Por Salvador Rifourcat
“¿Me creerías si te digo que ganamos tres Eurocopas? Bueno, ganamos ocho. Cuando ganamos nuestro primer título, de premio nos dieron un juego de té. Desde que comenzamos no hemos jugado sólo contra nuestros rivales, sino también contra los prejuicios”.
Frases como estas se pueden escucharse en el spot que hicieron las jugadoras de la Selección de Alemania previo al mundial de Francia.
Que una potencia como Alemania haga un video proponiendo un fuerte mensaje en contra de la discriminación hacia la mujer en el fútbol no es casualidad. La desigualdad entre géneros es un aspecto muy presente y que hay que erradicar de inmediato.
En Alemania, las jugadoras fueron perseguidas y denunciadas desde el primer momento que se quiso crear un equipo femenino de fútbol. En 1955, la Federación Alemana de Fútbol (DFB) votó de forma unánime la prohibición de la disciplina para el género, ya que consideraban a la combatividad del deporte como algo fuera de la naturaleza de la mujer. A pesar de esto, las mujeres alemanas no se quedaron quietas y formaron un seleccionado que se enfrentaba a otros países de manera informal y tan solo un año después de esa votación jugaron su primer partido. En 1970, luego de años de lucha y de jugar de manera no oficial, se revocó esta regla en un congreso de la DFB. Para ese entonces se estimaba que entre 40 mil y 60 mil mujeres practicaban este deporte de manera subversiva en equipos sancionados por la organización.
Desde ese entonces, el país germano es uno de los máximos exponentes a nivel mundial. Además de las ocho Eurocopas, ganó dos Mundiales de forma consecutiva (Estados Unidos 2003 y China 2007) y tiene una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de 2016. “No tenemos pelotas, pero sabemos cómo usarlas”, acotan en el video de un minuto y medio, y dejan bien en claro que saben usarlas.
A pesar de todos estos logros, las jugadoras dejan bien en claro su desinterés por ser conocidas o famosas. Ellas juegan por el amor a la camiseta y lo que las mueve es el hecho de representar a un país entero dentro de una cancha. “Probablemente no nos conozcan, pero está bien, no tienen que saber quiénes somos. Solo deben saber qué queremos. Queremos jugar nuestro propio juego a nuestro propio ritmo”, denuncia la número 9 y goleadora del seleccionado, Alexandra Popp.
Las jugadoras son dirigidas por Martina Voss-Tecklenburg, ex jugadora que tomó el cargo de técnica a principios de este año. Su máximo emblema es Lena Goebling, quien lleva más de 100 partidos y más de una década defendiendo los colores de Alemania. Actualmente juega en el VFL Wolfsburg de la liga local. La 10 del equipo es Dzsenifer Marozsán, que se desempeña en el Olympique de Lyon de Francia, reciente campeón de la Champions League (venció al Barcelona 4-1) y considerado el mejor equipo del mundo en la disciplina y en el que también juega la argentina Soledad Jaimes.
En el próximo mundial van en busca de alzar la copa por tercera vez, e igualar el récord de Estados Unidos (1991, 1999 y 2015). Su debut es el 8 de junio ante China por la primera fecha del grupo B, el cual compartirán con España y Sudáfrica, un grupo bastante accesible para la selección alemana.