con Racing en Avellaneda

Luego de la derrota contra Uruguay en 1930, la cual marcó la eliminación de los europeos de la competición, Rumania se trasladó a Argentina para jugar un amistoso frente a Racing. Este encuentro fue el primero en el que se cruzaron una Selección internacional y un equipo del fútbol local. El partido finalizó con victoria para “La Academia” por 1-0 y el encargado de arbitrarlo fue, justamente, Constantin Radulescu.

 

Foto: Imagen previa al partido entre Argentina 6-3 México. De izquierda a derecha: Constantin Radulescu (Rumania), Ulises Saucedo (Bolivia) y Gualberto Alonso (Uruguay).

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