Por Micaela Delzart
De jugar a la pelota con sus hermanas a liderar un club de fútbol. Florencia D’Andrea es la capitana de Excursionistas pero no sólo conduce en la cancha sino que también es encargada de administrar el dinero del club en el fútbol femenino.
La deportista conserva esta pasión por el deporte desde chica. Son seis hermanas aunque solo cuatro se dedican a patear la pelota: Candelaria, que juega con ella en el conjunto de Excursio, Trinidad que es arquera de Ferrocarril Oeste en futsal y jugadora de Estudiantes de Buenos Aires y Antonella, también arquera de Huracán.
Además de defender los colores del Verde, es personal civil de la fuerza aérea. Administra todo lo relacionado al tenis, su segundo deporte, hace pedidos a proveedores, control y mantenimiento de las canchas y gestiona a las personas. Asimismo también es profesora de tenis en el mismo lugar.
D’Andrea es futbolista profesional pero tiene que ingeniársela con otros dos trabajos para mantenerse a fin de mes. La deportista llegó a la institución en septiembre y notó que no se repartía el sueldo por igual como habían acordado en su momento. Ahora ella maneja las liquidaciones del fútbol femenino y de conseguir las canchas para que puedan entrenar.
“Es un viático, una ayuda, no llega a ser un sueldo. Puede variar entre 3000 y 5000 pesos, en especial estos meses que no estamos gastos, como el alquiler de la cancha. No se puede vivir de esto. Todas tenemos otros trabajos, otras prioridades”, expresó la capitana.
El club les puso en diciembre una coordinadora, pero renunció. Por lo tanto, la deportista se encarga de todas las cuentas, y por eso el grupo empezó a tener tranquilidad en el tema monetario y la eligió como su capitana.
“Lamentablemente el fútbol es semiprofesional. Están queriendo levantarlo, pero profesional es tener un sueldo mínimo para cada una de las jugadoras fichadas, no para ocho contratadas”, afirmó.
La Asociación de Fútbol Argentino es la que se encarga de los sueldos de ocho jugadoras en el fútbol femenino, por lo que se transfiere 160 mil pesos a cada conjunto. Por eso, el equipo no tiene problemas de dinero en la cuarentena pero igualmente no le alcanza para vivir de eso porque el club no invierte nada de dinero en las futbolistas.
Las jugadoras de Excursionistas terminaron la mitad del torneo en diciembre, a cuatro puntos de la zona de campeonato, pero en el verano, antes de comenzar la segunda parte se les fue gran parte del plantel, y además tuvieron que cambiar de entrenador.
Las bajas del club fueron Dalia Leiva, Analía Almeida, Magalí Martínez y Gisela González. La arquera Rea dejó de ir, pero antes de que comience la cuarentena, estaba estipulado que regresara a los entrenamientos y partidos. Lo mismo pasó con Máxima Verón.
El tema económico es lo que más provocó que hubiera bajas. El trabajo es lo más importante para las futbolistas y después viene el club. El director técnico, Horacio Acosta, quiere que prioricen las practicas pero las jugadoras tienen que faltar en ocasiones para mantener sus puestos.
“Lo que tratamos también es hacerle entender a nuestro entrenador es que, quieras o no, esto no es profesional. Él nos responde que ´hay que priorizar el fútbol, por eso tienen que venir a los entrenamientos´. Lo paramos y le decimos que no es lo mismo que el fútbol masculino porque si yo tengo que faltar para ir trabajar, lo voy a hacer sin pensarlo. El trabajo no se toca”, comentó.
Excursionistas terminó el torneo perdiendo por goleada 16-0 con Boca en el Complejo Pedro Pompilio. Es notable la diferencia de un equipo que tiene todos los contratos y otro. Las deportistas no querían jugar ese partido pero les comunicaron que tenían que hacerlo porque si no les iban a aplicar una multa económica e iban a entrar a la zona de permanencia con menos puntos
“Con las jugadoras de Boca es muy diferente por el tema salarial y por la cantidad de entrenamientos. En nuestra escala, viene el trabajo primero y después Excursionistas. En el caso de Boca es Boca y es todo fútbol, no tienen por qué decir si priorizar una cosa o la otra porque ya de por sí, el jugar al fútbol ya es su trabajo”, explicó.
El fútbol se suspendió el 17 de marzo, pero las jugadoras tenían intenciones de no querer ir a entrenar por el bien de sus familias y lo empezaron a hablar en el grupo de WhatsApp donde se encuentran todas. Pero no tuvieron consultas del club sobre lo que pensaban acerca de la suspensión. Aunque el preparador físico del club les manda ejercicios para hacer, no tienen manera de saber si sus compañeras lo hacen o no.
“Tenemos un grupo pero es como que cada una está en la suya, podemos mandar un que otro chiste pero somos compañeras, no amigas. No hay amistades, hay compañerismo. Es un buen equipo, un buen grupo de personas pero no es que nos hablamos. Hasta que no nos juntemos no sé en qué estado se encontrará el plantel”, admitió.
Otra de las desventajas del club es que ellas no entrenan en sus canchas sino que van a una plaza los lunes. Y los otros días van al predio donde trabaja ella. “Cada vez que vamos a jugar de local a Excursionistas, somos igual de visitantes que el visitante. No entrenamos, nosotras no conocemos nuestra cancha”, argumentó.
También tienen jugadoras con poca experiencia en cancha por las bajas significativas que tuvo el equipo. Por ejemplo, la arquera Camila Espíndola que tiene apenas 15 años, recién está conociendo lo que es jugar en Primera y el nerviosismo que conlleva.
“Si vos prestaras atención a los últimos partidos que venimos perdiendo por goleada, se la pasa llorando. Es cómo que le cae mucha responsabilidad y no está bueno porque le falta un montón a Cami. Tiene muy buenas actitudes de arquera y muchas cosas que la definen, pero todavía le falta. Es normal, uno a los 15 años está aprendiendo, pero nosotras necesitamos una arquera que ya esté formada. Las que teníamos, una se fue porque trabajaba y la otra arquera se fue de vaga, ni siquiera es que se fue porque tenía que trabajar o porque quería más plata”.
-¿Por qué se fue entonces?
-Tenía que entrenar y no cumplía. Asique la desafectaron del plantel y quedo Cami sola y es una locura porque quieras o no porque hay muchos goles que si dependen. La culpa siempre es de todas, no tratamos de echarnos la culpa entre una y la otra, pero hay cosas que son responsabilidad una arquera y a ella le pasa la pelota por al lado o de los nervios le tiemblan las manos y esas cosas nos afectan también a nosotras, así que le hablamos después de todos los partidos y le decimos que se calme, que no fue culpa de ella, que para que lleguen al arco tienen que pasar primero por diez jugadoras, que no se haga problema, que está aprendiendo pero es lo que le decimos a una nena de 15 años, no le podes decir eso a una arquera titular. Pero bueno, ni siquiera dentro de los tres fichajes que tenemos para la zona de permanencia, va a haber una arquera, vamos a seguir con ella.
Sin entrenar en sus canchas, con muy pocas jugadoras en el plantel y sin saber cómo va a volver el equipo después de la cuarentena y sin fecha confirmada para el regreso del fútbol femenino, todo se hace cuesta arriba para Excursionistas.