Por Joaquín Arias
En tiempos de VAR, en los que el video debería asumir ese rol monopólico que manifiesta su nombre, es una paradoja que casi todo se resuelva con una foto. Avanza, rebobina, aumenta la velocidad, apuesta al slow motion pero la imagen congelada, esa que no revela intención ni intensidad, se viste de juez, exigiendo, cada vez con más vehemencia, la sigla F en el acrónimo más controversial de la época. Ya no solo gobierna en escenarios de fuera de juego. El video llegó para quedarse, olvidándose que la foto nunca se había ido.
La foto es como el gol. A veces se construye, otras cae. En ocasiones refleja un proceso de elaboración y un estilo definido, en otras es simplemente una consecuencia fortuita. Hay goles que marcan un momento o hasta una época y cuanto más pase el tiempo mejor vas recordar ese día y ese contexto. El gol, como la foto, puede llegar desde cualquier ángulo y altura. En la foto, como en el fútbol, el mejor equipo no te asegura el resultado deseado. Eso sí, a mayor definición, mayor probabilidad de obtenerlo. Muchas veces los viejos son los que más querés ver, aunque ya estén pixelados.
Quizás existan pocos términos tan universales como “foto”. En casi cualquier parte del mundo occidental es suficiente decir esas cuatro letras para ser correspondido. En portugués, en italiano, en catalán y hasta en holandés, foto. En inglés y en francés, por caso, photo. Y alejándose de las lenguas romances, tal vez ya en oriente, el ademán para pedir ser retratado también es ecuménico: alcanza con posicionar ambos pulgares e índices enfrentados entre sí separados por algunos centímetros y mover a los primeros hacia arriba y los otros hacia abajo para hacerse entender.
Aunque también, por otro lado, hay pocas cosas tan nuestras como el Superclásico. Es tan propio como valioso y cotizado. Por eso, siempre es fructuoso frenar la pelota y evocar aquellas escenas que le regalaron tal status al Boca-River. Viajando desde el caño de Riquelme a Yepes hasta a la corrida del Pity Martínez, van a recordar, imaginar, presagiar, sonreír y hasta lamentar. Bienvenidos a este espacio donde se conjuga lo universal con lo nuestro. Bienvenidos al Superclásico en fotos. Pasen y vean.