Por Juan Peyret
Estrella: Astro o cuerpo que brilla con luz propia. En el ámbito deportivo, se suele denominar de esta manera a grandes jugadores por sus rendimientos, anotaciones, récords, distinciones o simplemente se los llama así por aparecer constantemente en los medios masivos de comunicación (lo cual es necesario para que una sociedad determinada te vea como tal). Pero, las verdaderas estrellas son las que, más allá de sus logros profesionales (o no), nos dejan una enseñanza en la vida a través de la superación o hechos únicos.
La Selección Sudafricana de Fútbol Femenino consiguió poder disputar, por primera vez en su historia, un mundial, Francia 2019. Podemos mencionar a las 2 referentes del equipo y tildarlas como stars: Ole Futuludilu, que juega en el Málaga FC y es la única del equipo en jugar en Europa o la capitana Janine Van Wyk, quien tiene el récord de ser la futbolista con la mayor cantidad de partidos disputados para su país (más de 150 apariciones). Pero alguien de esta delegación no está siendo tan reconocida por las pantallas del mundo.
Esta persona corrió contra esa corriente social que decía que “el fútbol no es para mujeres” en los años 70, pleno período del Apartheid y del Movimiento de Conciencia Negra. De muy pequeña, Ellis jugaba con los chicos porque en ese momento no había un club donde las mujeres practicaran este deporte.
En 1976, comenzó a jugar a nivel clubes como mediocampista, con el Athlone Celtic, con el que jugó por 7 años, y cerró su carrera en el Spurs Ladies de Ciudad del Cabo, luego de haber pasado por otras 3 instituciones.
En su época como jugadora, como el fútbol femenino no estaba profesionalizado, al punto de que no existía una selección que representara a su nación en campeonatos internacionales, tuvo varios trabajos ocasionales. Un día de 1993 se realizaron unas pruebas para conformar un equipo femenino y ella, a pesar de sus 30 años, no dudo en anotarse. En ese momento, trabajaba en una carnicería. Finalmente, quedó seleccionada para jugar en aquel plantel fundador, pero al llegar a Ciudad del Cabo recibió la mala noticia de que la habían despedido porque la acusaron de fugarse.
A pesar de haber sufrido las consecuencias, Ellis siguió para adelante y no solo jugó el primer amistoso siendo capitana contra Suazilandia en Johannesburgo el 30 de marzo de ese año, sino que también se dio el gusto anotar un hat-trick en ese encuentro que terminó 14-0.
Con la selección, participó en las eliminatorias del mundial de Suecia 1995 y de la Copa Africana de Naciones femeninas en el 2000 que se hicieron en Sudáfrica. Se retiró en 2002, siendo capitana durante todo su trayecto y su vida retornó a la búsqueda de trabajos ocasionales. Ellis estuvo en la televisión como comentarista de fútbol, fue embajadora de la Copa Mundial de la FIFA 2010 y también trabajó en Gallo Images como editora de imágenes. Desde 2006 hasta 2014 fue DT del equipo en el cual dejó de ser futbolista, el Spurs Ladies.
Recibió el llamado para ser entrenadora interina por 18 meses de las Banyana Banyana hasta que, finalmente, se le otorgó el puesto y llevó, poco a poco, a Sudáfrica al Mundial de este año.
Esta historia de una estrella llamada Desirée, es una las tantas sobre perseverancia y superación que las personas pueden encontrar en las deportistas. Es una de las varias historias espectaculares, que uno puede escuchar, leer o sentir en los mundiales femeninos.