miércoles, noviembre 6, 2024

20 años sin Mirko Saric

Por Guido Fradkin

“La pelota de duelo”; “¿Por qué?”; “Se suicidó el jugador de San Lorenzo Mirko Saric”.

Distintos diarios, de disímiles líneas editoriales, le daban espacio en su portada a la misma fúnebre noticia que consternó al ambiente del fútbol. Más poético, más reflexivo, más informativo. Todo refería a lo mismo, pero nada podía restituir la vida de Mirko Saric, mediocampista central de San Lorenzo que un día como hoy, pero hace 20 años, decidió quitarse la vida en la habitación de su casa, ubicada en el barrio porteño de Flores.

“Jugaba, había firmado contrato, fachero, familia de bien, todo perfecto. Se me sienta, me mira y me dice ‘te quiero decir que no le encuentro sentido a la vida’”. Cuando el joven de 21 años y metro noventa ingresó a la habitación de Oscar Ruggeri, director técnico del Ciclón, éste pensó que le iba a comentar sobre algunas inquietudes tácticas… pero no fue así.

La leyenda cuenta que el fundador del budismo, Buda Gautama, afirmaba que “ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”, así como que uno puede optar por el camino del sufrimiento o no, porque el dolor es insoslayable. El chico de ascendencia croata estaba vacío, lo había anticipado. En su corta carrera ya había experimentado un esguince de tobillo y una rotura en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, que en el momento de la trágica noticia aún surtía efectos, pues le quedaban tres meses de inactividad. Por si fuera poco, hace un año se había enterado que su hijo de dos meses no era suyo por una prueba de ADN que dio negativa.

Tantos flashes para una persona tan frágil. Mima, una de sus dos hermanas, aseguró que el pozo depresivo de Mirko estaba ligado en gran medida a todas las presiones que conllevaba ser un futbolista profesional. “No aguantaba la presión de jugar al fútbol en Primera y le molestaba hasta lo que le gritaban de la tribuna”. También reveló que no tomaba lo recetado por su psiquiatra por temor a dar positivo en un control antidoping. Los dirigentes lo cotizaron en diez millones de dólares, los medios y los hinchas lo comparaban con Fernando Redondo por su manera de jugar. Jugar. “Sólo quiero estar tranquilo y jugar al fútbol”, comentó una vez el “5” al pasar.

“A Mirko le molestaba mucho lo que decían de él, lo que se mentía. Tenía los ideales muy marcados. No podía entender la maldad de la gente. Se ponía muy mal cuando la gente lo insultaba en la cancha. Lo afectaba mucho la crueldad, la mentira, los inventos, sufría mucho por todo eso. Una vez chocó con el auto y el tipo (con el que chocó) le quiso hacer lío, y todo eso lo afectaba hasta lo más mínimo. Se hacía demasiado problema por todo”. Así definió un rasgo marcado de su personalidad Martín, su hermano, en ese entonces jugador de Sportivo Luqueño. Lo esperaba el jueves en Paraguay (San Lorenzo jugaba contra Cerro Porteño, aunque finalmente Mirko no fue citado), pero el martes el plan se irrumpió.

En una entrevista publicada ayer en Infobae, Ivana, su madre, reveló los lúgubres augurios que tenía respecto a la vida de su hijo: “La noche anterior no podía dormir. Lo desperté a mi marido y le dije: ’Llamemos al doctor porque a Mirko no lo veo bien’. Yo sabía que no estaba tomando la medicación, pero esa noche antes de irme a acostar le dije: ‘Mirko, todo tiene solución en la vida menos la muerte’. ¿Sabés que me contestó?: ‘¿Acaso sos bruja que me leés la mente?’”.

En la cancha fue un fiel defensor del fútbol vistoso. “No me gusta tirarme a los pies, lo mío es el toque”. Nadie es inmune a sus propios sentimientos. Y Saric no pudo aplacar todos los que hubiese querido. “San Lorenzo perdió a un hijo”, rezaba el comunicado oficial de su club, emitido el 4 de abril del 2000. Lo perdió el fútbol, hace 20 años.

 

 

 

* En el país existe el Centro de Asistencia al Suicida Buenos Aires. Cualquier persona en crisis puede llamar confidencialmente marcando 135 (línea gratuita) o al (011) 5275-1135 las 24 horas del día. Está también el Centro de Atención al Familiar del suicida (CAFS): Tel. (011) 4758-2554 (cafs_ar@yahoo.com.ar – www.familiardesuicida.com.ar).

Más notas