martes, marzo 19, 2024

Ada Hegerberg: una noruega revolucionaria con acento argentino

Por Francisco Rodríguez

¿Qué hubiera pasado si, en ánimo de protesta, Lionel Messi no participaba del último Mundial? ¿Qué sería de nuestra historia futbolística si Maradona hubiese hecho lo mismo en el ‘86? Serían hechos dignos de recordar por siempre. Así fue cuando Johan Cruyff decidió no presentarse en Argentina ‘78, debido a que el país estaba bajo la peor dictadura cívico-militar de su historia. Hoy, Ada Hegerberg, la primera mujer en ganar el Balón de Oro, se anima a reclamar por lo que le pertenece. Tanto a ella como a todas las mujeres.

El 18 de junio de 1995, Noruega se consagraba campeona del Mundial de Suecia. A nadie se le ocurriría por aquel entonces que, tan solo 40 días después, en Molde -una ciudad costera de difícil acceso en el país nórdico- iba a nacer una delantera revolucionaria con algunas cositas argentas. No las lleva en la sangre, pero si en sus formas.

La joven de 23 años es una máquina de hacer goles. Es certera, pivotea muy bien y aparece siempre en el área cuando nadie se la espera. Tiene ese mismo olfato y optimismo goleador que Martín Palermo, pero también una potencia comparable a la de Gabriel Batistuta.

Su pasión por el fútbol comenzó de pequeña, en los clubes de la zona, cuando todavía no había llegado a su metro setenta y siete de altura. Desde entonces, no paró de destacarse: Debutó en el Kolbotn noruego a los 15 años y, con apenas 18, vistió la camiseta de su país por primera vez. Luego del subcampeonato en la Eurocopa 2017, su carrera despegó: el hegemónico Olympique de Lyon contrató a la joven estrella. Con el equipo francés consiguió seis títulos locales, tres Champions League, y contando…

Sin embargo, fue en 2015 cuando comenzó a romper con lo preestablecido. Ada recibió el premio a la mejor futbolista de Noruega, galardón que hacía 20 años que una mujer no lo ganaba. Igualmente, su lucha continuó: debido a la desigualdad entre hombres y mujeres por cuestiones puramente de género, se alejó de la selección luego de la eliminación en la Euro 2017.

Su decisión produjo un cambio inmediato en su país: la Federación Noruega de Fútbol y el sindicato de futbolistas firmaron la igualdad de salario entre mujeres y hombres. Sin embargo, el reclamo de Ada va más allá del dinero. Ella se refiere a las diferencias en la preparación y la infraestructura. En otras palabras, de la forma en la que son tratadas, con menos profesionalismo que a los hombres.

Por otro lado, hoy su selección está en los Cuartos de Final del torneo más preciado, el que todos los jugadores y todas las jugadoras sueñan con ganar. Por eso, no hay que olvidar que, más allá del buen andar de su país, Ada no se conforma. Nada es más importante que su lucha por los derechos de las mujeres. Ni sus títulos con el Lyon, ni su exorbitante cantidad de goles (293 en 320 partidos a nivel clubes y selección), ni siquiera la Copa del Mundo.

Su forma de pensar recuerda a Marcelo Bielsa. Al igual que el rosarino, Ada parece que siempre está dispuesta a jugársela más que el resto: “Sé lo que quiero y conozco mis valores, por lo tanto es fácil tomar decisiones difíciles cuando sabes cuáles son las ambiciones y cuáles son los valores que defiendes. Se trata de ser sincera, de ser tú misma“.

Pero los parecidos no se acaban, Ada personifica a Macarena Sánchez, ya que tomó la posta de la lucha por los derechos de las futbolistas, sin importar las consecuencias que esto podría generar en su carrera. “Es muy importante que se haya creado una categoría para las mujeres en el Balón de Oro, por eso quiero acabar con un mensaje a todas las jóvenes: crean en ustedes, no paren nunca“, dijo la delantera cuando la nombraron como la mejor futbolista del momento.

Ada es una noruega revolucionaria con acento argentino que busca cambiar el mundo. Tiene la potencia del Bati, el olfato del gol de Palermo, los valores de Marcelo Bielsa y el sacrificio y la persistencia de Macarena Sánchez. Juega como unas pocas elegidas, pero piensa como todo un colectivo de mujeres que pelea por la igualdad.

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