sábado, noviembre 23, 2024

Se va de la Copa, se trae una base

Por Santiago Carrodeguas

Una nueva derrota ante Brasil por Copa América, como las de aquellas finales del 2007 y 2004, volvió a poner el foco en un seleccionado argentino que no se creía favorito por el caos vivido en Rusia 2018 y ha terminado demostrándole a todos el peligro de infravalorarla.

En el arco, Franco Armani se asentó como el titular indiscutido. Si bien es cierto que la lesión de Esteban Andrada antes de comenzar el torneo le allanó el camino, ha despejado las dudas de los primeros partidos con la seguridad habitual que demuestra en River Plate. Seguramente repita el año que viene. Sin embargo, el Mundial de Catar 2022 es otro tema, ya que llegaría con 35 años. Si Gerónimo Rulli o Andrada no destacan demasiado y Lionel Scaloni no confía en alguien de gran presente, como el arquero del Niza francés Walter Benítez, volvería a disputar un Mundial.

La defensa fue casi siempre la misma, con Nicolás Otamendi y Germán Pezzella en la zaga central y Nicolás Tagliafico de lateral izquierdo. No obstante, Argentina demostró que le sigue faltando un especialista en el lateral derecho desde la renuncia de Pablo Zabaleta. Renzo Saravia había tenido un buen torneo en Racing pero no jugó bien en el debut ante Colombia. Milton Casco, aunque es lateral izquierdo, fue improvisado frente a Paraguay. Finalmente, el habitual central del Tottenham Juan Foyth, quien había actuado algunos partidos en esa posición, fue quien se quedó con el puesto. Anuló completamente a Darwin Machís y a Everton, provocando que este último fuese reemplazado en el entretiempo.

El centro del campo fue, quizás, la zona que más le costó encontrar a Scaloni, recién en el segundo tiempo frente a Venezuela. De aquella línea de 4 que empezó ante Colombia, con un Ángel Di María que parece haber disputado su último certamen con el seleccionado argentino, Leandro Paredes y Guido Rodríguez incómodos al tener que compartir el medio, y un Lo Celso que lucía perdido si no se movía al centro, solo sobrevivió Paredes, quien supo encontrarse como 5 organizador y de marca. A su derecha, Rodrigo de Paul, quien ni siquiera era titular, se ganó el puesto gracias a su capacidad de romper líneas enemigas, y al mismo tiempo, no descuidar la marca en ningún momento. Marcos Acuña fue el último que se sumo y aportó mucho con sus incontables carreras para ayudar a Tagliafico y sumarse al ataque cuando fuera necesario.

La delantera fue, seguramente, donde más evolucionó argentina. Solo hizo falta que se sumara un nombre, pero fue el que cambió todo. Los movimientos de Lautaro Martínez le dieron un acompañante ideal a Agüero y le sacaron la presión de crear peligro a Lionel Messi, de una floja Copa América salvo ante la Canarinha. Con esto, Argentina pasó de sufrir para patear al arco en los primeros partidos a generarle varias situaciones de gol a un gran equipo como lo es Brasil.

Ha sido un torneo de aprendizaje para Scaloni, quien ha fracasado en algunos aspectos y triunfado en otros. Si su objetivo principal era crear la base para el futuro, indudablemente lo consiguió. Sin embargo, no parece capacitado para llevar este proceso al siguiente paso. Los errores en los cambios y una actitud exasperante a la hora de declarar y en la cancha parecen difíciles de soportar. Sin embargo, no hay entrenadores con experiencia que quieran ocupar el puesto y, conociendo la habilidad de la AFA para improvisar, Argentina se arriesga a volver atrás si no continúa. Y eso es algo que, visto el progreso que la Albiceleste ha logrado, sería un error imperdonable.

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