Por Thomas Martínez
Tiffany Sornpao es arquera de la universidad de Kennesaw, de Georgia, Estados Unidos. Allí nació, pero sus raíces son tailandesas y participa del equipo nacional. Con tan solo 21 años fue citada para el Mundial de Francia 2019. En este torneo, acompañó al equipo desde el banco de suplentes. Cada vez que tiene que estar presente con la selección tailandesa, debe recorrer alrededor de 14 mil kilómetros, y lo hace pese a ser jugadora amateur y no participar habitualmente del once inicial.
¿Dónde estabas en la anterior Copa del Mundo?
Todavía estaba en la secundaria jugando para el equipo de mi club local y la escuela.
¿A qué edad empezaste a jugar al fútbol?
Comencé a jugar cuando tenía 5 años y no he parado desde entonces.
¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?
Empecé uniéndome a un club de barrio en la calle de donde vivo.
¿Te costó practicarlo?
Nunca fue difícil encontrar el deporte y muchos lugares donde hacerlo, pero fue complicado obtener el entrenamiento intenso que necesitaba para dar el siguiente paso.
Esta generación de jugadoras alcanzó la clasificación para la Copa Mundial por primera vez en la historia (Canadá 2015), y lo hizo de nuevo para Francia 2019. ¿Cómo influyó esto en Tailandia?
Estas clasificaciones definitivamente han generado un mayor interés e inversión en el fútbol femenino. Se están desarrollando más clubes y ligas para ayudar a animar a las jugadoras más jóvenes a comenzar a jugar. Se espera que esto sea suficiente para mejorar el grupo de jugadoras nacionales tailandesas.
¿Cómo es el apoyo de la Asociación de Fútbol de Tailandia a las jugadoras?
La cantidad de compromiso que las mujeres ponen en esto no se compensa ni se respeta. Esto también se aplica a la desigualdad de beneficios en comparación con el fútbol masculino.
¿Cómo hace financieramente una mujer que decide jugar al fútbol en Tailandia? ¿Es posible?
No puedo relacionarme con esto debido a que no me pagan porque todavía soy parte del amateurismo de la Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA). Sin embargo, la Federación no proporciona a las futbolistas tailandesas un ingreso lo suficientemente estable. Dependen de otra fuente para poder vivir cómodamente. Además, debido a los meses de descanso del equipo nacional, tienen que financiarse para ese período.
¿Te resulta difícil participar en el equipo nacional de tu país por vivir en los Estados Unidos?
Un poco sí, solo porque Tailandia y Estados Unidos están muy lejos uno de otro, y el tiempo de viaje no es ideal. Pierdes muchas horas y tienes que adaptarte a los cambios de horario. A su vez, estar sentada por un largo período por los viajes es malo para los músculos.
El fútbol femenino tailandés ha ido mejor a lo largo de la historia que el masculino. ¿Se valora esto?
No, desde la comparación del éxito entre mujeres y hombres, definitivamente hemos sido subestimadas.
¿Cuál es la diferencia de infraestructura entre el fútbol femenino tailandés y el masculino?
No hay igualdad ni equidad de promoción y recompensa por la cantidad de logros que las mujeres han logrado en comparación con el fútbol masculino. Para un equipo que no tiene un grupo muy grande para elegir jugadoras, pero que ha creado resultados tremendos, aún falta una inversión para que las niñas más jóvenes se conviertan en jugadores nacionales potenciales. La falta de academias y ligas juveniles, es perjudicial para el equipo nacional. Cuando los jugadores se retiran, no hay una base adicional para mantener el estándar. Si bien existe un gran potencial de crecimiento, el enfoque no se canaliza para alentar o valorar el fútbol femenino.
¿En los Estados Unidos se ve esta desigualdad?
Sí, Estados Unidos ha atravesado y actualmente sigue luchando para poner fin a la desigualdad entre el fútbol masculino y femenino, porque pasaron por el mismo escenario que actualmente tienen los tailandeses.