Por: Dalmira San Miguel
Myriam Mayorga
De pequeña, tenía la manía de cortar la calle junto a sus primos y vecinos y jugar por varias horas al fútbol. La calle San Francisco III, en Bariloche, era para ellos una inmensa cancha. Myriam era la única nena que jugaba con los varones. Y fue la única de su familia y amigos que se enamoró por completo de ese deporte.
Cuando cumplió 11 años, una de sus amigas le comentó que en el club barilochense Mutisias iban a incorporar futsal femenino. Myriam no dudó en anotarse. Sus padres la apoyaron en todo momento. Sólo le dijeron que si a ella le iba mal en el colegio automáticamente la sacaban del club.
Cuando terminó el secundario ella seguía jugando al futsal en el club. Myriam trabajaba de cajera en un autoservicio por la mañana y a la noche iba a entrenar. Todos los viernes jugaba los torneos regionales que se disputaban los fines de semana. Un viernes, como cualquier otro, Myriam, con 22 años, viajó a Jacobacci, ciudad a 200 kilómetros de Bariloche, para disputar un partido. Lo que ella no sabía era que Diego Guacci, en ese momento director técnico de UAI de Urquiza, iba a estar mirando el encuentro. Cuando finalizó, Guacci le propuso a Myriam viajar a Buenos Aires para sumarse al club de Villa Lynch. Y además, le otorgarían una beca para que estudie la carrera universitaria que ella quisiera en la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
La mediocampista aceptó la propuesta de Guacci. Dejó atrás Bariloche y se fue a vivir a Buenos Aires. Se anotó en medicina y se recibió el año pasado. Actualmente está estudiando la especialización en terapia intensiva. En cuanto al fútbol, hace seis años que viste la camiseta número 5 de UAI de Urquiza. En la Selección mayor participó solamente, por el momento, en las eliminatorias para el Mundial Francia 2019.
Lorena Benítez
Lorena nació en Luis Guillón, provincia de Buenos Aires, hace 20 años. Sus padres son inmigrantes paraguayos y en total tiene ocho hermanos. Su primer paso en la Primera División del Fútbol argentino fue cuando cumplió 14 años. Jugó en San Lorenzo de Almagro. En la actualidad, la mediocampista es la mejor jugadora de futsal del país, y se destaca en Kimberley Atletic Club, de Villa Devoto. En el fútbol once también es una de las grandes promesas a futuro, y en este momento viste la camiseta de Boca Juniors.
En cuanto a la Selección lució la camiseta en la Sub-17 y Sub-18. En la Mayor fue parte del plantel que entre fines de febrero y principios de marzo de este año disputó la Copa de las Naciones en Australia ante el seleccionado local y los de Corea del Sur y Nueva Zelanda.
Un dato a tener en cuenta es que junto a su novia Verónica Rivero, titular de la Comisión de Futsal Femenino en AFA, acaban de ser madres de mellizos. Si bien el embarazo de Verónica llegaba a las 40 semanas de gestación durante la Copa del Mundo, el parto se adelantó justo antes de que Lorena viajara a Francia. Así nacieron Renata Isabela y Agustín Ezequiel.
Mariela Coronel
A los 7 años se dio cuenta de que su pasión era el fútbol. Nació en Santiago Del Estero, el 20 de junio de 1981. “Me crié con mi hermano mayor. Éramos muy traviesos los dos. Él me dio por primera vez una pelota número cinco. Nuestros padres nos mandaban a dormir la siesta todos los días pero nosotros nos escapábamos e íbamos a patear la redonda un rato”, contó Mariela en una entrevista para el sitio web El Femenino.
Cuando terminó el secundario se fue a vivir a Buenos Aires. Ya instalada en la ciudad, se presentó en una prueba de jugadoras que realizaba el club Independiente de Avellaneda. En el mismo quedó y jugó por cuatro años. Por la mañana trabajaba en una panadería y a la tarde se iba a entrenar al complejo de Los Diablos Rojos. En 2007 comenzó a vestir la casaca de San Lorenzo. En el equipo de Almagro estuvo tres temporadas.
Después emigró a España. Comenzó a jugar en el equipo Transporte Alcaine. Luego en el Atlético de Madrid, y allí se se convirtió en la primera mujer argentina en participar en la Champions League. Después pasó un año por el club Madrid y actualmente, con 37 años, está en el club Granada, de Segunda División de España.
La camiseta de la Selección Argentina la vistió en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, los Mundiales Estados Unidos 2003 y China 2007. Además ganó el Sudamericano Argentina 2006, que se disputó en Mar del Plata.
Vanesa Santana
Comenzó jugando al fútbol con los varones de su barrio, a los 4 años, en José Hernández, Buenos Aires. Tiene cinco hermanos y su madre los tuvo que criar sola ya que su ex pareja, padre de los mismo, los abandonó. Hasta los 13 años, Vanesa jugó en la Liga de fútbol de su barrio.
Cuando cumplió los 14 años uno de sus deseos fue jugar en el equipo de Boca, el club de sus amores. El deseo se le cumplió ya que a los pocos días de haber cumplido años se probó en el conjunto de La Boca y quedó. Ya con 18 años pidió un nuevo deseo. “El sueño de jugar en Boca lo cumplí. Ahora, el próximo, es jugar al fútbol pero profesionalmente”, comentó Vanesa en una entrevista para un medio colombiano.
Se fue de Argentina a lograr este último sueño. Emigró a Colombia, allí vistió la camiseta del Deportivo Cali. “Cuando me quedé a vivir en Colombia extrañaba mucho a mi mamá, mis hermanos y mis seis sobrinos. Ellos desde Argentina me daban fuerzas, por teléfono, para que me quedara en este país a cumplir mi gran sueño”, dijo Vanesa en una entrevista para el diario online El País de Colombia. Actualmente, con 28 años, está jugando para el Club Deportivo Escuelas de Fútbol de Logroño, La Rioja, España. En el mismo, se desempeña como mediocampista y la apodan la guerrera ya que va a todas las pelotas a muerte.
En la Selección Argentina arrancó en el Sub 17 con 15 años. Con la Mayor participó en los Juegos Olímpicos Pekín 20008, el Mundial China 2007, la Copa América Argentina 2006, Ecuador 2010, Ecuador 2014 y Chile 2018, los Panamericanos Brasil 2007, México 2011 y Canadá 2015 y el Sudamericano Chile 2014.
Estefanía Banini
Se inició futbolísticamente en el Club Cementista, en la provincia de Mendoza. Ingresó con 5 años y comenzó a jugar en el equipo con los varones ya que fútbol femenino no había. A los 16 años pasó a formar parte del club Las Pumas de la misma ciudad. Allí jugaba con otras adolescentes de su misma edad.
A los 21 años, emigró al equipo chileno Colo-Colo. En su primer año logró los Campeonatos de Apertura y Clausura de 2011. Al año siguiente, logra su tricampeonato en el Apertura. También se coronó campeona en la Copa Libertadores 2012. Su gran desempeño la llevó a ganar el premio a la Mejor deportista del fútbol femenino de Chile, siendo la primera extranjera en obtenerlo desde su instauración en 2007. En 2015, se fue a jugar al club estadounidense Washington Spirit. Allí, a Estefanía se le vino la noche, ya que se tuvo que alejar de las canchas por 6 meses debido a que sufrió una lesión en su rodilla derecha.
Tras la lesión, fichó en el Valencia de España, y jugó por una temporada. En 2018, volvió a vestir la camiseta del club estadounidense, Washington Spirit. Y a fin del año pasado, se incorporó al club español Levante.
La camiseta de la Selección Nacional la vistió en varias competiciones: tres Copas Américas (Ecuador 2010, Ecuador 2014 y Chile 2018) y los Juegos Sudamericanos Chile 2014.
Ruth Bravo
Nació en San Remo, barrio en la provincia de Salta. A los 7 años comenzó a practicar al fútbol con sus vecinos. “Yo jugaba descalza porque tenía un solo par de zapatillas. Me acuerdo que si veía que los chicos arrancaban sin mí, agarraba un cuchillo y les pinchaba la pelota”, contó Ruth en una entrevista que le hicieron en el diario Clarín. Cuando cumplió 10 años se fue a vivir a Magdalena, pueblo ubicado a 100 kilómetros de Buenos Aires, junto a su familia. El primer club donde jugó fútbol fue en Estudiantes de La Plata.
Después del pincha pasó a jugar a Boca Juniors, el club de sus amores. Tuvo una rotura de ligamentos que la llevó a alejarse de las canchas durante dos largos años. Volvió y vistió la casaca azul y amarilla hasta el 2018. Se despidió del club de La Boca con un mensaje en sus redes sociales: “Sepan que fui la persona más feliz del mundo y les entregué todo lo que tenía. Esto es un hasta pronto, sin dudas volveré a mi lugar en el mundo”. Luego de este mensaje firmó un contrato con el club madrileño CD Tacón de la Segunda División de la liga femenina española.
Con la Selección formó parte del Sub 18 y Sub 20. Con este último participó en el Mundial Japón 2012. Con la Mayor disputó la Copa América Femenina Chile 2018, ganó la medalla de bronce en la misma. Debido a eso, jugó en el repechaje para pelear por un lugar en el Mundial de Francia 2019.
Dalila Ippolito
Con 3 años, comenzó a patear la pelota en la plaza del barrio de Villa Lugano. Jugaba con sus vecinos o si estos no estaban lo hacía con su padre, quien era el que generalmente la llevaba a jugar fútbol con sus amigos. Al principio, Dalila alcanzaba las pelotas hasta que fue más grande y se metió en la cancha a entrenarse con su padre y los compañeros de este.
A los 6 años comenzó a entrenarse en el Club Jóvenes Deportistas de Lugano, donde practicaba con los varones ya que no había fútbol femenino. A los 8 jugaba en el JD y además arrancó en la escuelita de fútbol La Plaza. Los vecinos la definen a este como un semillero de futbolistas.
Agustín Martínez, director técnico de La Plaza, consiguió el contacto de Diego Guacci, entrenador de River. Agustín le vio tanto potencial a Dalila que le propuso que se presentará en las pruebas del club de Núñez. En febrero de 2013, Dalila comienza a vestir la camiseta blanca y roja. Debutó en el clausura 2015 contra Estudiantes de la Plata. Ese día River se impuso por 7 a 1.
En la Selección debutó directamente en la mayor. Lo hizo en un amistoso con Uruguay, el 29 de agosto de 2017. Con 15 años, fue titular en ese encuentro. La delantera de River y la Selección, sueña con poder levantar la Copa del Mundial Francia 2019., con 17 años.