Por Juan Estevez
Colombia obtuvo, luego de 32 años, su pase al Mundial de Fútbol de Chile en 1962 gracias a la dirección técnica del argentino Adolfo Pedernera, integrante de aquella emblemática delantera de River Plate denominada La Máquina. El equipo tuvo en que creer, gracias al emblema del fútbol que los dirigía.
Se convirtieron en héroes durante la clasificatoria de la CONMEBOL tras superar a Perú, equipo con el que tenían una gran rivalidad a raíz de la Guerra del 32 y, además, no olvidaban los Juegos Bolivarianos del 38, en los que los peruanos fueron ampliamente dominadores. En condición de visitante Colombia ganó por 2 a 1 y luego, en condición de local, empató. Con esos resultados y, con Efraín “El Caimán” Sánchez como referente bajo los tres palos, obtuvo el pase a la séptima edición de la Copa del Mundo.
Si bien la particularidad de esta copa fueron los altos grados de violencia entre las selecciones con el fin el de evitar los avances rivales, Colombia no tuvo conflictos antideportivos como si los tuvieron Yugoslavia y la URSS. El primer partido lo jugaron el 30 de mayo de 1962 contra Uruguay con el que perdieron 1-2, en lo que fue su primera derrota mundialista.
El segundo, lo disputaron el 3 de junio contra el campeón europeo vigente, la Unión Soviética. El encuentro finalizó en empate 4 a 4 en el que Colombia logró anotarle cuatro tantos al por entonces mejor arquero del mundo, Lev Yashin, más conocido como “La Araña Negra”.
Al finalizar el primer tiempo ya se habían convertido la mitad de los goles, tres para la URSS y uno para Colombia. Si. La selección debutante vulneró a Yashin. Pero es en el vestuario donde la leyenda se hace grande. Abajo por dos y con todas las de perder por un resultado aún mayor, Pedernera le preguntó a sus dirigidos si sabían cantar. Tras la tímida afirmación de parte del plantel el entrenador pregunto con más fuerza y todos contestaron al unísono afirmativamente. El técnico argentino empezó a cantar el Himno Nacional de Colombia. Todos los jugadores hicieron lo mismo y entraron al partido llenos de patriotismo y con la intención de dejar todo por su país. ¿Funciono lo del himno?, lo cierto es que el segundo tiempo fue del combinado “Cafetero”.
Con los goles de Antonio Rada, Marino Klinger y Marcos Coll, quien anoto el primer y único gol olimpico de la historia de los Mundiales durante ese partido. “Marcos Coll se perfila, hace el envío con la pierna derecha, la bola va al arco… y se metió la pelota. Gol de Colombia. Gol olímpico de Colombia”, se escuchó en la voz del locutor Gabriel Muñoz López. “Yo creo que ese gol fue obra de Dios” afirmó tiempo después Marcos Coll, autor del gol olímpico.
En la última fecha de la zona de grupos le tocó enfrentar a Yugoslavia, pero el equipo venía de dejarlo todo frente a la Unión Soviética. Física y mentalmente no podían más. Perdió 0-5 contra Yugoslavia, lo que representó la eliminación del mundial con un historial de 2 derrotas y 1 empate. Con hitos históricos y goleadas abultadas el seleccionado de fútbol colombiano comenzó su historia mundialista.
A pesar de no haber obtenido ningún triunfo, Colombia festejó, puesto que fue el único equipo en convertir cuatro goles a la “Araña Negra” y en el ranking del mundial quedó mejor posicionado que Bulgaria y Suecia.
“Me olvidé de todo, incluso de mí mismo. Sólo sabía que era Colombia y que había algo inmortal que se llama Colombia” dijo Marino Klinger, autor del 4to gol frente a la URSS, al volver de Chile.