martes, marzo 19, 2024

Amateurismo en Japón y el modelo de Supercampeones

Por Marcos Cressi

El 15 de mayo de 1993, el antiguo Estadio Olímpico de Tokio estaba repleto de aficionados. Más de 55 mil espectadores esperaban el comienzo del partido entre el Verdy Kawasaki y el Yokohama Marinos. El enfrentamiento terminó 2-1 a favor de los visitantes, (uno de esos dos goles lo convirtió Ramón Díaz). Pero lo que pasó a la historia no fue el resultado del encuentro, sino el sueño cumplido de Kenji Mori y de Saburo Kawabuchi: la profesionalización del fútbol japonés luego de 28 años de amateurismo.

El deporte llegó a Japón gracias a oficiales de la armada británica que arribaron a Yokohama a fines del Siglo XIX, era caracterizada por la Revolución Meiji, una época de cambios en la que el Emperador con ese mismo nombre empezó a aumentar su poder, mientras que los samuráis lo perdieron después de la desaparición del shogunato, gobierno militar dirigido por el Shogun (un samurái).

A partir de esto, el fútbol fue creciendo y, en 1917, comenzaron a jugarse los campeonatos intercolegiales. Cuando la Asociación de Fútbol de Inglaterra (F.A.) se enteró de los torneos organizados por las escuelas japonesas decidió, en 1919, donar una copa hecha de plata. En 1921 se creó la Asociación de Fútbol de Japón (JFA, sus siglas en inglés) y ese mismo año se comenzó a jugar la Copa del Emperador, en la cual el ganador recibía el trofeo dado por la F.A, que actualmente ya no existe porque fue fundido durante la Segunda Guerra Mundial por la falta de metales. El primer torneo lo disputaron tres equipos y el campeón fue el Tokyo Shukyu-Dan. 

En 1936 Japón llevó a Alemania un seleccionado mayoritariamente universitario para participar de los Juegos Olímpicos de Berlín. El combinado nipón quedó afuera en los cuartos de final tras ser vapuleado 8-0 por Italia, que luego ganaría la medalla de oro. A partir de esta dura derrota, el fútbol comenzó a perder popularidad, mientras que el béisbol empezó a ganar más aficionados.

A partir de la creación de la Copa del Emperador, los equipos universitarios comenzaron a dominar esta competición. Se consagraron campeones en 25 oportunidades de las 35 disputadas hasta 1965. El club más laureado es la Universidad de Keio, con 9 títulos, cantidad que todavía no fue superada.

En 1965, un año después de los JJOO de Tokio 1964 en el que Japón llegó a los cuartos de final, se fundó la Japan Soccer League. Este torneo se basó en la liga japonesa de beisbol. Los equipos de la liga estuvieron formados por empresas que controlaron los mercados japoneses. En la primera temporada se anotaron: Furukawa Electric, Hitachi (electrónicas); Mazda, Mitsubishi Motors, Toyota (compañías automovilísticas); Yanmar Diesel (fábrica de motores), Nippon Steel (industria siderúrgica) y Nagoya Mutual Bank. Los futbolistas de los equipos de fútbol eran los trabajadores de la propia empresa.

Tres años después de la creación de la liga, la Selección de Japón disputó los JJOO de México 1968. Compartió el Grupo 2 con España, Brasil y Nigeria. Logró avanzar a los cuartos de final luego de vencer al conjunto africano y empatar con las otras dos selecciones. En esa instancia venció por 3-1 a Francia, pero luego en semifinales perdió 5-0 con Hungría. A pesar de la goleada, la participación nipona fue histórica por que consiguió una medalla de bronce luego de derrotar a los anfitriones en el mítico Estadio Azteca, con un doblete de Kunishige Kamamoto, una de las leyendas del fútbol del país del Sol Naciente.

A partir de esta histórica participación, las empresas les redujeron la jornada laboral a sus jugadores para que se pudieran entrenar por la tarde y comenzaron a atraer a jugadores extranjeros para intentar convocar público a los estadios.

A pesar de la venta de Yasuhiko Okudera al Colonia de Alemania, quien se convirtió en el primer japonés en jugar en Europa, la gente no se interesó por el fútbol hasta que en 1981 se empezó a publicar el manga de Súper Campeones. La serie creada por Yoichi Takahashi contaba la historia de un joven llamado Oliver Atom (u Ozora Tsubasa en Japón), oriundo de Shizuoka, quien soñaba en convertirse en futbolista profesional. A partir de esto, los jóvenes comenzaron a ir a las inferiores de los equipos de la JSL, y el gobierno japonés comenzó a utilizar al fútbol como una forma de combatir los suicidios de los adolescentes que durante aquella época comenzó a crecer.

A finales de la década de los 80’, el fútbol japonés comenzó a ganar nivel internacional. En la temporada 1986-87 el Fukurawa Electric (Actual JEF United Chiba) se consagró campeón del Campeonato de Clubes de Asia y se transformó en el primer equipo nipón en lograrlo. Al año siguiente, El Yoimuri SC repitió la hazaña y en 1990 el Nissan Motors llegó a la final, pero la perdió con el Liaoning FC de China.

A partir del regreso de Yasuhiko Okudera al fútbol japonés en 1986, los jugadores profesionales comenzaron a aumentar. A partir de esto, en 1988, se empezaron a reunir en un comité para evaluar la profesionalización de la liga. El propósito se logró en 1991 cuando se creó la Japan Professional Football League (J. League). Su primer presidente fue Saburo Kawabuchi, que junto con Kenji Mori fueron muy importante. La J. League empezó con diez equipos fundadores y en 1992 se jugó la J. League Cup, que se celebró como un torneo preparatorio para la primera liga en 1993. La ganó el Verdy Kawasaki tras vencer por 1-0 al Shimizu S Pulse en la final.

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