jueves, noviembre 21, 2024

De los Santos, el primer goleador negro

Por Andrés Kalbermatten

La era del amateurismo en el fútbol argentino esconde historias y jugadores que fueron estrellas de la época pero sus nombres son desconocidos en la actualidad. Uno de ellos es Alejandro De los Santos, el “Negro”. De origen angoleño, sus padres se escaparon de la esclavitud para subirse a un barco con rumbo desconocido. El destino quiso que llegaran a Argentina.

El “Negro” nació en Paraná, Entre Ríos, el 17 de mayo de 1902, pero tras la muerte de sus padres unos años más tarde, se fue a Buenos Aires junto a sus hermanos y se instaló en el barrio de Boedo. De a poco fue agarrándole cariño a la pelota, lo que lo llevó a jugar para Oriente del Sud con menos de 20 años. Allí fue parte clave del ascenso a División Intermedia. En una formación con cinco delanteros, su posición en el campo era de entreala izquierdo, al lado del 9, lo que hoy se conoce como extremo.

Sus inicios en Primera fueron en 1921, en San Lorenzo, que participaba de la Asociación Amateur Argentina de Football, aunque apenas disputó ocho partidos en el Ciclón. Meses después, De los Santos arrancaría la parte más exitosa de su carrera, jugando para Dock Sud.

El “Negro” fue la figura del equipo de Dock Sud que logró el primer ascenso a Primera, al convertir tres tantos en el partido definitorio ante Liniers. Además, sería el goleador del “Docke” en el histórico cuarto lugar en Primera, detrás de Boca, Huracán y Sportivo Barracas. “Todas las crónicas de la época lo reconocen como un jugador delicado y muy hábil con la pelota”, comenta el investigador Carlos Aira. Sus grandes rendimientos en aquellos años lo llevaron a ser convocado a la Selección nacional, convirtiéndose en el primer y único futbolista afrodescendiente en haber representado a nuestro país.

Debutó en la Albiceleste el 10 de diciembre de 1922 en una derrota por 1 a 0 ante Uruguay en un amistoso disputado en Montevideo. Posteriormente participaría en otros cuatro partidos de la Selección, incluyendo el último encuentro de la Copa América de 1925 ganada por Argentina. Si bien no fue convocado otra vez, la historia de De los Santos con el seleccionado no terminaría ahí.

Para la Copa Mundial de 1930, sus grandes registros goleadores lo perfilaban al “Negro” como uno de los candidatos a ser parte de la delantera de Argentina. Debido a su no convocatoria, se especuló con que fue discriminado por su color de piel. “Lo de su ausencia por motivos raciales me lo contó su familia, pero no hay nada que lo confirme”, aseguró Guido Guichenduc, historiador de El Porvenir que pudo reunirse con los parientes del exdelantero hace unos años.

A pesar de esto, hay diversas anécdotas que demuestran que efectivamente fue discriminado, al menos, en la liga local. En un partido en el que le tocó enfrentar a Vélez, el presidente de “el Fortín” le habría pedido al equipo de De los Santos que lo obligaran a pintarse la cara para esconder su color de piel. Este caso de discriminación se lo puede comparar con el del brasileño Arthur Friedenreich: hijo de padre alemán y madre brasileña, nació a fines del siglo XIX en un país en el cual todavía era normal juzgar a las personas de tez oscura. A pesar de pertenecer a la clase baja, el padre lo ayudó a que jugara para Germania, un club de San Pablo integrado por personas de clase alta. Para disputar los partidos, debía untarse en polvo de arroz para disimular su color de piel. Friendenreich posteriormente sería clave en las primeras Copas América obtenidas por Brasil. Luego de esto, el presidente de la federación prohibiría que jugaran negros para la Verdeamarelha, lo que provocaría un bajón en el nivel futbolístico. Además, se lo considera el fundador del jogo bonito y ,al igual que Pelé, se dice es el futbolista con más goles de la historia.

Previo a la Copa América de 1925, De los Santos ya había empezado a jugar para El Porvenir, donde formó dupla con el atacante de la Selección Manuel Seoane. Jugando para “El Porve”, el entrerriano fue el goleador en el campeonato de la Primera B de 1927 ganado por el Blanco y Negro. “Es el máximo ídolo del club. Pocos jugadores pueden decir que salieron campeones con El Porvenir”, explicó Guichenduc. Luego de 80 goles en 139 partidos y de haberse convertido en el segundo máximo goleador de la institución de Gerli, se marchó a Huracán en 1931 con el comienzo del profesionaismo.

El rendimiento de De los Santos en el equipo de Parque Patricios no fue menor a lo hecho en Dock Sud y El Porvenir. Al igual que con Seoane, el “Negro” formó una recordada dupla con Herminio Masantonio, goleador histórico de “el Globo”. Durante los tres años que compartieron delantera, se coronaron campeones de la Copa Consuelo Beccar Varela de 1933, torneo que se jugó durante apenas dos años. En 1934, luego de más de una década de exitosa carrera como jugador, colgó los botines para ponerse el buzo de entrenador.

Lo más destacado de su trayectoria como director técnico fueron sus dos ciclos en Huracán, en los cuales protagonizó buenas campañas en copas nacionales y hasta llegó a entrenar al gran Alfredo Di Stéfano, quien más adelante sería multicampeón con el Real Madrid. De los Santos también estuvo cerca de volver a conseguir el ascenso con Dock Sud, donde tuvo como máxima figura a Juan Carlos Muñoz, futuro integrante de La Máquina de River.

Alejandro De los Santos falleció en 1982, luego de 80 años de vida, a lo largo de la cual, además de convertir innumerables goles, formó una numerosa familia junto a su esposa y seis hijas.

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