jueves, abril 25, 2024

El último mundial para el dueño de la globalización

Por Victoria Falabella y Camila Tebes

Si hablamos de la globalización del fútbol no podemos dejar de pensar en las marcas, en la publicidad y en las transmisiones. En la FIFA hay un precursor de todo eso: Joao Havelange. Durante su mandato en la Federación hizo todo tipo de cambios, desde económicos hasta de cargos.

​Hace años que el fútbol es el deporte más consumido en todo el planeta y los Mundiales cambiaron por completo a partir de 1998. Se convirtieron en un espectáculo. Francia estuvo lleno de sponsors como Coca-Cola, Canon, Casio, Adidas y McDonald’s, entre otros. En este contexto también se comenzaran a vender los derechos de televisación.

En Argentina, canales como Telefe, el Trece y América transmitieron el Mundial por televisión, mientras que la radio, por su parte, contó con La Red, Mitre y Continental. Las revistas de aquel momento aseguran que los medios pagaron alrededor de 300 mil dólares por los derechos de transmisión. Fue el Mundial al que más periodistas y movileros concurrieron.

Esto hizo que la FIFA tuviera ingresos más fuertes y no solamente de las entradas a los partidos. Un gran monopolio en el que ambas partes se beneficiaron. El comienzo de esto, que ocurre hasta el día de hoy con cifras inimaginables, fue con el brasileño Havelange. Pero no todo fue positivo, porque años después fue acusado de corrupción con empresas televisivas. Quizás por eso renunció a la presidencia días antes del comienzo del torneo de 1998.

Una de las acusaciones más grandes al expresidente ocurrió en 2001. Durante 1997, en instancias previas al Mundial, recibió, de forma ilegal, 1,2 millones de euros de la empresa ISL. Esta gestionaba los negocios de transmisiones de la FIFA, sobre todo durante Francia. Havelange no era el único, varios empresarios recibieron sobornos, entre ellos el que fue presidente luego: Joseph Blatter.

El hecho fue admitido en 2010 y Joao Havelange se vio obligado a dejar su cargo de miembro honorario. Además, en las declaraciones ante la justicia, perjurdicó a su sucesor: “Blatter sabía todo y nunca dijo nada”, aseveró.

Sin dudas, fue uno de los que hizo crecer al fútbol y, sobre todo, a la FIFA. En una nota que le hizo la revista brasileña Aventuras de la historiaen 2007, dejó en claro que se considera el impulsor:Cuando fui elegido presidente había 146 asociaciones afiliadas. Cuando me fui había 196 miembros. La FIFA tiene más afiliados que la ONU”.

No todo fue corrupción. Durante su mandato, la Federación Internacional se unió a una organización por los niños, SOS Children of the World. Además, Havelange no solo impulsó el Mundial de Francia ‘98, sino también muchos torneos, como el de futsal y el de fútbol femenino, que comenzaron a tener algunos sponsors. A su vez, en la misma entrevista al medio brasileño declaró que lo que le había quedado pendiente era acercar la Copa Mundial a África, pero que confiaba en que Blatter lo haría.

El final del imperio de negocios del brasileño terminó cuando dejó la presidencia el 8 de junio de 1998. Y después de atravesar juicios, dejar cargos y algunos homenajes como el torneo brasileño del 2000, el 8 de mayo de 2016 murió con 100 años. Pero, sin dudas, la FIFA sigue siendo el monopolio en el que se favorecen las dos partes: las empresas publicitarias y los empresarios de la Federación.

 

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