jueves, noviembre 21, 2024

El día que Boca mandó a River a la B y se quedó en Primera

“Boca culmina su partido frente a Olimpia de Venado Tuerto con una derrota, y en la próxima fecha enfrentará a su clásico rival, River Plate, para definir qué equipo descenderá a la categoría B del básquet nacional”. Esto se decía en las emisoras radiales y televisivas el 26 de mayo de 1992, en el cual el equipo dirigido por Alberto Finguer enfrentaba al Millonario en un partido definitorio por el descenso, que terminó en escándalo y festejo Xeneize.

El 3 de abril fue la fecha acordada para el primer enfrentamiento de la serie. Boca comenzó con el pie derecho, a través del buen funcionamiento defensivo y la gran actuación de Randy Henry que anotó 32 puntos, con 13 de 17 dobles y siete rebotes, acompañado por el rendimiento de James Terry y Christian Aragona, superó a River por 108 a 91, culminando así la apertura de la llave para evitar el descenso a la Liga B.

Ya preparados para disputar el segundo partido en el Club Ciudad, donde Boca hacía de local en aquel tiempo, los jugadores Millonarios hicieron la entrada en calor y regresaron al vestuario con la particularidad de que no salieron a jugar. El delegado de River tomó la decisión de no salir al campo de juego debido a que él decía que los equipos debían contar con la cancha durante más tiempo. Alberto García y Juan Quesada, árbitros designados, esperaron a que el conjunto visitante cambiara de opinión, pero esto no sucedió y debieron cerrar la planilla sin la firma de River.

El enfrentamiento fue suspendido, se le dio por ganado a Boca, y se multó a La Banda con una cifra de 3.000 dólares.

River dio su primer paso positivo en la serie, en el que venció en el tercer punto 109–98 con una actuación brillante de Luis Oroño, quien tuvo su noche soñada y marcó un total de 26 tantos; y también el gran aporte de William Davis que logró hacer 24. La esperanza Millonaria renació tras ganar en el cuarto juego por 114–112. El pivot que lideró esta victoria para los de Núñez fue Daniel Aréjula, que hizo 39 puntos, con nueve de 12 dobles, dos de cuatro triples y 15 de 17 libres.

Llegó la final y como era de esperarse en las tribunas estaban presentes los hinchas de ambas parcialidades eufóricas, nerviosas y apasionadas. Con un sólido trabajo en equipo e individual por parte de James Terry y Cristian Arangona, Boca pudo revertir el resultado y el juego, que había comenzado de mejor manera para River Plate, culminó con una victoria Xeneize por 91 a 87.

Una vez terminado el encuentro sucedieron hechos lamentables: desde la tribuna del equipo conducido por Carlos Boismené arrojaron una bomba de gamexane hacia el banco de suplentes del conjunto de La Ribera. El encuentro fue suspendido por 53 minutos y cuando la situación se encontraba controlada se decidió dar por terminado el juego, que derivó en el descenso de River Plate.

El recuerdo borroso de una noche para el olvido y el extraño caso del hombre que cruzó de vereda

Sebastián Festa, hoy uno de los máximos ídolos de Boca Juniors en básquet, fue partícipe del partido en cuestión, pero con una pequeña curiosidad: el encuentro lo jugó con la camiseta de la banda roja. Sí, era jugador de River, con tan solo 18 años, y lo rememora de esta manera: “Son partidos lindos para jugar. Tienen una motivación extra, con todo lo que implica el Superclásico”.

Veintisiete años pasaron de aquel día y los recuerdos difusos son más abundantes que los nítidos, lo que resulta un rompecabezas difícil de armar. Quizás por no querer rememorar
aquellas épocas de dolor y sufrimiento o solamente por el paso del tiempo. “Llegamos al tercer partido 2-0 abajo, con un partido perdido en la cancha y otro que ni siquiera se jugó, pero se lo dieron por ganado a Boca. El tercer encuentro fue muy peleado y desde la hinchada tiraron una botella, se armó un gran quilombo”, cuenta el ex jugador. En realidad, el incidente al que se refiere ocurrió en el último encuentro y no solo fue una simple botella el causante del disturbio. Desde la parcialidad Millonaria arrojaron hacia el banco de suplentes de Boca una bomba de gamexane (insecticida) y un cenicero a la mesa de control. “Es todo lo que genera un River–Boca”, intenta justificar.

Sin embargo, a pesar de haber sufrido en aquel momento, asegura que fue una experiencia “muy enriquecedora” que lo ayudó para luego definir su futuro, uno que estaría muy lejos de donde se formó como jugador. Posterior al descenso con el club de Núñez, el base jugó durante seis temporadas en Boca y se convirtió en una de las figuras históricas de la
institución.

La serie bisagra que forjó el futuro

Desde que mandó al descenso a River, Boca experimentó un gran crecimiento: fue campeón de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) en tres ocasiones (1996/1997, 2003/2004 y 2006/2007), obtuvo cinco veces al hilo la Copa Argentina (2002 – 2006) y, además, fue el único que logró consagrarse tres veces de forma consecutiva en el Campeonato Sudaméricano de Clubes (2004, 2005 y 2006).

Por el lado de Núñez la historia fue muy diferente: militó en el Torneo Nacional de Ascenso hasta la temporada 2003/2004, en la que fue campeón. Ya en primera, logró llegar dos veces consecutivas a la final de la Copa Argentina (2004 y 2005), pero allí se volvió a cruzar con Boca, y los de la Ribera fueron los vencedores en ambas ocasiones. Durante la presidencia de Aguilar dejaron de jugar básquet, lo que generó la venta de su plaza para la LNB en la temporada 2006/2007.

River participa en la actualidad del Torneo Federal de Básquetbol (tercera división), mientras que su histórico rival sigue jugando en la máxima categoría.

Textos: Ignacio Maida y Juan Pablo Manera.
Producción: Thomas Martínez.

Más notas