Por Joaquin Montenegro
El rugby es un juego colectivo y, como el resto de los deportes, necesita entrenarse, y con regularidad, algo que por la pandemia mundial y la cuarentena no están permitido al día de hoy en el país.
La única franquicia argentina en el Súper Rugby, hoy, es Jaguares, y eso es lo que marca la diferencia con las franquicias de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Por eso que, en caso de que se le permita entrenar y posteriormente jugar, no podrá tener rivales de talla similar previo al reinicio del torneo que une a los mejores equipos del hemisferio sur.
“Desde la parte mental también tiene su influencia, cada vez con el pasar de las semanas, se fue haciendo cada vez más complicado, pero los entrenadores y preparadores físicos nos mandan tareas y rutinas que las tenemos que cumplir, y eso ayuda mucho a la organización y al despeje” dice el apertura de Jaguares, Joaquín Díaz Bonilla.
Sostiene que el entrenamiento es diferente en cada uno, y que todos tienen situaciones distintas, pero que siempre intentan, en conjunto con los entrenadores, buscarle la vuelta para, por lo menos, no perder la técnica en lo que respecta a sus funciones en la cancha y a las destrezas que tienen que desarrollar para mejorar su juego.
“Las mermas en los rendimientos físicos van a ser no solo para Jaguares, sino para todos los deportistas del mundo, y cuando se pueda volver a entrenar, se tendrá que hacer una mini-pretemporada para volver a estar a tono” aporta Fernando Mendonca, preparador físico de Jaguares, acerca de lo que se avecina en cuanto a un calendario deportivo que aún está en duda.
El actual miembro del staff de Gonzalo Quesada cuenta que, independientemente de tener materiales o no, el rendimiento de un deportista desde lo muscular, baja de manera considerable y afirma que “el trabajo físico de la cuarentena es más un mantenimiento o una no pérdida, que una ganancia”.
La franquicia argentina va a tener que adaptarse a esta situación, al igual que todos, pero el trabajo mental que hagan los jugadores va a ser importantísimo en relación a los resultados que se quieran ver en un futuro.