Por Luca Solda
El 23 de mayo de 2005 Los Pumas igualaron 25-25 en el Millenium de Cardiff frente a los British and Irish Lions, combinado que cada cuatro años reúne a los mejores jugadores de las islas británicas y realiza una gira en la que visita a una de las tres potencias del sur (Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia) y a sus respectivas franquicias. Raro recordar un empate, ¿No? Pero este partido va más allá del resultado, que de por sí fue histórico, sino que también se destaca por las dificultades que implicaron la convocatoria y el viaje en la previa, sumado al polémico referato del australiano Stuart Dickinson.
La fecha establecida para el amistoso coincidía con los fines de temporada para los clubes de Europa y, al no ser un partido oficial, los equipos no estaban obligados a ceder a sus jugadores. Muchos argentinos sufrieron esta situación: Agustín Pichot, Juan Martín Hernández, Rodrigo Roncero y Omar Hasan no pudieron disputar el encuentro debido a que al día siguiente tenían que jugar la final de la Copa de Europa. El Clermont francés decidió no prestar ni a Hernán Senillosa ni Gonzalo Longo. Entre lesionados y jugadores no dados, a Los Pumas le faltaron 26 de sus jugadores habituales.
En total, Marcelo Loffreda entregó una lista de 27 nombres, de los cuales solo 9 de ellos se desempeñaban en el rugby profesional. Además, se dieron tres regresos emblemáticos: Lisandro Arbizu, el capitán más joven de la historia del seleccionado, retornó tras haber estado 19 meses sin jugar luego de haber sufrido una rotura de ligamentos en su rodilla derecha -que lo dejó afuera del Mundial de Australia 2003- y un problema en un tendón de uno de sus aductores; Mauricio Reggiardo volvió a ponerse la camiseta argentina 18 meses después de que Los Pumas fueran eliminados en la primera ronda del Mundial 2003 y el pilar mendocino Federico Méndez regresó al seleccionado luego de un par de meses, tras el test match en el que el conjunto nacional cayó por 39-7 frente a Sudáfrica en Buenos Aires.
En el combinado británico sobresalían jugadores como Shane Williams, histórico wing galés, pero la principal figura era Johnny Wilkinson, apertura inglés que dos años antes le había dado a “La Rosa” su primera Copa del mundo con un drop en tiempo suplementario frente a Australia como visitante.
Federico Todeschini abrió el marcador con un penal a los cuatro minutos. Unos instantes después, Juan Manuel Leguizamón recuperó una pelota en el campo rival y tras una gran juagada de los tres cuartos, José María Núñez Piossek apoyó en una de las puntas el primer try del encuentro. Un nuevo penal de Todeschini dejó 13-0 el tanteador en tan solo un cuarto de hora. El Millenium, enmudecido. Pero a los 17 de la primera mitad, Wilkinson empezó a hacerse cargo de los suyos: en una jugada magistral juntó dos defensores y le dio un pase al centro Ollie Smith que se zambulló en el ingoal nacional. Desde allí, todo se transformó en un duelo de pateadores entre el “Ninja” Todeschini y el mismo Wilkinson. Ambos anotaron una totalidad de seis penales en el partido, pero hay uno que será recordado por todos: una vez que se consumieron los 40 minutos del segundo tiempo, el árbitro Dickinson adicionó cinco minutos y luego otros tres más, hasta que finalmente a los 48 de la segunda mitad los Lions pudieron empatar el partido. Resulta conocido el apellido del referí, y con razón: fue el mismo que impartió justicia en el histórico encuentro en el que Los Pumas vencieron a lrlanda por 28-24 en el Mundial de 1999, donde el australiano hizo jugar alrededor de 10 minutos de adición, en los que Argentina defendió hasta con lo que no tenía para conseguir por primera vez el pase a los cuartos de final de un Mundial.
Raro recordar un empate, ¿No? Pero este vale la pena hacerlo y festejarlo como lo hicieron los jugadores aquella noche de mayo en la que fueron ovacionados por propios y extraños. Fue la primera vez en la historia en la que los Lions no consiguieron ganar como locales, a Argentina le faltaron muchísimos jugadores y los británicos veían a ese partido como una simple exhibicion previa a lo que iba a ser su gira por Nueva Zelanda, en donde perdieron los tres partidos que jugaron. Defensa aguerrida y forwards dominantes para cerrar un resultado que quedará en la memoria de muchos británicos, pero principalmente de varios argentinos.